Por Raúl Mario Ermoli Galluppi.-

Sin seguridad no puede haber paz social, porque de nada vale ningún plan económico, tener un buen pasar, tener un negocio, o un buen trabajo, sea en blanco o en negro, tener subsidios, planes sociales, plan «platita», o demás «regalitos electorales», o lo que quieran, si nuestras vidas y bienes corren serio riesgo por culpa del libre accionar de delincuentes, que a toda hora y en todo lugar están al permanente acecho de lo que hacen o dejan de hacer las personas honestas, sea cuando van a trabajar, a estudiar, o salen de sus domicilios para realizar las compras diarias, por trámites varios, o cuando regresamos a nuestros hogares, hasta cuando viajamos y se suben estos delincuentes al transporte colectivo y te roban, o como pasó ayer con el asesinato del trabajador Barrientos, colectivero en la Provincia de Buenos Aires, cuando subieron al colectivo dos delincuentes para robar.

El ministro Berni dice que el hecho que ocurrió ayer con el asesinato de Barrientos «no es habitual»… ¡No es cierto, señor Berni, lo que usted afirma! Es absolutamente habitual y cada vez más, especialmente desde que asumieron las actuales autoridades nacionales y provinciales, que poco y nada han hecho para neutralizar a la delincuencia y al narcotráfico, brindar seguridad a la ciudadanía. Lo único que no es habitual es la paliza que le propinaron los colectiveros enardecidos, cansados de la inoperancia en seguridad de parte del gobierno del que usted es parte.

Y muy en relación con esta maldita inseguridad que padecemos, no sabemos si reír o llorar por la actitud de la señora vicepresidenta, que continuamente hace referencia al atentado contra su vida por parte de los llamados «copitos», en especial por el supuesto copito-sicario que empuñó fallidamente un arma, pero siempre relacionando este hecho como parte de una conspiración internacional que abarcaría desde gente de Cambiemos, como el diputado Milman, o seguidores de Macri en general, hasta un senador del Congreso de los EEUU, que acaba de denunciarla como corrupta…

Bueno, pero más allá de todas estas especulaciones políticas, quisiéramos decirle a esta buen señora que somos miles los argentinos que a diario sufrimos toda clase atentados, de agresiones, con no pocas pérdida de vidas en el marco de una violencia que no cesa de aumentar desde hace varias décadas, en las cuales la señora fue dos veces presidente del país, y no recordamos que alguna vez se haya solidarizado con las miles de víctimas del accionar delictivo, de parte de los delincuentes, mucho más avezados en el uso de las armas, que el “copito” mencionado, miles de argentinos que han tenido mucha, pero mucha, menos suerte que la señora en su atentado…

¿Hasta cuándo?

¿No deberíamos exigir en consecuencia la renuncia de todos los funcionarios nacionales y provinciales responsables de la seguridad, al igual que todos aquellos jueces y fiscales llamados “garantistas, o zaffaronianos”, “k”, que defienden a la delincuencia de todas formas, con penas ridículas, con acortamiento de las mismas o liberaciones injustificadas… y que se reforme o se actualice el actual código penal, de manera que las penas sean mucho más duras?

Y con respecto a los funcionarios del Servicio Penitenciario responsable del control y orden en las cárceles, no pocas veces son cómplices o colaboradores de los presos, despedirlos por corruptos.

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