Por Guillermo Cherashny.-

El tercer anillo de seguridad en torno a la cancha de River era una responsabilidad que debía cubrir la Prefectura, que está bajo el control de la ministra Patricia Bullrich, que no desconcentró a 300 o 400 barras bravas de River que no tenían entradas y querían superar ese tercer anillo, ya que el primero y segundo estaban cubiertos por la Policía Metropolitana, que así lo hizo.

No se entiende cómo la Prefectura no disolvió con la fuerza a esos 300 hinchas de River que querían pasar y no acordonaron la zona y dejaron al micro de Boca Juniors en soledad ante esos 300 bestias que le arrojaron un número indeterminado de piedras rompiendo casi todos los vidrios e hiriendo a dos jugadores de Boca en lo que pudo ser una tragedia. Cuando la policía motorizada le daba seguridad al micro boquense seguramente avisó a la Prefectura que se dirigían a Avenida Libertador y Monroe para que esta fuerza federal indicara que buscasen otro camino o bien que antes de que llegara el micro expulsaran a los barras bravas del lugar. Pero no lo hicieron, quizás para que la ministra haga como siempre, cual es echarles la culpa a Rodríguez Larreta y Martín Ocampo de la inseguridad. Pero lo de ayer demostró que Patricia Bullrich es una improvisada que nunca debió ser nombrada en ese cargo tan importante y demuestra por qué la inseguridad aumenta cada día a pesar de las cifras que difunde el gobierno sobre la baja de homicidios y asaltos callejeros.

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