Por Carlos Tórtora.-

Ayer la Ministro de Seguridad Patricia Bullrich retomó la línea argumental que Mauricio Macri utilizó la semana pasada para comunicar que el gobierno está a punto de modificar el marco legal para posibilitar que las Fuerzas Armadas participen de tareas de seguridad interior. Reglamente o no esta función, lo cierto es que el macrismo deberá ante todo derogar el decreto 727 del 2006 (gestión de Nilda Garré), que puso una barrera infranqueable al establecer que los militares sólo pueden intervenir contra agresiones externas provenientes de fuerzas armadas extranjeras.

Ante la evidencia de que sería casi imposible en el actual contexto reformar en el Congreso las leyes de Defensa y Seguridad Interior, el oficialismo debería conformarse con el resquicio que permite el artículo 27 de la ley de Seguridad Interior. El mismo dice:

“En particular el Ministerio de Defensa dispondrá en caso de requerimiento del Comité de Crisis- que las fuerzas armadas apoyen las operaciones de seguridad interior mediante la afectación a solicitud del mismo, de sus servicios de arsenales, intendencia, sanidad, veterinaria, construcciones y transporte, así como de elementos de ingenieros y comunicaciones, para lo cual se contará en forma permanente con un representante del Estado Mayor Conjunto en el Centro de Planeamiento y Control de la Subsecretaría de Seguridad Interior.

Algo es algo

Con detallismo, el artículo que se produce enumera las áreas militares que podrían utilizarse y las limita a arsenales, intendencia, sanidad, veterinaria, construcciones y transporte, además de elementos de ingenieros y comunicaciones. Quedan omitidas así las áreas de inteligencia y cualquier participación directa de unidades de combate. No obstante estas serias limitaciones, si el gobierno apunta a crear en la población -y en especial en los sectores que encabezan las protestas sociales- un factor de presión psicológica, el mismo se podría conseguir a través de la utilización de transportes militares y el despliegue de unidades de ingenieros para contrarrestar, por ejemplo, cortes de rutas o manifestaciones violentas. Es algo, pero sin duda menos que lo que proponen en sus discursos tanto Macri como Bullrich, quienes dan a entender que los cuadros castrenses actuarán como una fuerza de seguridad más.

Share