Por Guillermo Cherashny.-

Mañana puede ser un día decisivo para el sindicalista marítimo Omar «Caballo» Suárez, a quien el juez Rodolfo Canicoba Corral le dictaría la prisión preventiva por extorsión y que públicamente se conoce como una exigencia del presidente a su operador judicial Daniel Angelici, que hace más de dos meses le prometió la detención del polémico gremialista, cuyo sindicato fue intervenido por la justicia y cuya interventora es la diputada Gladys González. Esta posible detención puede ser un llamado de atención a toda la dirigencia gremial por los reclamos en las paritarias, que superaron las expectativas del gobierno y claramente a Hugo Moyano, que reclamaba el 42% y obtuvo el 37%. Pero las tres CGT están muy atentas a este proceso y obviamente no van a defenderlo, porque es un verdadero «lobo solitario» entre los dirigentes sindicales, ya que proviene de la extrema derecha y en los últimos doce años fue lo más cercano a la ex presidente, de la cual todos se quieren despegar en estos momentos signados por los bolsos de José López.

Las declaraciones de empresarios navieros son un clave para probar la extorsión a la cual eran sometidos para cobrarles peaje y llenarse los bolsillos personales de Suárez, pero una cosa distinta es si el sindicalismo percibe que el interés presidencial en una causa judicial no apunta a conseguir justicia sino a bajar costos laborales y, si esto fuera así, se iniciaría una etapa de recelos que comenzó con la marcha anti-despidos, que se calmó. Pero el intento de reducir costos laborales ante el evidente retraso cambiario promete una encarnizada lucha que los gremios están dispuestos a enfrentar, ya que en este caso se escucha la frase «ni un paso atrás». Por ejemplo, el jueves pasado, el ex moderado Sergio Palazzo, dirigente de los bancarios y de extracción radical y no alineado con ninguna central sindical, se sentó al lado de Hugo Moyano, al cual el presidente se lo quiere «cargar», como intentó Cristina sin éxito. Y el camionero escuchó con placer que Palazzo se acordara de la madre de Juanjo Aranguren en términos muy duros y esto significa que quizás empiece un clásico de los gobiernos no peronistas como es enfrentarse con el movimiento obrero.

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