Por Hernán Andrés Kruse.-

El estadio de Obras Sanitarias fue el escenario elegido por la dirigencia sindical para reunificar al movimiento obrero en torno a una única Confederación General del Trabajo. Luego de cuatro años de divisiones, la CGT Azopardo, la CGT Alsina y la CGT Azul y Blanca se fusionaron en una sola. “Entendimos que era necesario encarar en conjunto con toda la fortaleza del movimiento obrero para que quienes nos gobiernan entiendan que los trabajadores no nos rendimos ni nos van a doblegar. Al movimiento obrero no lo doblega nadie por más que quieran asustarnos”, remarcó Hugo Moyano, el histórico dirigente del gremio de los camioneros que estuvo al frente de la secretaría general de la CGT durante una década. Sin embargo, la conducción no se centrará en un único jefe, al mejor estilo Vandor o Rucci, sino que habrá un triunvirato integrado por Juan Carlos Schmid (Federación Marítima Portuaria), Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (estaciones de servicios). Schmid fue duro con el gobierno nacional: “Estamos frente a un viraje hacia la derecha, y sabemos por dónde viene la derecha. Viene en búsqueda de nuestras conquistas y tenemos que prepararnos para que las viejas recetas económicas no se conviertan en una fogata social”. El dirigente moyanista se esmeró en subrayar el malestar de los trabajadores con las políticas económicas que viene implantando Mauricio Macri. Por su parte, Daer destacó “la necedad de la política económica que claramente llevó a cabo este gobierno en detrimento de los sectores más vulnerables”, y destacó que “los números tienen que cerrar con la gente adentro” señalando además que “el mejor modelo económico es el que nos contiene a todos”. 1582 representantes de 124 gremios se hicieron presentes para convalidar la reunificación cegetista luego de cuatro años de ruptura. En 2011 el fuerte enfrentamiento entre Moyano y la presidente Cristina Kirchner derivó en la ruptura de la CGT y en la forzada candidatura del camionero para repetir un nuevo período al frente del sector de la CGT que le respondía. Además de los tres cargos máximos fueron elegidos Andrés Rodríguez (UPCN) como secretario adjunto mientras que Pablo Moyano recaló en la secretaría gremial. Gerardo Martínez, histórico jefe de la construcción (UOCRA), continúa al frente de la secretaría de Relaciones Exteriores mientras Facundo Moyano fue nombrado en el área de Cultura. Sin embargo, la unificación de la CGT no fue completa. Palazzo (Corriente Federal de Trabajadores) dijo: “lamentablemente no se ha podido llegar a un acuerdo con nuestro sector en este sentido y, ante el ofrecimiento que hemos tenido algunos de los compañeros para integrarlo, quiero anunciarles que pueden disponer de esos cargos porque no los vamos a aceptar, pero nos vamos a quedar en la CGT. A nosotros no nos mueven los cargos, nos vamos a quedar”. Quienes no participaron del acto fueron el dirigente ruralista Gerónimo Venegas y el taxista Omar Viviani. Es por ello que Moyano, en un momento de su discurso, señaló que “los compañeros que no estaban de acuerdo hubiesen presentado una lista con un solo candidato y votábamos. Tendrían que haber estado acá. Lamentablemente ponen por delante intereses personales por encima de los del conjunto. Hemos hecho un gran esfuerzo para borrar las diferencias” (fuente: Julián Bruschtein, “Un triunvirato para defender las conquistas”, Página 12, 23/8/016).

La pregunta que todos se formulan es la siguiente: ¿recuperará la CGT unificada el espíritu combativo que supo demostrar en épocas pasadas? Como se dice desde tiempos inmemoriales “por los frutos seremos conocidos”. Schmid dijo estar en la vereda de enfrente en relación con el gobierno de Macri, al igual que Daer. Pero una cosa es el discurso y otra muy diferente es la conducta. ¡Tantas veces la dirigencia sindical dijo blanco para luego hacer negro! Lo cierto es que con Moyano, Barrionuevo y Caló el poder sindical no hizo más que rendirle pleitesía a un gobierno que es esencialmente enemigo de la clase trabajadora. El reciente discurso de Macri no ha hecho más que confirmarlo. “Los empleados no deben poner palos en la rueda”, expresó. Vale decir que para el presidente los trabajadores deben agachar la cabeza, deben ser sumisos, deben acatar sin chistar las reglas de juego del capitalismo salvaje. Pues bien, los anteriores líderes sindicales jamás alzaron su voz en señal de protesta. Una vez más la cúpula sindical, nuevamente unificada, deberá elegir entre seguir el modelo de conducción sindical de Augusto Vandor, Gerónimo Venegas y/o Luis Barrionuevo o el modelo de conducción sindical de Agustín Tosco.

Inmediatamente después del fallo adverso de la Corte Suprema varios funcionarios gubernamentales señalaron que a raíz de ello entró nuevamente en vigencia un esquema de precios inequitativo ya que no hace más que subsidiar a los potentados. Días atrás Marcos Peña, jefe de Gabinete, había dicho que el gobierno debía “ir hacia un sistema que proteja al más débil a través de la tarifa social y que aquel que pague lo haga de acuerdo a su consumo”. Vaya paradoja: al proponer el gobierno nacional el tope de aumento de 400 por ciento para hogares y 500 por ciento para pymes, lo que hizo fue subsidiar a los que más consumen desincentivando de esa forma el ahorro en energía. Cuando el gobierno decidió el 1 de abril aplicar un nuevo cuadro tarifario-el tarifazo-no tuvo en consideración un hecho por demás relevante: un cuarto de la población estaba pagando muy poco en energía porque en 2014 la Justicia había decidido protegerlo del aumento impuesto por Cristina ese año o porque directamente decidió ahorrar por lo menos un 20 por ciento de consumo en términos interanuales luego del ajuste cristinista. Si un hogar con un consumo de hasta 500 metros cúbicos por bimestre (categoría R1) hasta abril venía pagando 0,14 pesos el metro cúbico en lo relacionado con el cargo variable, se debió a que había ahorrado o porque había obtenido un amparo. Pero si ese mismo hogar no había ahorrado, ese 0,14 pesos se transformaba en 0,48 pesos. Veamos ahora qué hubiera sucedido con los nuevos cuadros tarifarios (el tarifazo): si se efectuaba la comparación contra el 0,14 pesos el incremento en términos porcentuales hubiera sido mucho mayor que si la comparación se hubiera realizado contra el 0,48 pesos.

Fue para corregir esas distorsiones que el gobierno nacional impuso los techos de 400 y 500 por ciento de aumento para hogares y pymes. Sin embargo, con semejante esquema tarifario, de no frenarse, se provocará un resultado aún más inequitativo que con el esquema que estuvo en vigencia hasta antes del tarifazo del 1 de abril. Si durante el bimestre mayo/junio de 2015 un cliente de Metrogas consumió 400 m3 y no redujo su consumo en relación con 2014 ni tampoco se vio beneficiado con un amparo judicial, tuvo que abonar 13,5 pesos de cargo fijo, 192 pesos de cargo variable (400 m3 por 0,48) y 4 pesos para obras de infraestructura de gas .Si a estas cifras se le suma el 21 por ciento de IVA, surge una factura de 253,4 pesos. Ahora bien, si ese mismo cliente mantuvo su consumo durante el bimestre mayo/junio de 2016, deberá abonar 38,2 pesos de cargo fijo, 928 pesos de cargo variable (400 m3 por 2,23 pesos) y 4 pesos para obras. Si se incluye el IVA surge una factura de 1.174 pesos, lo que implica un incremento del 363,3 por ciento. Para ese cliente y su hogar el techo del 400 por ciento no implicaría cambio alguno. ¿Pero qué sucede si el cliente no mantiene su consumo estable, es decir, si lo multiplica, por ejemplo, por cinco? En este supuesto llegaría a 2000 m3 lo que lo obligaría a pagar 129,2 pesos de cargo fijo, 10.880 pesos de cargo variable (2000 m3 por 5,44 pesos el m3, a raíz del cambio de categoría) y 60 pesos para obras. Incluyendo el IVA la factura sería de 11.069 pesos, lo que implica un incremento del 4.268,2 por ciento. Pero si entra en vigencia el techo de 400 por ciento el cliente únicamente abonará 1.267 pesos, siendo subsidiados por el Estado los restantes 9.802 pesos. Con este esquema quien ahorre no recibirá beneficio alguno y quien aumente su consumo de energía ganará en términos relativos. El ministro Aranguren dijo en conferencia de prensa que en las categorías R3-3 y R3-4 (las más altas) el consumo de gas creció en junio un 49 por ciento interanual promedio, mientras que la categoría R-1 (la más baja) aumentó el consumo en un 19 por ciento interanual promedio. De haber la Corte convalidado el tarifazo, de los 11.800 millones de pesos que hubiera costado la fijación del techo de 400 por ciento para hogares (8900 millones de pesos) y 500 por ciento para comercios y pymes (2900 millones de pesos), la mayor parte de esa suma de dinero hubiera caído en manos de los sectores más pudientes (fuente: Fernando Krakowiak, “Incentivo al derroche de gas”, Página 12, 23/8/016).

La inflación golpea con dureza a los sectores más débiles de la sociedad. No debe extrañar que las asignaciones familiares, las jubilaciones y las pensiones sean las que más sufren las consecuencias de este flagelo. La AUH (Asignación Universal por Hijo) y por Embarazo contempla a 3,8 millones de personas. Pues bien, este año la AUH se ajustará un 32 por ciento, cifra que está por debajo de una inflación que se proyecta al 40 por ciento para 2016. En la práctica, ello significa, según el último informe del Centro de Economía Política (CEPA), una pérdida de poder adquisitivo mínima de 8 puntos. Por primera vez desde su implementación las Asignaciones familiares quedarán por debajo de la inflación. La AUH beneficia fundamentalmente a las familias de trabajadores informales, justamente las principales víctimas del alza de precios. Las familias beneficiarias ascienden a los 2 millones. Hoy la AUH asciende a 966 pesos por beneficiario. El 80 por ciento de ese número se cobra cada mes y todos los 20 por cientos restantes se acumulan para comienzos del año próximo. En septiembre la AUH ascenderá a 1103 pesos mensuales, lo que implica un incremento interanual de 32 por ciento. El informe de CEPA sostiene que “todas las mediciones sobre inflación señalan que girará en torno al 40 por ciento. De este modo, puede afirmarse que sin transferencias adicionales para estos sectores beneficiarios de la AUH, los mismos tendrán una pérdida del poder adquisitivo de sus ingresos. La AUH había crecido un 40 por ciento en 2014, y un 30 en 2015, mientras que la medición inflacionaria para dichos años fue de 31,61 y 26,67 (datos de la consultora Bein) por ciento respectivamente”. El poder adquisitivo de la AUH alcanzó su punto máximo en junio de 2015. El documento agrega que “difícilmente la devolución del IVA para los titulares de la AUH consiga compensar esta pérdida del poder adquisitivo”. Entre noviembre y marzo los precios de la canasta básica aumentaron por arriba de los valores registrados por la inflación general. Entre noviembre y junio la canasta nutricional para adultos tuvo un incremento de 600 pesos. “En este sentido”, destaca el documento, “en el mejor de los casos, aquel que logra recuperar los 300 pesos de devolución de IVA recupera casi el valor de la canasta al precio de enero, pero habiendo perdido el mismo monto de noviembre a enero. Sólo le devuelven la mitad de lo que perdió” (fuente: Cristian Carrillo, “La asignación devaluada”, Página 12, 23/8/016).

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