Por Hernán Andrés Kruse.-

El 18 de julio se cumplieron 22 años del atentado a la AMIA, que costó la vida a 85 personas y heridas a unas 300. El acto oficial tuvo lugar en el lugar del criminal ataque. Pero no fue el único, ya que hubo otros tres que tuvieron lugar el mismo día en diversos puntos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Demostración elocuente de la división que hoy aqueja a la comunidad judía en torno a un acto de terrorismo que hasta hoy permanece impune.

El acto oficial tuvo una característica notable: la buena sintonía existente entre la dirigencia de la AMIA y la DAIA, y el gobierno nacional. La confluencia entre la comunidad judía y el macrismo va mucho más allá de lo meramente testimonial. Al hablar en la calle Pasteur el vicepresidente de la AMIA, Thomas Saieg, destacó la importancia de la derogación del Memorándum con Irán y reclamó un pronto y definitivo esclarecimiento de la muerte política de Nisman. Pero la dirigencia judía coincide con el gobierno nacional en la necesidad de cerrar la causa AMIA mediante un juicio en ausencia de los sospechosos iraníes, algo sencillamente vergonzoso. Porque resultaría patético que un tribunal considere culpables a los iraníes sospechados de volar la AMIA mientras éstos caminan libremente por las calles de Teherán. El presidente está tan de acuerdo con esta postura que ya tiene preparado el proyecto de ley, lo que significa que no duda en aplicar en forma retroactiva una ley votada en 2016 referida a un hecho que sucedió en 1994. En relación con el escabroso caso Nisman tanto el macrismo como la dirigencia judía presionan, en sintonía con Washington y Jerusalén, para que la muerte de Nisman sea caratulada como homicidio. La idea es que la sociedad termine creyendo que a Nisman lo mató un comando iraní con ayuda del gobierno de Cristina Kirchner. También se pretende reflotar la denuncia de Nisman en torno al presunto encubrimiento en que habría incurrido Cristina al firmar el Memorándum de Entendimiento.

El acto oficial de conmemoración de los 22 años del atentado a la AMIA tuvo mucha semejanza con un acto político opositor al kirchnerismo. Quienes hicieron uso de la palabra subrayaron que ese mismo día se cumplían 18 meses de la aparición de Nisman muerto en su departamento y no se privaron de elogiar la anulación del acuerdo con Irán. Cada rememoración del atentado implica una mezcla de memoria con política. Se recuerda la barbarie pero también se exige el definitivo esclarecimiento del ataque. Lamentablemente para los familiares de las víctimas, su dolor se ha transformado en una cuestión de Estado. Luego de recordar a cada una de las víctimas del criminal ataque terrorista la política hizo su aparición por intermedio de la vela y rosa 86, dedicada a la memoria del fiscal Nisman. Luego de los aplausos correspondientes, se mencionó la presencia del presidente de la nación, anuncio que fue correspondido mayoritariamente con aplausos. En su discurso, Ralph Saieg, vicepresidente de la AMIA, condenó al terrorismo internacional y se solidarizó con las víctimas del atentado en Niza. Luego pasó a elogiar al gobierno nacional. Destacó los gestos positivos de Macri hacia la causa y remarcó la satisfacción de la comunidad judía por la anulación del memorando de entendimiento con Irán. Increíblemente, el dirigente desmintió que la causa no haya avanzado ya que consideró que la culpabilidad de los iraníes había sido probada por la Justicia ya que Interpol mantiene las alertas rojas contra los acusados funcionarios de Irán. La politización del acto alcanzó su máximo esplendor cuando el dirigente de la Amia hizo alusión al caso Nisman. Calificó a su muerte como algo sumamente extraño y que la Justicia aun no ha dado las explicaciones correspondientes. En realidad, hasta ahora la Justicia ha dicho que en base a lo que se sabe hasta el momento no se puede hablar de asesinato. Además, el dirigente obvió mencionar el dinero que se le encontró al malogrado fiscal y su predilección por tomarse vacaciones en lugares exóticos muy bien acompañado. Luego hizo uso de la palabra Sofía Guterman, en representación de los familiares de las víctimas. Dijo que la impunidad ya lleva 22 años y se preguntó si después de todo ese tiempo las hojas de los expedientes “no tienen ya olor a viejo”. Remarcó que ningún gobierno logró resolver el atentado lo que crea un ambiente dominado por la desilusión y la impunidad. Más adelante puso especial énfasis en el memorando con Irán. Se pregunto por las razones que habrían llevado a la ex presidente Cristina Kirchner a firmar con tanta prisa semejante acuerdo. Luego calificó el caso Nisman como “la muerte política más importante de la democracia” y acusó al Estado de no haber hecho nada por protegerlo. Al igual que el vicepresidente de la AMIA, Guterman consideró que de la muerte política de Nisman todavía no se sabe nada. No se privó de arremeter contra el actual diputado por el Parlasur Agustín Rossi, quien hace un tiempo comparó las causas judiciales contra ex funcionarios K con la persecución nazi a los judíos. Expresó que la falta de resolución del caso AMIA tiene una única explicación: la corrupción. Sobre las organizaciones de derechos humanos dijo que en la actualidad estaban destruidas. Terminó su discurso al mejor estilo macrista: “Se puede. Los familiares creemos que también se puede. Después de las elecciones dijeron festejando que se pudo. Ojalá podamos también decirlo los familiares” (fuente: Sergio Kiernan: “De los 85 muertos a Nisman”, Página 12, 19/7/016).

Un sector de los familiares de las víctimas se reunió en la histórica Plaza de Mayo. Su referente es Sergio Burstein quien aseguró que “la bomba en la AMIA explota todos los días, justamente hoy es lunes, el mismo día que explotó la bomba en 1994”. Reclamó que el crimen se esclarezca definitivamente para que los muertos logren descansar definitivamente en paz. Sostuvo que hay una única manera de cerrar la herida producida por el atentado: que alguien tome la decisión que hace falta para acabar con una impunidad que dura 22 años. Pese a estar en la vereda de enfrente respecto al gobierno nacional, Burstein afirmó que ojalá le toque al actual presidente de la nación ser el encargado de esclarecer definitivamente el crimen. Pese a las diferencias entre los familiares, Burstein remarcó que todos tienen un denominador común: saber quienes fueron los responsables del atentado para poder devolverles, a través de la justicia, la dignidad a los muertos. Tampoco se privó de criticar duramente al macrismo por haberle abierto las puertas de la Rosada a dos militantes neonazis pertenecientes al partido que lidera Biondini. En este sentido, afirmó: “desfila Rico y no pasa nada, es la derecha que va naturalizando todas estas cosas como si no fueran parte de un pasado de barbarie”. Mientras tanto, en Comodoro Py, los familiares nucleados en la agrupación “Memoria Activa”, recordaron el hecho y reclamaron justicia. Gerardo Mazur, uno de los fundadores de la agrupación, expresó que el juicio por encubrimiento es la última esperanza que les queda a los familiares. Hacía mención al juicio por encubrimiento que desde hace casi un año se lleva a cabo en los Tribunales de Comodoro Py. En ese proceso están siendo juzgados, entre otros, el ex juez Galeano, el ex comisario Jorge “Fino” Palacios, el ex titular de la DAIA Rubén Beraja, el ex jefe de la SIDE Hugo Anzorregui y el ex presidente Carlos Menem. En este sentido, Borda remarcó el hecho, juzgado como “una particularidad de la impunidad” que atraviesa la causa AMIA, no solo relacionada solo con ausencia de castigo a los responsables de poner la bomba sino con algo mucho más grave: los funcionarios responsables de juzgarlos y de prevenir nuevos ataques fueron partícipes de encubrirlo”. Por su parte, Diana Malamud exigió al gobierno nacional que haga todo lo que está a su alcance en pos del definitivo esclarecimiento del atentado, y repudió el silencio de la dirigencia de la comunidad judía frente a la afrenta que significó la presencia de militantes neonazis en la Casa Rosada. El escritor Mempo Giardinelli celebró que sean muchos los ciudadanos que no están dispuestos a bajar los brazos en este país donde “la Justicia es una caricatura”. “Somos muchos los que no esperamos justicia, pero sí la reclamamos, la perseguimos, la exigimos y continuaremos haciéndolo por el dolor que nos provoca comprobar que desde hace 22 años el Estado es incapaz de esclarecer, juzgar y condenar a los culpables” (fuente: Ailín Bullentini: “Con críticas a la dirigencia comunitaria”, Página 12, 19/7/016).

La firma del Memorándum con Irán en 2013 justificó la alianza que a partir de entonces selló el macrismo con la dirigencia de la AMIA y la DAIA. Lo que los unía era la siguiente acusación que hicieron recaer sobre el gobierno de Cristina: con ese acuerdo con Teherán quedaba prácticamente garantizado el sobreseimiento de los iraníes acusados de haber demolido el edificio de la AMIA. El posterior desarrollo de los acontecimientos desmintió la creencia de los socios ya que Irán jamás vio con buenos ojos un acuerdo que estipulaba la declaración de los sospechosos ante un juez argentino. El memorándum jamás entró en vigencia porque Irán jamás lo votó. La alianza entre el gobierno de Macri y los máximos dirigentes de la comunidad judía continúa vigente y hoy se exterioriza en la idea defendida por ambas partes de juzgar a los iraníes en ausencia. Oh casualidad, eso es precisamente lo que buscan las derechas de Israel y Estados Unidos que siempre se han manifestado contrarias al tratado de limitación nuclear firmado por la administración Obama y la teocracia iraní. Quien ha sido designado para redactar el polémico proyecto-consistiría en designar defensores oficiales a los iraníes sospechosos y que se desarrolle el juicio en su ausencia-es el titular de la Unidad AMIA, el ex senador radical Mario Cimadevila. Julio Maier, Raúl Zaffaroni y León Arslanián, juristas cuya relevancia es incuestionable, han rechazado el proyecto por considerarlo inconstitucional y porque una ley no puede ser aplicada de manera retroactiva. Tal como lo sostienen la mayoría de los familiares lo que se pretende hacer es realizar un juicio rápido para condenar definitivamente a los iraníes, haciendo creer a la sociedad argentina-y fundamentalmente a los familiares-que se hizo justicia.

En el acto oficial de rememoración del vigésimo segundo aniversario de la voladura de la AMIA se hizo escasa referencia al informe redactado recientemente por los fiscales que tienen a su cargo la Unidad Fiscal AMIA-Sabrina Namer, Roberto Salum y Leonardo Fillipini- luego de la muerte política de Nisman. En ese texto los fiscales confirman las falencias de la investigación, la desidia con la que se manejó el caso más relevante, por tratarse de la muerte dudosa del fiscal especial de la causa AMIA, desde la recuperación de la democracia. El informe sostiene que: a) jamás en estos 22 años el Equipo Argentino de Antropología Forense fue llamado a participar en la investigación. Recién este año se le solicitó el estudio de los restos humanos aparecidos en el acelerador de la Trafic. b) Nisman siempre sostuvo que el suicida que se inmoló con la Trafic fue un libanés, Ibrahim Hussein Berro. Pese a que sus dos hermanos, hoy residentes en Chicago, se han negado a extraerse sangre, hoy existen métodos que permiten extraer el ADN de los hermanos del suicida para contrastarlo con el ADN encontrado en la AMIA. Recién a fines del año pasado se hizo el pedido correspondiente a las autoridades norteamericanas. c) Aún permanecen en la morgue los restos sin identificar de la víctima número 86. Los fiscales recibieron en la morgue una insólita explicación de parte de los médicos forenses: la víctima no tiene sus dedos. Además, no supieron brindar a los fiscales las razones de ese “detalle anatómico”. d) Aún no aparece el cuerpo de León Gregorio Kompel, dado por muerto porque su familia atestigua que murió en el atentado. e) Por fin se está haciendo algo que debió haber sido hecho inmediatamente después del atentado: conseguir el ADN de las 84 familias de las víctimas. De esa manera, si llegara a aparecer un perfil genético que no pertenece a ninguna de las familias, se estará ante el propio suicida o ante alguien vinculado al ataque (fuente: Raúl Kollmann: “cuatro miradas tras 22 años sin justicia”, Página 12, 19/7/016).

Así está hoy la causa AMIA. Los familiares de las víctimas, divididos por razones políticas, siguen exigiendo justicia en cada aniversario de la voladura de la mutual judía. Eso es lo único relevante que se ha producido durante estas dos décadas plagadas de negligencia, corrupción y una desidia rayana en la criminalidad.

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