Por Manuel Lichtenstein.-

La noche del 9 al 10 de noviembre de 1938 estalló en toda Alemania nazi la Kristallnacht -La Noche de los Cristales Rotos- que de alguna manera presagiaba lo que sucedería desde esa dramática noche con los judíos alemanes, en primer lugar y a continuación, con los judíos de los países que Hitler arrolló con su Guerra Relámpago -la Blitz Krieg- que pone en ejecución después de invadir Polonia el 1° de septiembre de 1939. Y el mundo seguía andando.

Nadie blandió los estandartes de los derechos humanos ante la agresión a la comunidad judía en Alemania. Y así se sumaron y se siguieron los asesinatos en masa que fueron la consecuencia del Holocausto que el nazismo hitleriano consumó a hasta las últimas consecuencias, porque como siempre, los judíos somos lo que somos o estamos como estamos, solos con esa negra soledad que padecemos los elegidos por los otros para pagar culpas de lo que no hicimos.

Esta semana los argentinos y en particular los directivos de instituciones señeras judeo-argentinas y algunos esclarecidos de la cultura y del quehacer intelectual, fueron sorprendidos debido a que un visceral anti judío, el abogado Juan Gabriel Labaké, los denunció como traidores a la Patria, sedición y todo lo que pudo involucrar en su denuncia contra los involucrados.

Esa nazi-fascista y singular denuncia reviste una importancia capital, ya que se mire por donde se mire, tiene el mismo aval y consentimiento de los que hablan por boca de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, como son Luis D’Elía, Hebe de Bonafini y el jefe de la horda anti semita, Quebracho, Fernando Esteche, que ella jamás cuestionó o criticó.

No me cabe ninguna duda que éste no es detalle menor como lo aseveran a través de sus tibias opiniones, los políticos de la rosada oposición al oficialismo, este es un plan debidamente orquestado que me hace suponer que la seguridad de los judíos argentinos corremos un serio peligro, ya que por algo que se le parece en mucho, se desató en Alemania nazi la Kristallnacht.

Sólo se escucharon, con excepción del periodista Marcelo Longobardi, tibias voces de protesta con la xxxxxx afirmación de que no va a pasar nada.

Hay millones de argentinos que se debaten en una injusta e increíble pobreza que podrían sentirse inducidos a solidarizarse con las denuncias de este xenófobo anti judío, anti israelí y manejador de todo lo que puede producir una distracción que haga pasar a segundo grado lo actuado por el Fiscal Alberto Nisman.

Alberto Nisman fue asesinado y vilipendiado por los mismos que lo asesinaron, por ser un fiscal de una causa que investigaba los oscuros vericuetos de los increíbles atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA, que estuvo a punto de denunciar en el Congreso Nacional, la colaboración de todos los poderes que tratan de encubrir a Irán. Y el mundo sigue andando.

Esto no es para nada una cuestión menor a la que hay que restarle importancia, es una mecha que en cualquier momento la encienden y puede provocar un una Kristallnacht vernácula. Y el mundo sigue andando.

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