Por Cosme Beccar Varela.-

Los comunistas son enemigos de la propiedad privada pero no de los placeres que proporciona la riqueza. Por eso, aún en los tiempos del más crudo estalinismo los comunistas tenían sus casas de fin de semana, sus almacenes especiales con toda clase de cosas importadas y ganaban sueldos fabulosos. Y en Cuba pasa lo mismo. Fidel Castro, cuando vivía, era uno de los más hombres más ricos de América (ahora creo que está muerto desde hace rato y las fotos de ahora son de un «doble» que, por cierto, a veces lo eligen mal porque el que salió con el Presidente de Francia el 13 de mayo en «Clarín», pág. 24, es completamente distinto al asesino original).

Aquí siguen la misma política. Los jóvenes de «La Cámpora» ganan sueldos y honorarios fabulosos. Cuando el Estado se quedó con cargos en los Directorios de las empresas de las que eran accionistas la AFJP, nombró «camporistas» en todos ellos. El mini-ministro de economía, el marxista Kicillof, después de expropiar YPF se quedó con un puesto en el directorio. Según noticia del 14/5/2015 («Clarín», pág. 20) en la última Asamblea se votaron $ 146.000.000 para pagar a los Directores y Gerentes. De esa cantidad fabulosa Kicillof se quedó con un honorario mensual de $ 400.000. Es una grosería que el grosero Kicillof comete groseramente.

Si a eso le sumamos lo que cobra por otros directorios de que forma parte y el sueldo de ministro (más los «extras» que infaliblemente debe arañar) resulta que este pequeño caradura que está destruyendo la economía según los manuales del comunismo, es rico, riquísimo. Eso no impide que sea un marxista auténtico, que se presente sin corbata, en mangas de camisa o con un saco que le queda grande y que hasta se diga que puede ser candidato a vicepresidente.

Y sus amigos de la asociación ilícita denominada «La Cámpora» son ricos también porque ocupan otros directorios o cargos públicos abundantemente rentados.

Para no hablar de la usurpadora presidencial y de sus ministros que son todos ricos por vías excusas…

Me he enterado también que los sueldos de los Jueces son substanciosos. Alrededor de $ 100.000 por mes entre pitos y flautas. Y, proporcionalmente, los secretarios y otros funcionarios judiciales cobran muy buenos sueldos. O sea, el Poder Judicial está muy motivado para «quedar bien» con esta tiranía. Perder un cargo en la Justicia es perder una buena vida, mejor que la de los simples ciudadanos que deben luchar todos los días a brazo partido para mantenerse a flote.

Y los diarios «opositores», que hasta hace poco se quejaban de que el gobierno no les dejaba hacer publicidad de los supermercados y casas de electrodomésticos por lo cual, según decían, perdían plata, desde hace unos meses casi no tienen espacio para las noticias ya que sus páginas están en su mayor parte cubiertas de aquella clase de avisos. O sea, que ahora ganan mucha plata gracias al gobierno que ha suprimido aquella restricción.

Todos estos forman una clase interesada en que la tiranía siga. Eso explica la apariencia de prosperidad que se ve en las calles (autos nuevos, diversiones costosas, viajes, caras satisfechas etc.) Con unos cuantos miles de habitantes que gozan de estos privilegios, el malestar de la inmensa mayoría no se nota y la continuidad del “modelo” está asegurada.

Nos lo merecemos por nuestra falta de amor a Dios y a la Patria. Nunca tan pocos hicieron tanto daño a tantos sin que éstos hicieran ni el más mínimo esfuerzo para defenderse.

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