Por Malú Kikuchi.-

A través de los medios nos enteramos de la enorme cantidad de adolescentes que se “pierden” todos los días en Argentina. Se supone que pasa lo mismo en otros países, pero no tenemos información al respecto.

A nivel nacional existe un organismo dedicado al tema, el Registro Nacional de Información de Menores Extraviados. En 2013 se extraviaron 5.338 chicos y en 2014, 6.047, un 8.31% más. Va en aumento. El 84,6%, de más de 12 años, se va voluntariamente de sus casas. De esos, se recupera la mayoría.

En CABA también hay un organismo, el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Acá en CABA, el número de chicos extraviados se mantiene, en 2013 fueron 1.132 y en 2014, 1.125. Se encuentra el 95% de estos chicos, o sea casi todos.

De la mayoría de estos chicos, un 60% tiene entre 16 y 17 años; y el 81% se extiende desde los 12 a los 17 años. Las chicas son mucho más propensas a tomar esta decisión que los varones: 70,5% niñas, y sólo un 29,2% chicos.

Los motivos para que estos chicos se vayan de sus casas son variados, abuso, maltrato o simples peleas familiares. En los dos primeros casos debe intervenir la justicia de menores para protegerlos, denuncia mediante.

Y estos adolescentes deberían conocer sus derechos desde la escuela, y de tener problemas de este tipo, saber a quienes deberían recurrir. El tema es que esto no se les enseña en los colegios y que por regla general, estos chicos no suelen asistir a los mismos.

Pero los chicos que se van de sus casas porque han discutido con sus padres, esos son otro problema y es el que nos preocupa. Se sabe que los adolescentes se llaman así porque “adolecen”, básicamente de sentido común. Es una etapa difícil, tanto para ellos, como para sus padres. Es una transición.

Están saliendo del mágico mundo de la infancia, donde mamá y papá son seres fantásticos y todopoderosos, que contestan preguntas, saben, protegen, miman. El refugio a todo problema, el puerto seguro. Y de pronto, esos mismos padres pasan a ser monstruos negadores de permisos, que lo único que hacen es molestar exigiendo que se hagan o no se hagan determinadas cosas, ogros que ponen límites. Los límites son insoportables.

A esa edad son rebeldes, y deben serlo, sino no pueden crecer. Herman Hesse* decía “quien quiera nacer debe destruir un mundo” (“Demián” 1919). Y a veces, no encuentran ante el conflicto familiar, por regla general tonto y superficial, otra solución que irse de la casa, para eludir esos límites.

Suponen, sin conocer los terribles peligros que acechan a un adolescente en este momento en nuestro país, que un mundo sin límites, es mejor. Y se exponen a todos los males, narcos, trata y cualquier otra forma de esclavitud. Y eso simplemente por no hablar lo suficiente con ellos.

Pero una vez que el hecho ocurrió, Juan Carr, de Red Solidaria, que de esto sabe, dice que hay que denunciar en el juzgado, en la fiscalía, en la comisaría, en los medios y gritarlo a todo aquel que quiera oír. Y al que no quiera oír, también. Que el país necesita saber que el chico o chica que fuere, está perdido. Y sobre todo, a los medios, que son los que le dan difusión a la noticia y muestran las fotos. El reconocimiento es esencial.

Entiendo que todo lo que se pueda hacer para encontrar a uno de estos chicos que podría ser uno de los nuestros, es poco. Todo es poco. Cuanta más gente lo sepa, mejor. Cuantas más fotos en diarios, TV, afiches, llamados a la solidaridad radiales, todo es poco. Pero…

Andy Warhol* decía que, “en el futuro todos tendrán 15’ de fama mundial”. Y ahí viene mi duda y mi pregunta. Insisto, nada es suficiente para encontrarlos, todo sirve, pero esta excesiva exposición ¿no creará un aliciente más para que el adolescente se vaya de su casa?

Si el adolescente duda si irse dando un portazo (“para que se asusten y sepan que los odio y que no me pueden hacer esto”), el saber que va a estar en la TV, en los diarios y las radios y que la gente va a hablar de él o de ella, ¿no los decidirá a irse? La “fama”, aunque fugaz, siempre es atractiva.

Y de ser así, ¿se los encontrará a tiempo y a salvo? No tengo respuesta a esta pregunta. Seguramente Juan Carr tiene razón y mi pregunta está de más. Pero me la hago y se las dejo. Yo no tengo respuesta.

* Hermann Hesse, escritor suizo alemán, 1877/1962, premio Nobel de literatura en 1946.

* Andy Warhol, EEUU, artista plástico (entre otras cosas) 1928/ 1987.

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