Por Alfredo Nobre Leite.-

Con respecto al editorial «El sistema previsional» del diario «La Prensa» del día 19 del actual, en que hace un análisis de su deplorable estado y recomienda que es «necesario programar un aumento de edad jubilatoria -actualmente de 65 años en los hombres y 60 en las mujeres- sin que afecte la fecha de quienes están muy próximo a hacerlo», no me parece la mejor idea. Antes que nada hay que considerar que cada vez hay menos aportes activos al sistema previsional. Cuesta pasados los 40 años conseguir trabajo y ¿de qué vivirá la persona en esa edad y la nueva para pasar a retiro? El gobierno kirchnerista se apropió de los recursos de las AFJP, dejando en la estacada a los que al jubilarse perciben haberes inferiores al mínimo del sistema de reparto (asimismo, todavía están pleiteando contra el Estado para que les devuelvan las sumas de ahorro aportadas al margen del aporte jubilatorio, a pesar de fallos de la Corte Suprema). Asimismo, el kirchnerismo se apropió de los recursos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, contra vales y bonos que nunca se se pagarán que fueron utilizados para todo menester menos para pagar las sentencias firmes y definitivas, y de ahí los juicios que duran más de ocho años -como es mi caso-; y relativo a la nueva ley de «reparación histórica», darán prioridad a unos 260 mil jubilados mayores de 80 años, y los demás que demandaron al Estado por la movilidad del 82% mal liquidadas, quedarán para el furgón de cola. Y no nos olvidemos que los haberes de quienes trabajamos más de 40 años, cobrando haberes mínimos y superiores, los ingresos son míseros (con respecto a los salarios en actividad actuales) para la manutención, medicamentos, atención médica que deja mucho que desear -el ejemplo patético es la corrupción del PAMI que es otra agravante para los «felices» jubilados-, y hasta parece que por el mal trato a los ancianos, como queda dicho, se procura su «solución final».

Entiendo que habría voluntad de la administración del presidente Mauricio Macri de ir morigerando el abandono de quienes trabajamos y sacrificamos para levantar nuestro país, en mi humilde opinión no es la mejor idea pensar en aumentar las edades para «gozar» del retiro de la actividad, siempre y cuando haya podido trabajar hasta los 65 años actuales, que no es el caso, y de ahí las moratorias para quienes al carecer de los aportes necesarios, provocan el debilitamiento financiero y económico del sistema a mediano plazo. Lo que pedimos es que cese la apropiación de nuestros recursos, como sucede desde el primer gobierno del «benemérito» Juan Domingo Perón y todos los demás que siguieron su mal ejemplo para rapiñar y enriquecerse, importándoles un adarme su triste situación (un 85% de los «beneficiarios» estarían bajo el umbral de la pobreza).

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