El nacionalismo es, en muchos casos, una epopeya constante que necesita tantas muestras de fervor como las religiones mas exigentes. Y en ese camino de exagerar la nacionalidad, algunos políticos suelen llegar a extremos cercanos al fanatismo. Más aún, si en el trámite de exacerbar el culto político, llevan al resto al borde de la infracción permanente.

Es lo que viene sucediendo en el parlamento, donde un grupo de legisladores intentan imponer desde hace una década nuevas normas y regulaciones en esa dirección con el fin de imponer el culto patriótico en cuestiones mínimas y cotidianas.

En este fin de ciclo del Kirchnerismo, el premio final en este campeonato nacionalista sin duda se lo llevará el diputado oficialista por la provincia de Buenos Aires, Jorge Rivas. El político socialista devenido en ultra kirchnerista presentó un proyecto de Ley para obligar a los locales de venta de ropa o indumentaria a exhibir prendas con la insignia argentina si deciden poner en sus escaparates otras similares con una bandera extranjera. En su propuesta, Rivas no sólo pretende forzarlos a multiplicar las banderas nacionales, sino que además amenaza con fuertes multas y hasta la clausura a aquellos que decidan ignorar la nueva norma.

El artículo 1 del proyecto de Ley dice: “Establézcase en todo el territorio nacional que los comercios que vendan, comercialicen u ofrezcan al público ropa a indumentaria tanto formal como informal o deportiva, que exhiba la bandera de otro país, deberán tener en sus respectivos locales prendas similares con la bandera argentina, según lo determine la reglamentación correspondiente” (Sic).

El proyecto del diputado Jorge Rivas tiene el número de expediente 5714-D-2015, y fue girado a las comisiones de Comercio e Industria. Fue presentado el 23 de octubre pasado.

Como se dijo previamente, el artículo 4 de ese texto de Rivas, de hecho, habla de multas y de clausuras a quienes no acaten la normativa. Dice textualmente: “A aquellos comerciantes que no den cumplimiento a lo dispuesto en el art. 1 de la presente Ley, se les podrá imponer una multa, o clausura del comercio según lo establezca la reglamentación”.

El proyecto, según afirma el mismo diputado en el texto, tiene como objetivo particular “el amparo del sentimiento de pertenencia a la comunidad nacional».

El legislador kirchnerista fundamenta a través de 8 párrafos la sanción de ese proyecto de Ley. Inicia la justificación afirmando que al haber participado de la reciente sanción del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación que impulsó el “Ejecutivo Nacional para ahondar en la ampliación de derechos para todos y que tiende a tutelar a los usuarios o consumidores frente a la posición dominantes del poder económico”.

Rivas afirma con posterioridad: “El consumidor tiene derecho a ser informado en forma cierta, clara y detallada sobre todo lo relacionado con las características de los bienes que va a obtener, de las condiciones de comercialización, así como a disponer de alternativas que faciliten el ejercicio de su libertad de elección”. El diputado, al respecto, dice que dentro de ese marco se estaría propiciando esa norma, ya que -según subraya- propone proteger esa libertad de elección.

Los fundamentos del curioso proyecto no concluyen ahí. Rivas asegura respecto a la pertenencia a la comunidad nacional, que “ese sentimiento, en efecto, puede resultar menoscabado en el caso de que en determinado comercio se ofrezcan en venta prendas que lleven la imagen de banderas de otros países sin que se ofrezcan también prendas con la imagen de la bandera argentina”.

Ropa Extranjera 02 (bis)

El legislador K, por último, concluye que pensó el proyecto “especialmente en los veteranos de la guerra de las Malvinas, cuyos esfuerzos y sacrificios en defensa de la soberanía nacional han sufrido ya tantas muestras de ingratitud y olvido por parte de nuestra sociedad”.

Así, en una muestra de eclecticismo ideológico, el legislador K compuso un curioso andamiaje argumental con retazos de la Guerra de Malvinas, derechos de los consumidores y la necesidad de «tutelar» a los ciudadanos.

El proyecto no solo obliga a los comerciantes a disponer prendas sin otro criterio que el deseo nacionalista, sino que además no deja claro quiénes se harán cargo del costo económico del stock que deberá acumularse para no ser multados o clausurados. Nada asegura que por cada consumidor que compre una remera con una bandera brasilera, jamaiquina o de otro país, vaya a entrar otro comprador deseoso de compensarlo con la adquisición de una similar con la celeste y blanca. Pero, en el universo nacionalista paralelo, la defensa de los símbolos es un «costo colateral» aceptable, por los otros, en la batalla contra las diversas formas de la extranjería que viene por nuestra patria, nuestros ciudadanos y nuestra cultura.

En su afán de llevar adelante la cruzada nacionalista es posible imaginar que en el futuro el diputado Rivas obligará a vender remeras de Gaturro y Mafalda por cada prenda que lleve la imagen de Mickey Mouse o Hello Kitty. O, en un extremo de imaginación, obligar a los comerciantes a vender remeras con versos del Martin Fierro para contrarrestar las que vienen con frases de autores extranjeros, como aquella sentencia de Albert Einstein que dice: «El nacionalismo es una enfermedad infantil».

JMS e IMO | (Eliminando Variables) | @EliminandoV

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