Por Alexis Di Capo.-

Presencia de las FARC (Información Básica: 2000/2012)

Desde el mes de febrero de 2001, las FARC iniciaron el desarrollo de bases de operaciones en territorio paraguayo, especialmente en los Departamentos de Concepción y San Pedro, habiéndose incrementado la presencia de dirigentes de esa organización en forma clandestina por modo aéreo (vuelos clandestinos del narcotráfico).

Entre los Departamentos mencionados se encuentra la localidad de Tacuatí, donde fueron detectados entre 20 y 25 miembros de las FARC. Dicho lugar es considerado «zona liberada» por las FFAA y la Policía Nacional. También se registraron actividades de estos elementos en otros seis departamentos del país.

Las actividades, además del tráfico de armas y drogas, están referidas a: adoctrinamiento y organización política y social de pequeñas comunidades sin tierra y campesinas; instrucción y equipamiento de los denominados «Grupos de Autodefensa de la Comunidad»; conformación de un Frente o Movimiento de Liberación Popular sobre la base de las siguientes organizaciones: Partido Comunista Paraguayo, Movimiento Patria Libre, Sindicato de Empresas Públicas en Proceso de Privatización, Organizaciones Campesinas, Movimiento Sin Tierra. Coordinan sus acciones con un contingente de médicos cubanos, aproximadamente cien, de los cuales sólo 20 serían efectivamente médicos. Prestan limitada atención médica, pero efectúan un fuerte proselitismo político.

Recordemos que en Paraguay y no muy lejos de Alberdi existen bases de las FARC, en Marquetalia, por ejemplo. Estos grupos se ven muy limitados por los servicios de Inteligencia tanto en Argentina como en Brasil, no así en Paraguay.

En Paraguay elementos de las FARC lograron infiltrar al Movimiento de los Sin Techo. “La policía no tiene acceso al asentamiento de Marquetalia”, asegura Marín, un importantísimo dirigente. Varias agencias internacionales de noticias publicaron artículos denunciando que la guerrilla de las FARC había comenzado operativos militares que incluían entrenamiento militar en el Paraguay.

El asentamiento está divido en 16 bases de lo cual cada uno tiene su dirigente político y también de seguridad. La seguridad tiene su jefe, su subjefe, los cuales disponen a 10 personas a su mando. Esas 10 personas por su lado, dirigen entre 100 y 200 familias, aproximadamente. Según relata el dirigente de esta agrupación: “Un ex ministro del Interior llegó con todos sus escoltas. Ahora él es diputado. Pero debió dejar toda su caravana de equipo afuera de La Marquetalia y poner sus manos hacia arriba contra la pared para que lo revisáramos. En el interior del asentamiento fue acompañado con nuestro equipo de seguridad. Si sale La Marquetalia a la calle, con toda su gente, con su preparación y disciplina, se sabe que detrás sale mucha más gente, hecho que podría derrocar el gobierno. Entonces, el temor que ellos tienen por La Marquetalia es grande”, cuenta Raúl Marín, paraguayo. Él es el vicepresidente de la organización nacional de Los Sin Techo. Su esposa, también dirigente de la organización, es una argentina, entrerriana para mayor precisión, llamada Marilina Marichal. Ambos integrantes del matrimonio son abogados, lideran en La Marquetalia a unas 1.600 familias ó 10.370 personas en las afueras de Asunción.

Javier Calderón, representante oficial de las FARC-EP para los países en el Cono Sur, se ha entrevistado con los dos abogados, y les ha brindado consejo y apoyo. Alrededor de Asunción son ya 78 asentamientos, divididos en 15 bloques.

Detrás de esta acción se menciona a la guerrilla colombiana de las FARC. La prueba para aquellas acusaciones es el nombre del asentamiento, que es el mejor organizado: La Marquetalia, que imita el nombre de la localidad colombiana donde nacieron las FARC. Cada colombiano conoce el nombre de la cuna de las FARC-EP, el pequeño pueblito en el departamento de Tolima, lugar donde en mayo de 1964, 16.000 infantes, aviones con asesoramiento norteamericano lanzaron la ofensiva contra los 48 campesinos dirigidos por el entonces legendario guerrillero de la década ’50, Manuel Marulanda Velez.

Un diario brasileño advierte que las FARC trafican droga desde Paraguay. Una alianza estratégica para el tráfico de drogas desde Colombia a Brasil pasando por Paraguay, entre la guerrilla de las FARC y narcotraficantes colombianos con capos brasileños, denunció el 11Abr2005 el diario O Globo de Río de Janeiro, citando documentos de Estados Unidos.

Bajo un gran titular de primera página: Traficantes brasileños se alían a las FARC en Paraguay, el diario carioca afirma que esa alianza se dio luego de que el gobierno brasileño fortaleció una ley que autoriza a la Fuerza Aérea nacional derribar aviones sospechosos que sobrevuelen su país. De acuerdo con el diario, debido a que esa ley hace muy riesgoso el tráfico de cocaína por vía área desde Colombia a Brasil, surgió entonces la alianza que compromete a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), de la que asegura que «hoy está instalada en Paraguay”´.

El informe de O Globo, que cita un documento del gobierno de los Estados Unidos (The 2005 International Narcotics Control Strategy Report), dice que la alianza compromete además al narcotraficante brasileño Ivan Carlos Mendes Mesquita, preso en Paraguay, y al capo colombiano José María Corredor Ibagué, más conocido como «el Boyaco´´. El narcotraficante brasileño Mendes “es el principal eslabón con los carteles colombianos (de la droga) y las FARC, desde que (el capo brasileño) Luiz Fernando da Costa («Fernandinho Beira-Mar´´), fue trasladado para una cárcel alta seguridad en el interior (del estado) de Sao Paulo”, agrega el matutino. Según el diario, ahora la cocaína que sale desde el sur de Colombia ”desde pistas clandestinas controladas por las FARC”, es enviada «en pequeños aviones que pasan por Bolivia y aterrizan en Paraguay, donde es descargada en haciendas de propiedad de narcotraficantes brasileños”.

La cocaína continúa por carretera desde Paraguay hacia Brasil, donde parte se dedica a atender el consumo interno de las grandes ciudades como Sao Paulo y Río de Janeiro, principalmente, y el resto sigue para Estados Unidos, Europa, Japón, Australia y Sudáfrica, explica el diario. O Globo asegura además que los aviones regresan a Colombia cargados con dólares y armas compradas en Paraguay. “Las armas y parte del dinero van para las FARC como pago de una especie de peaje por el uso de sus pistas”, puntualiza el rotativo al describir la conexión de ese grupo guerrillero colombiano en la alianza entre los narcotraficantes de ese país y los brasileños. Fuente: Diario Exterior.com

En mayo de 2012, la finca Campos Morumbí de la localidad de Curuguaty, a 240 km al noreste de Asunción, en litigio entre Blas N. Riquelme (ex presidente del Partido Colorado) y el Estado Paraguayo, fue ocupada por un centenar de campesinos para protestar por la escasez de tierras agrícolas en el departamento de Canindeyú.

Tras tres semanas de toma, el viernes 15 de junio de 2012, el Ministerio del Interior ordenó el desalojo de la propiedad, resultando en enfrentamientos violentos entre ocupantes y la fuerza policial. Desde el comienzo del gobierno de Lugo se llevaba a cabo un proceso de desalojo pacífico, consistente en una vanguardia delegada por los cuerpos policiales -sin armas- que planteaba un desalojo con intención de que los campesinos ocuparan en otro lugar donde el Estado les asignaría tierras. En este caso, los policías mandatados en dicha tarea fueron aparentemente emboscados por una parte de los campesinos y acribillados en el lugar, a lo que el grupo de apoyo de la policía respondió con severidad. En el ataque murieron 17 personas (11 campesinos y 6 policías). Este suceso provocó fuertes críticas en el país, provocando la dimisión del ministro del Interior, Carlos Filizzola, y del comandante de la Policía, Paulino Rojas. Fuentes policiales dijeron que los efectivos fueron emboscados cuando intentaban establecer las tratativas, sospechándose que miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo estaban infiltrados entre los campesinos.

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