Por Juan Manuel Otero.-

Ésta es la historia de dos soldados que, cumpliendo con el servicio militar, habían jurado defender a la Patria; dos jóvenes de muy distintos orígenes y condición social; uno, proveniente de acomodada familia porteña, hijo de la reconocida psicóloga Eva Giberti e hijastro del laureado pediatra don Florencio Escardó; el otro, un joven formoseño, proveniente de una humilde familia de trabajadores, carente tal vez de recursos materiales, pero con superávit de honestidad y amor por la celeste y blanca.

Y ¿qué los relaciona? Simple: La traición y el honor. La traición a la Patria y el honor de dar la vida por ella.

LA TRAICIÓN: El 6 de septiembre de 1973, durante el Gobierno de Juan D. Perón, se produjo el asalto al Comando de Sanidad del Ejército por parte del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Los terroristas entraron con suma facilidad gracias a que uno de sus militantes cumplía con el servicio militar en dicha unidad y les facilitó el ingreso, era el porteño Hernán César Invernizzi, quien pidió la apertura de los portones fingiendo que el camión que ingresaba traía “mercadería para el Comando”. Durante el ataque fue asesinado el Teniente Coronel Raúl Juan Duarte Ardoy. Como partícipes recibieron condenas, el nombrado Invernizzi reclusión perpetua, el hoy periodista Eduardo Anguita 16 años de prisión y Carlos Ponce de León, el jefe de la operación, 19 años de prisión. Todos recuperaron su libertad durante el gobierno de Raúl Alfonsín.

EL HONOR: El domingo 5 de octubre de 1975, durante el gobierno de Isabel Perón, el formoseño Hermindo Luna se encontraba de guardia en el Regimiento de Infantería de Monte 29, de Formosa. Era la hora de la siesta y el soldado Luna cubría el ingreso al cuartel, mientras sus compañeros dormían la siesta. Alrededor de las 4 de la tarde dos jóvenes vestidos de azul y armados con FAL, pateando el portón, ingresaron y le advirtieron: «Rendite, dame el arma, que la cosa no es con vos». Pero este soldado tenía los atributos que le faltaban a Invernizzi… su respuesta «¡Acá no se rinde nadie, mierda!» forma parte de los capítulos más honrosos de nuestra historia Patria.

No le dieron ni tiempo a defenderse, murió acribillado por las balas de aquellos cobardes asesinos.

EL COROLARIO:

1) El traidor Hernán Cesar Invernizzi, luego de ser amnistiado por la ley de punto final, recibió la recomendación de la montonera Alicia Pierini por la que fue nombrado funcionario de la Defensoría del Pueblo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que ella presidía. Fue durante el mandato del Ingeniero Macri, cargo que le fue ratificado por su sucesor Rodríguez Larreta y sigue hasta el día de la fecha, pese a sus antecedentes criminales de traición a la Patria.

2) La familia del valiente soldado Hermindo Luna no tuvo reconocimiento oficial alguno, su humildad es tan grande como su amor por la Patria. Su hermana Jovina Luna se dirigió al Secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, solicitando se le permita acceder al listado de terroristas que cobraron indemnizaciones por haber atentado contra la Nación, pero su pedido fue rechazado por el funcionario quien adujo que se trataba de “información sensible”.

Estos dos capítulos me vienen a la memoria y me producen asco cada vez que nuestro Presidente envía adhesiones de solidaridad a las autoridades y víctimas de países que hayan sufrido ataques terroristas… y también cada vez que recibe a mandatarios extranjeros junto a quienes homenajea a los traidores asesinos arrojando flores al Río de la Plata…

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