Por Carlos E. Viana.-

“El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar”. Ernesto “Che” Guevara.

El olvido de la verdad

Escuché a Nelson Castro transmitiendo directamente desde Cuba decir textualmente que el embargo decidido por el gobierno de los Estados Unidos a Cuba, en octubre de 1960, “era inmoral, porque perjudicó al pueblo cubano”.

Me extraña que este periodista sobresaliente en su defensa de la democracia y los derechos humanos dijera esto.

Antes de pasar revista a los hechos que motivaron dicho embargo, creo necesario recordarle a Nelson Castro que una parte de esos hechos fueron los asesinatos de veintinueve niños argentinos, cometidos por la “juventud maravillosa”, cuyos comandantes se entrenaban en la isla, financiados por la Unión Soviética, para que implantaran un régimen totalitario marxista-leninista en Argentina.

Pero relatemos los hechos previos a octubre de 1962, en plena guerra fría, cuando se implantaron estas sanciones contra el régimen comunista de Cuba.

Por qué sancionaron a Cuba

Hasta 1959, Hispanoamérica no había caído en la faz violenta de la guerra de guerrillas y solo se manifestaba el conflicto en conflictos provocados por agitadores profesionales. La guerra fría todavía no se había tornado caliente en nuestras naciones. ¿Cómo fue que alcanzo esta faz sangrienta?

Tres meses después que Fidel Castro tomara el gobierno de Cuba, en 1959, se dio el primer acto bélico de la guerrilla marxista, enviada desde la isla. El objetivo fue el estratégico istmo de Panamá. A continuación el terrorismo cubano se extendió por Centro América. En 1961 Castro se declara públicamente comunista, el slogan de sus seguidores fue, “Si Fidel es comunista, yo soy comunista, ¿elecciones para qué?” La guerra fría ya se había tornado caliente en Hispanoamérica.

Por si cabía alguna duda en 1962, Cuba acepta tropas soviéticas en su territorio y la instalación de bases de misiles nucleares que podrían bombardear inclusive a Argentina. El 12 de septiembre de ese año el gobierno de la URSS, previene a Estados Unidos, que un ataque o bloqueo contra barcos soviéticos llevando las cargas nucleares que se dirijan a la isla, provocaría la guerra atómica.

La URRS apoyaba a Cuba 1,5 millones de dólares por día y además con sus fuerzas armadas, armas y entrenamiento. Esto equivalía económicamente, a la construcción de dos represas como la del Chocón por año.

Posteriormente guerrillas castristas intentan desembarcar en Venezuela y Castro organiza con el nombre de FALN, (Frente Armado de Liberación Nacional), la guerra en dicho país. En Colombia también el Ejército combatía contra la guerrilla castro-soviética. En 1963, Guevara con el apoyo de Fidel Castro, organiza un grupo guerrillero, que operará en Orán (Salta), liderado por Jorge R. Masetti, quien junto a otro terrorista, Rodolfo Walsh habían fundado la agencia noticiosa Prensa Latina en la Habana.

Ernesto Guevara definió la doctrina de esta guerra, en la Asamblea General de la ONU el 11 de diciembre de 1964: “Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte”.

Se agrava el ataque contra Hispanoamérica

En enero de 1966, comienza la Conferencia Tricontinental de la Habana, Concurrieron 513 delegados de 83 grupos provenientes de Asia, África y América Latina. En el órgano de la Tricontinental, “Revista Tricontinental” de 16-4-67, Guevara dijo: “El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal. Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los mismos: atacarlo donde quiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite”.

La Revista Verde Olivo, La Habana, 8-10-68, publicó otras declaraciones de Guevara: “El camino pacífico está eliminado y la violencia es inevitable. Para lograr regímenes socialistas habrán de correr ríos de sangre y debe continuarse la ruta de la liberación aunque sea a costa de millones de víctimas atómicas”.

En esta Conferencia Tricontinental, a propuesta del chileno Salvador Allende, impulso la idea soviética de convocar a una conferencia latinoamericana, que se llamaría OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad). Dicho delegado chileno dijo en su mensaje: “Estamos con los combatientes de Guatemala, Colombia, Venezuela y Perú”. Dilma Rousseff era terrorista en Brasil y los Tupamaros asesinaban uruguayos. A todo este proyecto no lo podía financiar Cuba, solo la URSS tuvo el poder para ello, pero Fidel Castro entrenaba a los comandantes que vendrían a matar a nuestros países.

Posteriormente, en 1967, se celebró la reunión de la OLAS, con 27 delegaciones, entre ellas, la argentina presidida por John William Cooke y la chilena por Salvador Allende, se aprobó una declaración que contenía estos párrafos: “El primer objetivo de la revolución popular en el continente es la toma del poder mediante la destrucción del aparato burocrático-militar del Estado y su reemplazo por el pueblo armado para cambiar el régimen social y económico existente […]. Dicho objetivo es sólo alcanzable a través de la lucha armada. Los hechos ocurridos demuestran que la guerra de guerrillas, como genuina expresión de la lucha armada popular, es el método más eficaz y la forma más adecuada para librar y desarrollar la guerra revolucionaria en la mayoría de nuestros países […].El proceso violento hacia el comunismo es inevitable y exige la existencia del mando unificado político y militar como garantía de su éxito”.

Atacan a Argentina, fue una GUERRA

Para 1968, la guerrilla marxista se había extendido a casi toda Hispanoamérica.

Fue entonces que la Guerra fría comenzó a tomar temperatura en Argentina. Ernesto Guevara desde el sur de Bolivia, proyectaba atacar al noreste. La misma contó con el apoyo de Fidel Castro, según lo expreso el dictador cubano públicamente.

Sin embargo la guerra se tornó caliente en Argentina, desde el asesinato del General Aramburu, en 1970. Desde entonces fue creciendo la ofensiva marxista-leninista con ataques a cuarteles, y asesinatos de quienes no pensaban de la misma forma, como Oberdan Salustro, Presidente de la FIAT, Patrick Egan. Cónsul de Estados Unidos, o la señora de Cuco, una humilde vendedora de diarios. Entre los terroristas atacantes estaban las hijas de Estela de Carlotto y los hijos de Hebe Bonafini. Entre sus víctimas, niños, jóvenes, hijos, madres, padres y hermanos.

Las organizaciones guerrilleras entrenadas en Cuba, mataron a más de 2.000 argentinos. Siguiendo la doctrina guerrillera de Guevara, expuestas más arriba, entre ellos a más de 29 chicos, cómo María Cristina Viola de 4 años, al bebe Kraiselburd de pocos meses, Guillermina Cabrera de 3 años, Juan Eduardo Barrios de 3 años. Asesinaron empresarios como Raúl Alberto Amelong, hirieron a su hija adolescente que lo acompañaba; a mujeres por ser esposas de militares como la señora de Sasiain, a sindicalistas como José Ignacio Rucci, secuestraron y torturaron a militares como el Coronel Larrabure y ametrallaron a soldados conscriptos de 18 años, como lo hicieron en el asalto al cuartel del 29 de Monte en Formosa, con la participación del ahora Diputado Kunkel. Estos chicos que cumplían el servicio militar obligatorio fueron acribillados, mientras dormían o estaban bañándose. Para los K, Alberto Fernández, Schiaretti, Lorenzetti, la Corte Suprema y muchos jueces, no fueron estos, crímenes de Lesa Humanidad, para muchos diputados y senadores, incursos en la violación del artículo 119 de la Constitución Nacional, tampoco.

Recordemos esta doctrina que lego Guevara a los asaltantes del cuartel: “Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los mismos”.

Las dos principales organizaciones guerrilleras, PRT-ERP y Montoneros, no hubieran podido por sí solas mantener una lucha tan intensa, no había recursos internos y nunca tuvieron el apoyo del pueblo. Tampoco Cuba hubiera podido atacar a todo el continente, sin la ayuda y el apoyo de la URRS. Una prueba más de esto, es que cuando en 1977, la Unión Soviética necesito cereales y alimentos, llego a un acuerdo con el Gobierno Militar Argentino y le quitó el apoyo a su propia guerrilla, pasando a ser el principal cliente de nuestro país. Entonces esta superpotencia, junto con Cuba, el bloque oriental y los No Alineados, defendieron al gobierno Argentino ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

Los hechos relatados fueron el motivo de las Sanciones contra el gobierno totalitario y terrorista de Fidel Castro, la más larga y sangrienta de las dictaduras que tiene la historia hispanoamericana. El saldo fueron 200.000 muertos en Iberoamérica y África.

Nelson Castro debe informarse

Por eso Nelson Castro debería informarse y ver de qué lado está la inmoralidad y sobre todo apercibirse que en Argentina hubo una guerra, que el país fue atacado y que este gobierno y la izquierda han creado una falsa imagen de represión, cuando en realidad se debió combatir, para que no instalaran un totalitarismo en nuestro país.

Mientras tanto a Nelson no le llaman la atención los 1.800 prisioneros de este gobierno por haber cumplido con su deber de defender la Patria. Los trata de represores y ahora defiende a quienes nos atacaron. ¿Cómo puede estar tan engañado un hombre inteligente? Lo peor es que se ha creado una falsa cultura y han caído en ella la mayoría de los periodistas, intelectuales y políticos.

Tengo fija la imagen de Fidel Castro saludando sentado al Papa para que este tenga que inclinarse ante él. Este tirano no está arrepentido de ninguno de sus crímenes y reprimió a las Damas de Blanco y disidentes que quisieron acercarse a su Santidad. También el tirano sigue manteniendo presos políticos y se siguen escapando cubanos de la isla, sumándose a los 2 millones de exilados de la tiranía.

Aquí en Argentina, la ingratitud y la injusticia, produce el fenómeno que hay quienes tienen licencia para matar y otros que no tienen derechos humanos.

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