Por Carlos Tórtora.-

La próxima foto para saber cómo evoluciona la fluida interna peronista será el próximo 17 con los actos de celebración del día de la lealtad. La máxima movilización del kirchnerismo sería en Merlo, cuyo intendente Gustavo Menéndez es el presidente del PJ bonaerense y practica un cristinismo light, resistiéndose a las presiones de La Cámpora para imponer un candidato a gobernador -Axel Kicillof- que responde directamente a CFK. No se sabe si esta última se hará ver en Merlo o finalmente optará por no participar en acto alguno. Pero la movilización más importante promete ser la que convoca en Tucumán el gobernador Juan Manzur, que aspira a ser presidenciable desde una postura no alineada ni con el kirchnerismo ni con Alternativa Nacional. Se dice que Miguel Ángel Pichetto estaría presente en Tucumán. Otro presidenciable, Juan Manuel Urtubey, optaría por presidir un acto en su provincia.

Otra convocatoria con la anuencia del gobernador Juan Schiaretti sería en Córdoba y estaría convocada por el secretario general del sindicato del sindicato del vidrio y nuevo jefe de las 62 Organizaciones Peronistas, Horacio Valdez. Este acto tendría la particularidad de ser a la vez un homenaje a la memoria del recientemente desaparecido José Manuel de la Sota.

Los que mandan

Como se ve, lo que marca esta situación es el protagonismo de gobernadores e intendentes como representantes institucionales del peronismo. El más perjudicado por esta tendencia es Sergio Massa. Algunos gobernadores, empezando por Urtubey, se referirían al tigrense desvalorizándolo por no tener “mando”, o sea un cargo institucional.

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