Por Oscar Dufour.-

CLAMOR DE LOS TRABAJADORES: Después de un grueso error de cálculo del triunvirato de la CGT, en un plenario realizado ayer en la Federación Gráfica Bonaerense (FGB) la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) que lidera Sergio Palazzo (La Bancaria), en coincidencia con lo que anunciará las CTA, resolvió reclamar a la conducción cegetista “la urgente convocatoria a un Paro general para el 30 de marzo”. Señalan que continuar el diálogo servirá para deslegitimar y fragmentar a la CGT.

Contracorriente. El 22 de agosto de 2016, el entonces Secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) Hugo Moyano (Camioneros), luego de 12 años al frente de la central obrera Argentina, finalizó su mandato. A mediados de julio de ese mismo año, había encabezado un Congreso Confederal en medio del proceso de unidad en marcha, para definir a la nueva conducción de la CGT unificada, donde además convergían la CGT Alsina de Antonio Caló (UOM), y la Azul y Blanca de Luis Barrionuevo (UHTGRA).

El escenario político nacional, presentaba por un lado factores sociales que fueron desoídos por los entonces Secretarios generales, o al menos entendieron que había cuestiones de más peso, ya que a la luz de los hechos, primaron los “intereses” políticos a la hora de designar un “triunvirato” resistido no por pocos jefes sindicales. Tal vez creyeron que montarse a la “ola” que el Gobierno del Presidente Mauricio Macri pretendió instalar, era la mejor y más cómoda alternativa, pero el bochornoso papel de “los elegidos” ante los ojos de los miles de presentes, de la región y el mundo, demostró hace escasas horas, que al igual que el Gobierno tenían una seria disociación con el mundo real, algo poco común para el mundo gremial que siempre es el certero termómetro de lo que sucede en cada rincón de nuestro país.

“El Confederal de la CGT ha convocado un Paro general pero no le ha puesto fecha, dejando espacio para negociar con el Gobierno que quiere evitarlo y por estas horas opera a full”

Por otro, se plantearon dos posiciones en el seno de la CGT. Una fue la del entonces Secretario de Interior Gerónimo “momo” Venegas (Peones rurales), que no quiso ser parte de la nueva conducción “tripartita”, manteniendo una posición legalista respecto a los Estatutos de la central obrera, donde al advertir que la convocatoria no respetó los plazos mínimos que establece la carta orgánica de la CGT, ni el número de congresales que le correspondía a cada organización, formuló una impugnación ante la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales del Ministerio de Trabajo de la Nación, acompañado por 68 gremios, lo que no es poca cosa. Entonces las críticas a los “rebeldes” no se hicieron esperar, algunos Jefes sindicales le dispararon con dureza “los que se prenden al Gobierno de turno no están acá para debatir como corresponde”, en obvia alusión a su alianza con el frente oficialista CAMBIEMOS. No es ningún secreto que siempre aspiró a suceder a Moyano.

A la controversia gremial también se sumó en aquella oportunidad el líder de La Bancaria, Sergio Palazzo, pero a diferencia de Venegas no se fue, se quedó y la AB junto con el núcleo del MTA, la APSSE, la SOC, la FGB, ADEM, FOCA, y otros gremios, conformaron la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) como una línea interna de la CGT, que desde su génesis, se caracterizó por ponerse al frente del reclamo de los trabajadores. Se especula que la figura de Palazzo y lo que representa, en algún momento será el recambio en la conducción de la Confederación General del Trabajo o ésta indefectiblemente se volverá a partir, es decir, va a blanquear lo que de hecho ocurre por estas horas.

Las cartas están echadas. Las evidentes “operaciones y contraoperaciones” que emergieron sin clara identidad, tuvieron su máxima expresión cuando el triunvirato cegetista luego del “cálculo y error” fue abucheado y corrido, y traducen el intento de profundizar una crisis de conducción gremial que afecta directamente el campo nacional y popular, donde por estas horas el Gobierno nacional redobló la apuesta y advirtió que no cambiará el rumbo. Una clara señal para los Jefes sindicales, pero también para el llamado “establishment”.

El mes de marzo continúa incierto con escenarios gremiales, sociales y políticos abiertos, los movimientos sociales realizan una marcha de protesta el próximo lunes 13, reclamando por la demora en la reglamentación de la ley de emergencia social; y las organizaciones de derechos humanos harán lo propio el feriado viernes 24, movilizándose hacia la Plaza de Mayo. Las CTA de Hugo Yasky y Pablo Micheli, ahora articulando unificadas también tendrán un importante protagonismo ante este clamor popular, anticiparon que la semana próxima anunciarían un Paro en todo el País para el jueves 30.

En tanto, ¿cuál será el papel de la CGT? cuya conducción tripartita muy debilitada y sin iniciativa, logró trasladar la crisis política a la central obrera. Al momento solo atinó a anunciar que la semana próxima, le pondrá fecha a la primera huelga nacional contra el Gobierno nacional, que todavía sigue sin saber cuál de los jefes sindicales es el interlocutor válido.

EN CONCLUSIÓN: Evitar el Paro general es una prioridad política para el Presidente Macri, las protestas gremiales históricamente han debilitado a los Gobiernos, en especial a los no-Peronistas. La huelga es un “fantasma” que ninguna administración quiere ver.

La multitudinaria convocatoria de esta semana sin definiciones en la fecha del Paro, fue un grueso error de cálculo del triunvirato cegetista, -el mundo gremial que compone es muy particular, con un “péndulo de poder” muchas veces más poderoso que la estructura gubernamental de turno-, hizo que Schmid, Acuña y Daer, jugaran probablemente su última carta. Sin entrar a detallar adjetivaciones ni valoraciones, la percepción de la opinión pública fue lapidaria.

Parafraseando a Eva Perón “Renuncio a los cargos, no a la lucha”, pareciera no con pocas certezas, que algunos dirigentes gremiales renunciaron solamente a la lucha, y eso es irrefutable.

Los que quieran oír… que oigan.

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