Por Oscar Edgardo García.-

La Ministra de Trabajo de la Nación, Raquel «Kelly» Olmos, manifestó que el bono de $24.000 también debe ser pagado a las empleadas de servicio doméstico.

Sin poner cuestionamiento alguno sobre las necesidades económicas por las que atraviesan estas trabajadoras caben plantear algunas reflexiones.

Los empleadores de servicio doméstico no tendrán el beneficio que se les otorga a las PYMES de descontar del impuesto a las ganancias el 50% del costo del bono, decisión ésta que es totalmente discriminatoria ya que la ley considera como empleadores a ambos.

Asimismo, la medida ignora que muchos empleadores son integrantes de la clase pasiva, es decir jubilados, que se ven obligados a contratar este personal para su asistencia y cuidado y que tienen iguales o mayores necesidades económicas que los pertenecientes a esta clase trabajadora.

Por otra parte, el incremento de los haberes previsionales durante el año actual ha sido inferior al aumento salarial que ha tenido el personal doméstico motivo por el que el pago del bono resultaría un castigo más a los ya deteriorados bolsillos de los jubilados.

La clase pasiva padece las injusticias del Gobierno Nacional sumida en un estado total de indefensión frente a legisladores y políticos concentrados en sus propios intereses y utilizando miserable, mentirosa e hipócritamente a los jubilados para alcanzar sus objetivos políticos personales.

Solo queda esperar que Dios se apiade de los ancianos porque no se avizora otra ayuda para la solución de sus problemas.

Share