Por Carlos Tórtora.-

En los últimos días Axel Kicillof dio a conocer su intención de volcarse más a construir su candidatura presidencial, ahora que, muchos acuerdos mediante, la gobernabilidad en Buenos Aires estaría relativamente garantizada. Coincidió esto con una reunión de la cúpula del IFAM, organismo que nuclea a los intendentes peronistas, en la cual Fernando Espinoza anunció que van a empezar a trabajar por Kicillof 2027 con los intendentes del Interior. En sintonía con lo anterior, voceros de Kicillof dejaron trascender que éste está impaciente por empezar a charlar con los gobernadores, trascendiendo el «barro» de la interna que es el juego de La Cámpora.

Estas señales de construcción de poder no habrían caído nada bien en los círculos del cristinismo. Allí se insiste en que Kicillof debe dedicarse exclusivamente a gobernar la provincia, dejando para más adelante la cuestión de las candidaturas.

El caso es que un proyecto que estaba en estado latente de repente empezó a tomar volumen público en los últimos días. Es la posible postulación de Juan Grabois como candidato a presidente en el 2027. El ex dirigente piquetero cuenta con el partido Patria Grande y desarrolla una red de punteros y dirigentes de tercera línea, pero no cuenta con la adhesión de intendentes y menos aún de gobernadores.

¿Amenaza real o amague?

La interpretación más creíble de la instalación de Grabois como presidenciable es que se trata de una operación propiciada por Cristina Kirchner para amenazar a Kicillof. Esto es, si el gobernador acelera con su candidatura, Grabois plantearía la posibilidad de romper el voto peronista lanzando un frente de centro izquierda.

Pero la idea de Grabois presidenciable también serviría para un objetivo más inmediato: disuadir a Kicillof de que siga pulseando con Máximo Kirchner para ver quién controla los principales cargos del PJ bonarerense sellando así un acuerdo de unidad que evite una interna mediante votos. La posibilidad de que se tenga que votar preocupa sobre todo a La Cámpora, que está cada más lejos de los afiliados. Y la irrupción de un Grabois presidenciable colocaría al PJ al borde de la fractura.

También se puede vincular lo de Grabois con otros problemas. Su irrupción como candidato disruptivo serviría asimismo para intentar cerrarle el paso a otro candidato disruptivo. Se trata del influencer Dante Gebel, que tiene un perfil apto para sacarle votos a los peronistas y a los libertarios.

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