Por Rubén Montenegro.-

Pocos días atrás, tomó estado público la decisión del Ministerio de Defensa, luego de una reunión con el Presidente de la República, de elevarle “un ambicioso y profundo plan de reforma de las instituciones armadas” en el término de sesenta días.

En orden a tratar de rememorar proyectos de similares características anunciados desde la política a partir de 1983, vale recordar sucintamente:

  1. En 1983, el entonces JEMC General Julio Fernández Torres, avalado en aquel momento por el Ministro de Defensa Raúl Borras, impulso una redefinición de la doctrina estratégica militar, la reestructuración de las FFAA, la racionalización del gasto en función de la estrechez que atravesaba el país y la necesidad de desarrollar una doctrina de empleo común. Este proyecto, que originó algunas resistencias por parte de las fuerzas, en verdad fracasó por falta de apoyatura política.
  2. Durante el gobierno del Dr. Menem una importante iniciativa destinada a considerar la cuestión de la Defensa Nacional y el rol de las FFAA tuvo como fuente el Congreso de la Nación. Promediando el año 1995 se realizaron una serie de audiencias públicas sobre la reestructuración del sistema de defensa nacional. Estas jornadas, que contaron con un vigoroso empuje inicial de las comisiones de defensa de ambas cámaras legislativas, finalmente tuvieron escasa repercusión en ámbitos políticos y sus efectos lamentablemente se diluyeron rápidamente.

También se aprobó de la Ley Nº 29.948/ 98, «Reestructuración de las FFAA», la cual constituyó otra tentativa en avanzar seriamente en el camino de la modernización de las instituciones armadas. Apoyada en lo normado por las leyes de «Defensa Nacional» y «Seguridad Interior», establecía criterios básicos y comunes para la reestructuración, el personal, el equipamiento y el financiamiento. Por otra parte, los contenidos de esta disposición fueron ratificados en el «Libro Blanco de la Defensa Nacional» publicado al año siguiente. En realidad, la referida ley no tuvo prácticamente aplicación efectiva alguna por falta de determinación política.

  1. Durante el gobierno del Dr. Fernando de la Rúa, López Murphy, al frente de la Cartera de Defensa, impulsó el diseño de un plan de modernización orientado hacia una mejor calidad del gasto y una mayor eficiencia del sistema.

Básicamente proponía definir con claridad la apreciación de las amenazas y establecer con precisión y criterio de conjunto los medios, humanos y materiales, para el cumplimiento de la misión de las FFAA. Tal propuesta entró en un cono de sombra luego de la partida de López Murphy del Ministerio.

  1. Durante el año 2001, y con la orientación del Dr. Horacio Jaunarena como responsable del área de Defensa, se generó una proposición para trabajar en conjunto, nuevamente, sobre la reestructuración de las FFAA. Lo sucedido en diciembre de ese año malogró todo esfuerzo en ese sentido.
  2. En agosto del año 2003 el entonces Presidente de la Nación Dr. Néstor Kirchner realizo, en un acto efectuado en la Casa Rosada, el lanzamiento del proyecto “La Defensa Nacional en la Agenda Democrática” con el objetivo de “….cimentar una política de Estado referida a la defensa de los intereses nacionales en todos los campos, incluidos el de la Defensa Nacional inmersa en un marco internacional de constante modificación”.

Como resultado de tal emprendimiento se conformaron nueve mesas de discusión que finalmente elaboraron los informes correspondientes (1. Política exterior y Defensa Nacional – 2. El papel de las FFAA en el nuevo contexto estratégico internacional y regional – 3. La Defensa y la comunidad – 4. Fortalecimiento de las instancias institucionales de coordinación conjunta – 5. El instrumento militar – 6. Educación en la Defensa – 7. La economía de la Defensa Nacional y el desarrollo científico-tecnológico – 8. Movilización y reservas – 9. Inteligencia y Defensa).

Los resultados de la iniciativa, aprobada por el Presidente de la nación mediante Decreto 545/2003 y apoyada por el Senado de la Nación mediante Resolución PE-678/03, justamente concretados en los dictámenes de cada mesa de trabajo fueron perdiendo vigencia para terminar diluyéndose totalmente.

  1. A partir del año 2005 se manifiesta una fuerte injerencia del Ministerio de Defensa en aspectos relativos al instrumento militar. A partir de entonces se originaron numerosas directrices orientadas a “ordenar” cuestiones relativas a ámbitos, responsabilidades y funciones de los distintos componentes del Instrumento Militar además de, entre otros temas, la logística, la educación militar, el reequipamiento, estructuras orgánicas, procesos de planeamiento, distribución presupuestaria, justicia militar, procedimientos de evaluación de personal militar por fuera del ámbito institucional de las Fuerzas Armadas (FFAA), etc.

Tal intervención finalmente quedo limitada a acciones meramente administrativas y en absoluto acompañadas, particularmente en el caso de la FAA, por asignaciones presupuestarias tendientes a recuperar, al menos razonablemente, sus capacidades operativas, en especial aquellas vinculadas con el Artículo 2° del ley de Defensa Nacional (N° 23554).

Una explícita muestra del desinterés político en avanzar en la “impulsada” modernización del Instrumento Militar, resultó el evidente ocaso del Plan de Capacidades Militares (PLANCAMIL), imaginado producto del Proceso de Planeamiento por Capacidades el cual, según exponen documentos oficiales, debiera haber sido la “piedra angular de las decisiones que se tomarán en el sector en materia de adiestramiento, información, doctrina, infraestructura, logística, organización, recursos humanos y material en los próximos 20 años”.

Seguramente la enumeración de emprendimientos de esta naturaleza, “modernizar/reestructurar/racionalizar el instrumento militar”, no ha sido completa, si ha sido la intención mostrar casos, casi siempre coincidentes con la llegada de nuevos gobiernos, en que se intentaron desde la política transformaciones que siempre quedaron en la nada o, en el mejor de los casos, a medio camino.

Cabe advertir, además, que a medida en que pasaron los años, a partir de 1983, los procesos de transformación proyectados fueron exigiendo la necesidad de mayores respaldos presupuestarios habida cuenta el atraso tecnológico del material a modernizar o los costos de nuevos equipamientos.

Esta cuestión resulta sumamente relevante en el caso de la Fuerza Aérea porque va mas allá de una simple modernización, resulta nada más y nada menos que intentar la reconstrucción integral de la Fuerza, en especial su material aéreo y más específicamente el vinculado a la capacidad de combate, la cual, a todas luces, revela un profundo nivel de destrucción a punto tal de poder afirmarse que tal aptitud se encuentra hoy absolutamente licuada. Nadie puede ignorar, finalmente, que la gravedad de este deterioro inevitablemente requerirá esfuerzos presupuestarios cuantiosos y cada vez mayores en la medida que el tiempo transcurra y no se adopten medidas para, al menos, detener el proceso de profunda decadencia.

El Gobierno y el Ministerio de Defensa en particular ¿están seguros de que en sesenta días estarán en condiciones de diseñar “un ambicioso y profundo plan de reforma de las instituciones armadas” y luego llevarlo a cabo a partir de su actual estado y las condiciones económicas financieras del país?

El riesgo es caer en proyectos de transformaciones o modernizaciones tradicionalmente basados, casi exclusivamente, en la eliminación de gastos considerados políticamente “superfluos”, venta de “propiedades” del estado bajo administración de las FFAA por juzgarlas desde la política no afines con su misión, desvincularlas de tareas, también desde la óptica la política, no relacionadas con sus responsabilidades, etc. etc. etc. tratando de evitar inversiones por pequeñas que sean.

En otras palabras, no llegar nunca al fondo de la cuestión que es orientar y generar una actualización sustituyendo, esencialmente, cantidad por calidad en todos los órdenes, tanto en lo personal como en lo material previamente haber establecido claramente cuáles son las demandas para con ellas.

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