Por Luis Américo Illuminati.-
El gobierno ordenó cerrar un espacio que era para rezar en el Congreso. En ese lugar había una bandera argentina y otra del Vaticano. El oratorio fue instalado con la conformidad de Victoria Villarruel, sin embargo, tras las quejas de pastores evangélicos, ordenaron quitarlo. La bandera del Vaticano suscitó una dura crítica del reconocido pastor Norberto Saracco, quien consideró que “la presencia de la bandera del Vaticano que identifica a la Iglesia Católica no sólo es un acto discriminatorio, sino que nos retrotrae a tiempos que creíamos superados. Es decepcionante que desde las más altas esferas del poder se nos recuerde que en este país de iguales algunos son más iguales que otros”. Analizadas las quejas, desde la Casa Rosada ordenaron retirar toda simbología que haga referencia a la Iglesia Católica, como banderas, escudos y crucifijos. La instalación del oratorio se produjo en medio de la puja por los despachos que se produce cada vez que hay renovación de senadores y los nuevos procuran ganar los de más amplio espacio (Fuente: Crónica Política). A primera vista esta noticia parece una fake news, pero no lo es, por el contrario, es la triste y cruda realidad. Ya en 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri, el PRO, junto con la UCR, presentaron un proyecto a los mismos fines y no obtuvo mayoría. Lo que se discute es si dicha prohibición puede disponerse por decreto. Desde mi punto de vista, no se puede. La Argentina es un país católico por origen y tradición, respeta y acoge todos los demás credos, y por ser la católica la religión cofundadora de nuestra identidad nacional, nos parece un despropósito la exigencia de la iglesia evangélica, la cual no tienen ningún derecho de prohibir nada sobre la religión católica. Es lo mismo que si en los países musulmanes los cristianos pretendieran que se prohibieran los símbolos del Islam. Más aún. Tan católica es tradicionalmente la Argentina que hoy 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción, es día feriado, lo mismo que otras fechas religiosas: la Navidad (25 de diciembre) y el Viernes Santo último de este año fue feriado. Y el 2º de la CN, reza -valga el término- «El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano». Una medida tan drástica ameritaba antes de ser un proyecto de ley un plebiscito o consulta popular como se hizo en 1984 sobre el diferendo con Chile sobre el dominio de las islas Picton, Nueva y Lennox, ubicadas en el Canal de Beagle, donde el “Sí” obtuvo el 81,13% de los votos frente al 17,24% del “No” y un 1,63% en blanco, con una participación del electorado del 70,17%.
Cabe concluir forzosamente que, si esa consulta popular fue para decidir la suerte de unas remotas islas, con mayor razón, cabe hacerlo para prohibir que el crucifijo y demás símbolos sagrados sean desterrados o no de los edificios públicos, siendo que en los momentos fundacionales de nuestra Nación, 25 de mayo de 1810 y 9 de Julio de 1816, los edificios que albergaron dichos actos estuvieron presentes representantes (canónigos) de la Iglesia Católica. El Cabildo histórico donde deliberó la Primera Junta y la Casa de Tucumán donde se declaró nuestra Independencia, junto con la Catedral Metropolitana que alberga los restos del Padre de la Patria, son prueba cabal de que la Iglesia Católica es parte indivisa en el nacimiento y desarrollo de nuestra Patria. Tenemos además provincias que por su nombre tienen un vínculo indisoluble con el catolicismo y sus santos patronos, San Luis, Santa Fe, Santa Cruz, San Juan, Misiones, Santiago del Estero y Buenos Aires que fue fundada con el nombre de Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre. Razones más que suficientes para reconocer nuestras verdaderas raíces.
09/12/2025 a las 5:00 AM
Recedant omnia vetera… sint omnia nova
Pasarán millones de años y no quedará recuerdo del nazareno falso que no redimir a nadie de nada
09/12/2025 a las 7:35 AM
Se le adivina el quipá al «anticristo».