Por Milcíades León Clementi.-
En la Argentina, el marxismo-leninismo subversivo, devenido luego en gobierno -con el apoyo del poder secreto que maneja desde siglos los hilos de la Revolución Mundial- les vendió a las nuevas generaciones un buzón histórico deleznable. Con sus precuelas y secuelas, esta “película” hizo su trabajo tergiversador y deformante.
La primera versión fue con el alfon-cinismo y la segunda, con el kirchnerismo. La deformación obró del mismo modo que las películas y series norteamericanas que colocaban como los malos a indios sioux, cheyennes, apaches y demás tribus y como los buenos a los cowboys, los jinetes de caballería del Coronel Mackenzie, el perro Rin-Tin-Tin y la mar en coche. ¡Pobre Rin-Tin-Tin!
Ponerlo como símbolo e ícono de una mentira. El ilustre rector de Salamanca Miguel de Unamuno hablaba de la «intrahistoria» para designar la vida tradicional que sirve de fondo permanente a la historia cambiante y visible. Por mi lado, utilizaré el término «infrahistoria» -que acuñé hace un tiempo- que viene a ser algo así como una «fábula milesia» o cuento infantil para ser transmitido a las siguientes generaciones que no vivieron los acontecimientos tal como sucedieron.
La fidelidad o veracidad histórica es siempre dudosa, pues generalmente los hechos son relatados por uno de los dos bandos que en una lucha o guerra se impuso sobre el vencido. Y no es porque éste no tenga ninguna culpa, salvo que ésta consista en defender su territorio que vio invadido por otro pueblo más adelantado.
En estos casos, las antiguas crónicas contaban la historia de una manera incompleta o falsa. En el siglo XX, el cine y la televisión reforzó la historia oficial a la que con rigor hay que llamar «infrahistoria» o «Historia cambiada», como las películas de vaqueros, donde éstos son los buenos y los indios son los malos y sanguinarios.
En la República Argentina, ha sucedido algo parecido. Por un lado, hubo un real «estado de necesidad» que obligó a las FF.AA. a actuar drásticamente y sin contemplaciones obedeciendo en una primera etapa órdenes emanadas por el gobierno del General Perón y, una segunda etapa, por las Juntas de Comandantes en Jefe, las que obviamente, los militares subalternos no podían desobedecer o rechazar, bajo pena de formarse Consejo de Guerra a quien no obedeciera.
Hubo abusos, hubo excesos, por supuesto, injustificables. A esta etapa de nuestra Historia algunos la llamaron «guerra sucia», otros «años de plomo», pero lo cierto es que los jerarcas máximos pagaron y purgaron sus culpas (Jorge Rafael Vdela y demás ex comandantes) fueron juzgados, condenados, indultados, vueltos a condenar y encarclados y, finalmente, sobreseídos por fallecimiento.
En todos los ejércitos del mundo, cuando los soldados defienden su territorio de las agresiones terroristas, son implacables. Sólo en la Argentina -que tuvo que soportar una guerra interna feroz, donde los guerrilleros se ocultaban y asesinaban a mansalva- los hombres que cumplieron órdenes -bajo la coacción militar aplicada verticalmente lo mismo que en una situación de guerra- son arrojados al infierno del Dante y los que que desencadenaron la lucha para imponer la dictadura del partido único, un modelo de totalitarismo importado, como los aplicados despiadamente en Cuba, URSS y la China Comunista de aquel entonces.
21/03/2016 a las 2:59 PM
SAN MARTÌN DIJO «CUANDO LA PATRIA PELIGRA, TODO ES LÌCITO MENOS DEJARLA PERECER».
FUE TAN SIMPLE COMO ESO.
21/03/2016 a las 5:36 PM
Total y absolutamente de acuerdo.-
21/03/2016 a las 5:14 PM
Sr. Bas: Si el General Perón volviera a la vida, diría la misma frase del General San Martín que usted cita y felicitaría al Sr. Milcíades Clementi por la circunspección, seriedad y patriotismo con que escribió esta nota, Los canarios son muy buenos para el canto, pero no vuelan tan alto como las águilas que no les temen ni a las tormentas ni a las serpientes que cazan con sus fuertes garras. Así son las Fuerzas Armadas, águilas ni canarios.
21/03/2016 a las 5:15 PM
La frase correcta es: Así son las Fuerzas Armadas, águilas no canarios.
21/03/2016 a las 8:35 PM
El día 24 de marzo de 1976, las FF.AA. no hicieron otra cosa que actuar como se lo pedían todos los argentinos: como un cirujano que tiene que cortar una pierna con gangrena. Salvo Álvaro Alzogaray que se oponía y decía que había que dejar que el desgobierno y el vacío de poder se profundizará aún más, para que el peronismo fuera expulsado como un virus que el propio organismo rechaza, pues en seis meses concluía el mandato de María Estela «Isabel» Martínez.
Y así, en las elecciones, surgiría un nuevo presidente de la Nación. Y así retornaría la cordura y la gente decente no votaría nunca más a la impostura, La sociedad expulsaría en forma definitiva a «los cuervos que sacan los ojos a quienes los crían». Esto lo reconoció el propio General Jorge Rafael Videla al periodista Ceferino Reato cuyas confesiones volcó en su libro «Disposición Final».
21/03/2016 a las 8:43 PM
Valiéndome de las palabras de señor Abregú, propongo esta definición del peronismo: “Cuervos que se sacan los ojos entre ellos y a quienes los han criado de polluelos”. Es lo que le sucedió a Juan Domingo Perón, fundador de esa agrupación política.
22/03/2016 a las 11:34 AM
Muchas veces digo:
Peleamos con dureza? ¡SI! Poco me importa si defendí mi PATRIA; gocen Uds. de nuestra tierra libre de toda ideología extraña e inaceptable por parte de nuestro pueblo. Luchamos cómo creíamos conveniente hacerlo y sin instrucción para guerra interna. Si había otra forma, no la conocíamos ni y tampoco íbamos a ponernos a experimentar, estando la PATRIA en peligro. Castiguen nuestra forma desde la comodidad de la paz que les dimos, somos los malos de la película; Uds. el pueblo libre.-
Lancero del «2» de Caballería
22/03/2016 a las 12:12 PM
Es cierto que gran parte de la población aplaudió la intervención militar que puso fin a (aquel) régimen peronista lamentable de la segunda esposa de Perón. Esa pobre mujer que el tirano depuesto impuso para vengarse perversamente de quienes se opusieron a su intento de colocar en ese puesto a su primera esposa, aun sabiendo que aquella (Isabel) era totalmente inepta para ejercer el cargo y dominada por el canalla brujo López Rega. Tres errores cometieron las Fuerzas Armadas. Tres errores que las dejaron en la actual situación: (1) Una metodología equivocada para «eliminación» al adversario. En términos estratégicos, eliminar no es sinónimo obligado de «matar», sino poner fuera de combate, herir o aprisionar y, en caso de ocurrir aquella opción en combate, entregar los cuerpos a sus familiares para su inhumación. Ejecutar prisioneros es inadmisible en cualquier guerra, así como disfrazarlos de «desaparecidos», una estupidez inconcebible. Por otra parte, fueron las mismas Fuerzas Armadas las que insistieron, contra otras opiniones, en que lo sucedido era una guerra. Por lo tanto, «en la guerra como en la guerra» y es imperioso obedecer las leyes de la misma. (2) La política económica desastrosa de Martínez de Hoz, los hermanos Alemann y los «Chicago boys». Si esta política hubiese sido exitosa, quizás las cosas hubieran pintado distintas, pero se emperraron en sostenerla, empobreciendo al país.
(3) Obviamente la guerra de las Malvinas y su lamentable fracaso. De tal manera, se granjearon una pésima opinión en el país y en el resto del mundo. De allí en adelante, las Fuerzas Armadas culpables y desprestigiadas dejaron de ser lo que tradicionalmente habían sido: La última opción de la República cuando el caos o el despotismo derribaran las barreras políticas constitucionales.
22/03/2016 a las 12:56 PM
Conclusión: Lean «666» y «Juana Tabor» de Hugo Wast, tildado de «antisemita». Es una profecía INCREIBLE. La historia termina como uno de esos libros donde una «presidenta con pantalones» le dice a su ministro «Ahora que no tenemos fuerzas armadas porque las destruimos quién va a defendernos?» Y obviamente hicieron como el cobarde de Perón….se escaparon como ratas por tirante….
28/03/2016 a las 12:56 PM
Las fuerzas armadas argentinas no hicieron otra cosa que la fea, sucia y desagradable tarea del cirujano que corta al miembro (pierna o brazo) con gangrena que amenaza la vida del organismo. Mal o bien, hicieron su trabajo y evitaron que la Argentina fuera una segunda Cuba. Eso es lo que quería Montoneros, ERP, FAP, FOP, FUP PUP PUM y demás siglas terroristas o infernales: la cubanización de Argentina. A los Firmenich, Vaca Narvaja, Verbitsky, Kunkel y demás asesinos seriales, es fusilarlos en la Plaza de Mayo, a la vista de todo el mundo.
Si Videla hubiera realizado un plebiscito para consultarle a la sociedad el fusilamiento o prisión para dichos criminales, sin ninguna duda la sociedad hubiera votado respaldado masivamente lo primero. Nunca entenderé porque no hicieron eso.
28/03/2016 a las 1:07 PM
La frase correcta es: «A los Firmenich, Vaca Narvaja, Verbitsky, Kunkel y demás asesinos seriales, tenían que haberlos fusilado en la Plaza de Mayo, a la vista de todo el mundo».