Por Guillermo Cherashny.-

El duro discurso de la gobernadora Vidal a los empresarios reunidos en Mar del Plata en el coloquio de IDEA, en el sentido de que salgan de la zona de confort y confíen en el país e inviertan fuertemente causó sorna a un empresario, que señaló: «Claro, con la plata de todos los argentinos que recaudan compulsivamente y con la cual hacen populismo para ganar elecciones es fácil salir de esa zona sin incomodarse».

Para decirlo claramente, tanto el discurso de Vidal como el de Jorge Lanata, que los acusó de cobardes frente al kirchnerismo -lo cual es verdad-, y que ahora sean valientes e inviertan, es desconocer la naturaleza del capital, que teniendo a los países del Pacífico y muy cerca a Brasil con la nueva reforma laboral y sin el atraso cambiario argentino, las inversiones directas deberán esperar un tiempo más, salvo que Macri se decida a gobernar por decreto y lance una reforma laboral, jubilatoria e impositiva. Pero el coraje no es una cualidad del gobierno de Cambiemos, de ahí que las exigencias de Vidal y Lanata y de todo el gobierno cayeran en un saco roto.

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