Por Carlos Tórtora.-

En el universo libertario reina la creencia de que, con el respaldo político y financiero de la administración Trump, Javier Milei ya tiene asegurada su reelección en el 2027. De ahí que la nueva interna que comienza a tomar forma gira alrededor de quién sería su compañero de fórmula. Con la experiencia acumulada con Victoria Villarruel, la primera cualidad que rescataría Milei en un futuro vice sería la lealtad.

Con el certificado de lealtad son varios los que están en carrera. El más notorio es Martín Menem, que tiene dos factores a favor. Para empezar, es sin duda el candidato de Karina Milei y además lleva un apellido de alto impacto electoral. Pero Menem carga con una mochila pesada, el Coimagate. El reciente dictamen del Fiscal Federal Franco Picardi identifica a Alan Pocovi, pariente político de los Menem, como uno de los principales receptores del circuito de coimas de la ANDIS, cuyo titular era Diego Spagnuolo.

A la sombra del presidente de la cámara baja y del titular de Vialidad Nacional Marcelo Campoy, Pocovi se convirtió en proveedor del estado y llegó a ser adjudicatario de un contrato para cortar el pasto a la vera de las rutas nacionales por 1.192.000.000 pesos.

Con un perfil totalmente distinto, Santiago Caputo también correría su propia carrera como candidato a vice y contaría a su favor con sus óptimas relaciones con importantes círculos de la administración Trump.

La tercera en discordia

Entre los anotados para vice figura también Patricia Bullrich, que cuenta a su favor con dos cuestiones. En primer lugar estará firmemente instalada en el Senado, lo que le da un posicionamiento ideal para suceder a Villarruel. Segundo, es tal vez la única operadora política de Milei en condiciones de darle el golpe de gracia al PRO, deshaciendo lo poco que pueda armar Mauricio Macri para juntar votos por fuera del gobierno. Pero la saliente ministra de Seguridad no cumple en principio con la primera condición. Hay que considerar entonces que su lealtad a Milei es puramente circunstancial, como lo fueron todas las lealtades de su vida política.

Pocos en la Casa Rosada dudan de que Bullrich, si Milei estuviese en crisis, se ofrecería como la salida política para los factores de poder.

La importancia del vice en una eventual reelección de Milei sería muy grande, porque el conglomerado oficialista incluiría a múltiples aliados, como los gobernadores, y LLA debería ceder entonces muchos espacios.

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