Por Gustavo Oscar Colla.-
Hay actitudes que definen a una persona, a un ser humano y a un político. Frente a la catástrofe sufrida en la ciudad de Villa Gessell, la más grande de la historia, debería haberse hecho presente en algún momento el Gobernador Axel Kicillof. Obviamente que nada hubiera aportado en el objetivo perseguido, ya que seguramente no debe saber qué forma tiene un ladrillo, pero al menos su presencia hubiera brindado, dada su jerarquía, una inyección de respeto, entusiasmo y esperanzas a familiares, rescatistas, bomberos y trabajadores de todas las ramas, que están tratando en estos momentos de salvar vidas, poniendo cada uno de ellos lo máximo de sí.
Pero, bueno, su ausencia y su silencio definen, o más bien ratifican, una vez más, qué calidad de persona y gobernante es.
04/11/2024 a las 11:11 PM
ESTE POBRE ANALFABETO DE KICHI, AUNQUE USTEDES NO LO CREAN, SERA LA ASTILLA CON QUE LA POROTA TROPEZARA Y PROVOCARA EL DERRUMBE TOTAL DEL
KIRCHNERISMO, ANQUE PERONISMO TAMBIEN.
PORQUE EL GORDO PAPUDO DE MAXIMO, ES SU HIJO Y AUNQUE EN SU MOMENTO LO ADOPTO AL ENANO, ENTRE
UN HIJO NATURAL Y UNO ADOPTADO, SE QUEDO CON EL DEL TUERTITO.
NINGUNO DE LOS DOS SE PUEDEN VER.
06/11/2024 a las 11:32 AM
Es cierto lo que habla acerca de las formas de conducta.
Hay formas de estafa que implican FALTA DE GRATITUD y deslealtad, falsos amigos cuyas acciones también son estafas.
Hay un abogaducho cordobés que vivió en la miseria toda su vida, pesaba 40 kilos a los 17 años por falta de dinero de sus padres para los más imprescindibles víveres necesarios para la subsistencia del día a día.
Su falta de ética, de moral y de humanidad se puso en evidencia cuando después de recibirse no necesitó más andar mendigando dinero ni comida de casa ajena.
Allí mostró la hilacha el DEGENERADO RESENTIDO. Volvió la espalda a quienes lo ayudaron durante décadas enteras.
‘SI QUIERES SABER CÓMO ES ALGUIEN, JÚZGALO POR LA MANERA EN QUE TE TRATA CUANDO YA NO TE NECESITA’.
Sangre zíngara de basura, si lees esto sabrás que sos vos a quien me refiero. Ahora que comés lomito de molleja y te creés (pedazo de ridículo) Rockefeler por ello, das más lástima que cuando eras una cucaracha escuálida.