Por Gustavo Oscar Colla.-

Hay actitudes que definen a una persona, a un ser humano y a un político. Frente a la catástrofe sufrida en la ciudad de Villa Gessell, la más grande de la historia, debería haberse hecho presente en algún momento el Gobernador Axel Kicillof. Obviamente que nada hubiera aportado en el objetivo perseguido, ya que seguramente no debe saber qué forma tiene un ladrillo, pero al menos su presencia hubiera brindado, dada su jerarquía, una inyección de respeto, entusiasmo y esperanzas a familiares, rescatistas, bomberos y trabajadores de todas las ramas, que están tratando en estos momentos de salvar vidas, poniendo cada uno de ellos lo máximo de sí.

Pero, bueno, su ausencia y su silencio definen, o más bien ratifican, una vez más, qué calidad de persona y gobernante es.

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