Por Hernán Andrés Kruse.-
“Digamos que Gramsci no se deja arrastrar por el maximalismo ni por el idealismo. Renuncia a un modelo dualista (de opuestos) y redentor de destrucción/construcción desde arriba de un orden social nuevo. Éste, si llega, deberá forjarse desde abajo. Entre otras cosas porque nunca fue amigo de los sistemas cerrados, con principios científicos rigurosos, abstracciones o verdades concluyentes. Gramsci era un hombre de realidades, no de dogmas ni de paraísos ilusorios. Para él, el socialismo rondaba la derrota, hasta tanto no se concibiera y desarrollara con autonomía, esto es, con su propia concepción integral del mundo y la historia. De ahí la importancia que en su obra contrae la necesidad de construir una filosofía de la praxis. La filosofía de la praxis es una teoría de la constitución de los sujetos políticos con el objetivo de que se desarrolle una doctrina de la hegemonía. Este subjetivismo y su base anti-determinista es lo que hace de Gramsci, desde nuestro modesto punto de vista, un autor inesperadamente actual.
Cuando hablamos aquí de hegemonía nos situamos en un plano muy diferente al de simple dominación y/o sustitución de unos dirigentes burgueses por otros socialistas. Para nuestro autor el éxito de una revolución socialista no se visualiza cuando los socialistas toman el poder, sino cuando transforman las relaciones de producción. Esto explicaría el peso que para Gramsci adquiere la idea de hegemonía, incluso por encima que la propia conquista del poder por la sociedad civil. Una vez tomado éste, debe existir una base social que respalde su continuidad. La hegemonía equivale así a asumir los intereses de los grupos destinatarios de sus acciones, a no bloquear los caminos, a no retener las alternativas. La hegemonía cohesiona, en un mismo bloque histórico, la sociedad civil y la política, teniendo los intelectuales el deber de contribuir mediante su difusión ideológica.
Esta apelación del autor italiano a la sociedad civil es importante de cara a evitar una dictadura sin consenso como la de los Estados socialistas. La dictadura del proletariado en Gramsci es un concepto teórico normativo no doctrinario. Suscribe junto a Rosa Luxemburgo la idea de que la libertad reservada únicamente a los partidarios del gobierno o a los miembros del partido -por muy numerosos que éstos sean- no es libertad. Hacerlo equivale a desviar, no a despejar el camino, en la revolución socialista.
Digamos que el proceso de conquista de la hegemonía pasa por fases y tiempos diferentes: (i) el cuerpo social se hace homogéneo y se reconoce en el terreno económico corporativo; (ii) se amplía la solidaridad entre los miembros de la misma clase social. Desaparecen el aislamiento y la dimisión; y (iii) los intereses corporativos sobrepasan sus límites y abarcan a otros grupos sociales. En cualquier caso, la revolución ha de ser concienzuda y paciente. Debe prepararse con cuidado, con la precisión de un alquimista, para que pueda empapar los mecanismos de la sociedad civil, volcando los corazones y cambiando la mentalidad de la mayoría. Hablar, por tanto, de hegemonía es hablar de imaginario social compartido. Si decimos que un determinado grupo social pierde hegemonía, lo que estamos haciendo es certificar que ya no cuenta con el respaldo del organismo social, que ya no es hegemónico, sino dominante, pues lejos de cohesionar el bloque histórico, se distancia de los ciudadanos, incapaz por más tiempo de integrar a la sociedad. Un retroceso hegemónico que se escenifica: (i) en una crisis orgánica, bien por el fracaso de la clase dirigente en alguna empresa política, bien por la pérdida de confianza de amplios sectores populares (campesinos e intelectuales pequeños burgueses), que pasan a la actividad y plantean reivindicaciones revolucionarias; y (ii) en una disgregación entre lo social y lo político que refuerza el papel represivo del Estado.
El lugar que Gramsci diseña para el nacimiento de la hegemonía es la fábrica. La preponderancia progresiva del aparato hegemónico de la clase dominante en el aparato estatal, no dejaba más opciones a los sujetos y a los grupos que potenciar aquellos espacios donde podían hacerse más fuertes. Por eso Gramsci hará de los consejos de fábrica – piénsese en el Consejo de Fábrica de Turín – el eje de sus propuestas. A estos correspondía: (i) fortalecer la conciencia de clase, pues los nuevos hábitos adquiridos en la fábrica serían la base para futuras conquistas. Los consejos de fábrica se convertían así en la piedra fija de los procesos de formación y educación democrática de los trabajadores; y (ii) traer la unidad a la clase trabajadora. Algo que no parecía fácil, vistas las diferencias y las disensiones entre los propios trabajadores, amén de las resistencias de obreros especializados, ingenieros etc., que siempre quisieron contar con reconocimientos y prerrogativas distintas de aquellos que no lo eran.
En esto, las expectativas de Gramsci se vieron defraudadas. Los Consejos de Fábrica representaban una forma alternativa de legitimidad, frente a las desviaciones de las instituciones de la democracia burguesa. Sólo ellos podían imponer de manera legítima disciplinas y, además, asegurar a los trabajadores el desarrollo máximo de sus iniciativas y capacidades, hacer de ellos productores y no sólo militantes. En ellos, reiteraba Gramsci, podía cristalizar un orden socio-económico alternativo que anticipara no ya el nuevo orden socialista, sino el modelo del Estado socialista. La estructura de este modelo de Estado emergía así desde abajo, desde los Consejos de Fábrica. El partido debía coordinar y los Consejos actuar. La relación entre uno y otro – partido y consejo – era de dependencia y colaboración, no de dominación de uno sobre otro. Lo que no deja de tener su aquél, si pensamos que para el filósofo italiano el marxismo equivalía a subvertir para luego promover el progreso intelectual de las masas. Había que construir prácticas emancipadoras y había que hacerlo desde abajo, para poder enfrentar el elitismo tradicional de las clases dirigentes. Sólo así tendría lugar la revolución política que buscaban.
Frente a Croce y el idealismo, Gramsci pretende hacer de la filosofía de la praxis el exponente hegemónico de una nueva cultura más cívica y democrática. Por eso tiene que construir un bloque intelectual moral que tienda puentes entre intelectuales (innovadores e integrales) y no filósofos. Era el intelectual quien debía hacer los deberes. Era él quien debía mantener vivos los instintos volitivos de los sujetos, con el propósito de que pudieran salir del caos y convertirse en agentes activos de su propia liberación y de la transformación democrática de la sociedad y el Estado. En fin, la intención de Gramsci no era otra que ampliar nada menos que los límites del discurso filosófico. Quiere decirse que para Gramsci una filosofía es una concepción del mundo que se escenifica como superación crítica de la religión, entendida como una idea del mundo que se transforma en norma de vida. La filosofía coincide con el buen sentido, que no es el más común. La filosofía de la praxis es la sistematización historicista del buen sentido, definitivamente emancipado del sentido común de las filosofías anteriores. Digamos que se concibe como una nueva filosofía integral de la historia, entendida ahora como política, como un historicismo absoluto.
El marxismo es para Gramsci un ejercicio crítico de las teorías y de las concepciones del mundo que se sintetiza: (i) en un conjunto de proposiciones fundamentalmente políticas para la crítica material del desarrollo de la filosofía, la ideología y la ciencia; (ii) en una serie de propuestas para una nueva ordenación y realización institucional – y cultural – de la filosofía; y (iii) en un nuevo sentido común y una nueva hegemonía con capacidad para influir en la cultura frente a las perspectivas y enfoques tradicionales. Veamos sino como palabrea en este punto el propio Gramsci: “elemento de una actividad práctica general que innova de manera perpetua el mundo físico y social, fundamentando una nueva e integral concepción del mundo”.
Tradicionalmente, la falta de correspondencia entre la concepción del mundo y la conciencia práctica, efectivamente manifestada, es un problema que se cierne sobre las formaciones sociales complejas y asimétricas, afectando a los sectores sociales supeditados y subordinados, que tienden a interiorizar la visión del mundo propia de las clases dominantes. En este sentido, Lukacs afirma que los trabajadores son forzados a tomar el poder cuando aún tienen interiorizado el orden capitalista como el único sistema posible. Resulta crucial, por lo tanto, cambiar dicha concepción por otra distinta, ajena a las tramas y mediaciones que consolidan la hegemonía del orden burgués.
El socialismo ha de acabar con las mediaciones falsamente representativas del Estado liberal burgués, para potenciar el autogobierno de los trabajadores. Son ellos quienes deben ejercer sus funciones como productores libres y creadores. El recuento de votos es, en este sentido, la manifestación terminal de un largo proceso, en el que los que tienen más influencia en la sociedad liberal la ejercen para obtener el consenso de la mayoría. Según el autor italiano, el proceso está mediatizado desde el principio a causa de las relaciones de dominación pre-estructuradas, del oscurecimiento de los problemas sociales y de la retórica elitista de gobierno que da por sentado, por un lado, que las masas son incapaces de afrontar o decidir acerca de los problemas sociales, incluso de aquéllos que más les conciernen y, por otro, que no son responsables. La propagación de este prejuicio elitista por todo el imaginario, en cualquiera de sus formas (como conformismo, escepticismo inactivo, atomización social o irresponsabilidad), presagia la debilidad de la acción política.
La hegemonía, significa, por tanto, un cambio radical, no sólo en la política, la cultura, la filosofía y su práctica, sino en las instituciones. El proletariado construye en torno a sí un agente social, que será el resultado de objetivos y reivindicaciones sociales de carácter progresivo de los colectivos sociales. Todo ello debe adaptarse a un cambio en el modelo de producción. Sólo así, y después de todo un proceso, se transformarán las relaciones de dominación establecidas, sustituyéndose por una nueva hegemonía: la de las masas, en la terminología más genuina de Gramsci”.
(*) Rafael Rodríguez Prieto//José María Seco Martínez (Profesores Drs. de Filosofía del Derecho y Política de la Universidad Pablo de Oalvide de Sevilla. Profesores y coordinadores de los Programas de Doctorado “Pensamiento Político, Democracia y Ciudadanía” y “Derechos Humanos y Desarrollo”): “Hegemonía y Democracia en el siglo XXI: ¿Por qué Gramsci?”
29/11/2024 a las 11:04 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Todo es posible
VICENTE MASSOT
PRENSA REPUBLICANA
27/11/024
Ni bien trascendió, durante el pasado fin de semana, que la senadora catamarqueña Lucia Corpacci había firmado el pliego de Ariel Lijo en la Comisión de Acuerdos, se tejieron especulaciones de todo tipo con base en un hecho que está fuera de dudas: sin el visto bueno de Cristina Fernández, aquélla jamás hubiese dado semejante paso que —de más está decirlo— deja en condiciones de ser tratado en el recinto el caso de tan controvertido juez. ¿Se han entablado conversaciones secretas entre los libertarios y el kirchnerismo? ¿Es verdad que Santiago Caputo lleva la voz cantante en la negociación con un único interlocutor, Wado de Pedro? ¿Se circunscribe el acercamiento a la constitución de la futura Corte Suprema de Justicia o se han tirado sobre la mesa otros temas, como el nombramiento a nivel nacional de ciento cincuenta magistrados, la eliminación de las PASO —deseada por el oficialismo— y el proyecto de ley de Ficha Limpia, que el peronismo quiere enterrar lo antes posible?
Son preguntas nada antojadizas, aunque carentes de respuestas seguras. Conviene, pues, ir paso a paso —tomando prestada la frase famosa de Mostaza Merlo. Comencemos por las certezas del campo oficialista. Por un lado, Javier Milei, en virtud de razones difíciles de entender, parece estar encaprichado en sentar a un impresentable en el máximo tribunal de justicia del país. Si abriga la misma intención respecto del jurista Manuel García Mansilla, es cuestión abierta a debate. Al mismo tiempo, el triángulo de hierro busca dar de lado con las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. Sin embargo, le faltan los votos necesarios para sumar los dos tercios necesarios en la cámara alta, y tampoco tiene mayorías parlamentarias para que las PASO dejen de existir. En la vereda de enfrente, los K —a la defensiva— no se hallan en condiciones de hacerlo retroceder a Milei. Por lo tanto, la lógica más elemental les aconseja poner en práctica el do ut des —es decir, doy para que des.
Nadie que no fuese un negado políticamente le regalaría al gobierno el voto de los veinticinco senadores —que responden en cuerpo y alma a la viuda de Kirchner— para que así Lijo y García Mansilla acompañen antes de fin de año a Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti en el Palacio de Tribunales. Es obligado, entonces, descartar la posibilidad de que la jefa de Unión por la Patria decida convertirse en una carmelita descalza, dispuesta a prestarle a sus enemigos un auxilio inestimable, sin compensación ninguna.
Es claro que, tras bambalinas, Santiago Caputo y Wado de Pedro cambian figuritas, más allá de su enemistad. Pero lo hacen sin pecar de samaritanos. El acuerdo no está a la vuelta de la esquina, al menos en punto a la Corte Suprema, por la sencilla razón de que cuanto exige el kirchnerismo —apoyar la candidatura de Lijo a cambio de que una incondicional de la ex–presidente, María de los Ángeles Sacnun, reemplace a García Mansilla— es de aceptación imposible para los libertarios. Sería un escándalo que algo así se llevara a la práctica. Ante sus seguidores, Milei no puede aparecer intercambiando favores con los K, dejando que Cristina Fernández instale en aquella institución a una militante de su misma confesión.
El primer magistrado ha expresado, en petit comité, que si Lijo y García Mansilla no obtienen el nihil obstat del Senado, no descarta hacer uso de una expresa facultad constitucional y nombrar a aquéllos en comisión hasta noviembre del año que viene. Por si faltase claridad en el asunto, el jefe de Gabinete ha despejado el campo y reconocido que Javier Milei planea obrar de ese modo. Puede ser que el oficialismo sostenga esta posición de máxima sin que sea su voluntad ejecutarla. Pero no habría que descartar —habida cuenta de los puntos que calza el titular de la Casa Rosada hasta el 2027— la posibilidad contraria: que las declaraciones de Guillermo Francos nada tengan de globo de ensayo. Lo cierto es que el libreto urdido por Ricardo Lorenzetti, meses antes de que los Milei hiciesen su ingreso en Balcarce 50, se ha empantanado por sus defectos de confección.
Determinar quién se equivocó más, si el ministro de la Corte o los hermanos, no es fácil. Haber dado por sentado que todo no pasaría de un simple trámite, olvidando el poder de fuego de Unión por la Patria en el Senado, y las resistencias que —por distintas causas— levantarían los nominados, representaron errores groseros, dignos de principiantes. Sin contar con el hecho de que —si el objetivo era el control del máximo tribunal, comandado otra vez por el artífice de la estrategia— carecía de sentido la inclusión de un señor como García Mansilla que jamás se prestaría a seguir como furgón de cola a la dupla Lorenzetti-Lijo. Cuanto más se escarba en el asunto, menos se comprende cómo pudieron creer los Milei y Lorenzetti que su estrategia podría prosperar sin inconvenientes. Salvo, claro, que hayan actuado a tontas y a locas.
En lo que hace a un eventual toma y daca sobre las PASO y la Ficha Limpia, en el curso de la semana habrá tela para cortar. El viernes finalizan las sesiones ordinarias y, a la par de los proyectos antes mencionados, hoy estaban en el orden del día otros dos de singular importancia: el DNU 846 del canje de la deuda y el motorizado por la UCR acerca de los aportes obligatorios que engordan las cajas de la burocracia sindical peronista, que no lograron el quorum y no se trataron. Era cantada la oposición, tanto de Unión por la Patria como de la bancada que ordena Miguel Ángel Pichetto, al intento de reforma laboral. Inversamente, los faltazos de algunos de los integrantes de La Libertad Avanza, el Pro y el radicalismo obligan a tener en cuenta el dato siguiente: carece de sentido analizar, con arreglo a observancias ideológicas, las idas y venidas de los representantes del pueblo soberano. En el Congreso todo tiene un precio. A esta altura, es por demás evidente el acuerdo al que han llegado los dialoguistas de la CGT con el oficialismo y se ha reflejado en la postura de los diputados libertarios: los Gordos no crean problemas en la calle ni en las paritarias y, como contrapartida, la ley sindical no sale.
A nadie le pasó desapercibido lo que aconteció hace siete días. Si había quorum (129 diputados presentes sentados) se trataría la ley de Ficha Limpia. Era sabido que el peronismo se resistiría por una obvia razón: Cristina Fernández ha sido condenada en doble instancia por corrupción. Pero no fueron sólo sus seguidores quienes torpedearon la sesión. Ello llevó a que muchos pensaran en algún tipo de pacto entre La Libertad Avanza y Unión por la Patria en la cámara baja. En teoría, habría que descartarlo. En el terreno práctico, en cambio, todo es posible en atención a que ninguna de las fuerzas que tienen asiento allí pueden imponer su criterio por sí solas. En tanto y en cuanto se requieran alianzas —circunstanciales o duraderas— para votar determinadas leyes o nombrar a ciertos magistrados, cuanto parece imposible —de atenernos a las preferencias doctrinarias que declaman unos y otros— se vuelve probable a poco de entender que la necesidad tiene cara de hereje.
29/11/2024 a las 11:06 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
¿Llegó el fascismo?
Gabriel Solano
Prensa Obrera
27/11/024
En los últimos días se abrió un debate en la situación política de Argentina, opiniones de periodistas, de analistas, pero especialmente en el movimiento popular, de cómo caracterizar estos fenómenos relativamente nuevos y anuncios que tuvimos en estos días de construcciones políticas ligadas al gobierno de Javier Milei, ligadas a La Libertad Avanza, que tienen connotaciones, claramente desde el punto de vista ideológico, desde el punto de vista de su reminiscencia histórica, a lo que puede ser visto como el fascismo.
Una de ellas, que tuvo muchísima publicidad, fue un acto de lanzamiento en San Miguel de la agrupación “Las Fuerzas del Cielo”, que tenía como un animador de los más conocidos a este que se hace llamar el Gordo Dan que es un tuitero con sueldo en el gobierno que quiere ser candidato para las próximas elecciones y que en ese acto dijo que se iba a constituir como el brazo armado de Javier Milei, interesante. Y eso generó obviamente muchísimo debate y zozobra también en relación a si un sector ligado directamente a La Libertad Avanza se va a armar en defensa de la política de Javier Milei.
Cuando hablamos en defensa de la política de Javier Milei hablamos de los despidos, las privatizaciones, la reforma laboral, el ataque a la universidad pública, el ataque, la salud pública. ¿Se van a armar para eso? Este es un tema que obviamente generó zozobra e, insisto, muchísimos artículos en los periódicos de este fin de semana. Y en paralelo a esto, y en el mismo sentido, desde el punto de vista político, ideológico, también estuvo el lanzamiento de una fundación ligada directamente a La Libertad Avanza que es la Fundación Faro, que está presidida por un personaje nefasto, que está muy ligado a Javier Milei, Nicolás Márquez, que también es muy activo en redes sociales y que se dedica en reportajes, en entrevistas, en sus libros, a atacar especialmente a la izquierda, pero también a los sectores de la diversidad sexual. Y él en su discurso, cuando le dieron la palabra en el acto este en San Miguel de “Las Fuerzas del Cielo”, dijo “ahora podemos identificar dónde están los buenos y dónde están los malos”. Los buenos son ellos y los malos que hay que combatir son los “zurdos hijos de puta”. Y también fue llamativo en toda la presentación que se hizo en este acto en San Miguel, que desde el punto de vista de la escenificación, las banderas tenían un formato que también tenía reminiscencias del fascismo italiano, las consignas patria, familia y propiedad. En el domingo este que pasó un columnista político de Clarín llamaba la atención con la semejanza con lo que era un lanzamiento en el pasado, en la década del 70, de la agrupación que se llamaba Tradición, Familia y Propiedad de un tipo muy, muy, muy reaccionario, que es Beccar Varela, que atacaba a Lanusse, un milico reaccionario, por comunista, era tan reaccionario este tipo que armó una agrupación para atacar Lanusse como comunista, parece algo a veces que uno le hace acordar a Milei que ataca como comunista a Larreta, que ataca como comunista a Elisa Carrió, obviamente a nosotros que somos comunistas, al resto no, es decir también este planteamiento de tipo reaccionario.
Ahora, a la luz de estas novedades, a la luz de este lanzamiento de “Las Fuerzas del Cielo”, de la puesta en pie de esta Fundación Faro de Nicolás Márquez, ¿podemos sacar la conclusión de que en Argentina tenemos una fuerza fascista consolidada y tenemos un gobierno de características fascistas? La respuesta, obviamente, es que no, de ninguna manera, porque hoy no tenemos un gobierno que ha logrado montar una fuerza organizada política, social, militar, de combate para atacar a los trabajadores y sus organizaciones y desarrollar un cuadro de guerra civil contra la clase obrera. Eso hoy no está. No quiere decir, obviamente que no lo puede tener un futuro, porque un capitalismo en descomposición, de ataque permanente a los trabajadores desarrolla inevitablemente tendencias fascistas y esas están presentes en diferentes lugares del mundo y también están presentes en Argentina. Por eso la pregunta correcta que uno tiene que hacerse no es si hay fascismo o no hay fascismo en Argentina, porque es muy evidente que no, sino en qué medida el gobierno hace intentos que deben ser denunciados en sus inicios porque, como se decía, siempre al huevo de la serpiente hay que tratar de eliminarlo cuando todavía es un huevo, no cuando la serpiente nació. Y eso pasa también con el fascismo, poder verificar y poder identificar en el desarrollo mismo de la lucha política, tendencias fascistas que existen ya en el gobierno actual. Y eso existe, obviamente que existe. Hemos tenido en las últimas semanas, que también fue motivo de mucho debate público, el ataque directo a escritoras, que publicaron una serie de libros que el gobierno de la provincia de Buenos Aires decidió colocarlos en la biblioteca de los colegios. Y hay una campaña deliberada atacando a estas autoras y armando de hecho, y digo de hecho porque no hay todavía una resolución, una lista negra de títulos, de catálogo de libros, eso es un hecho fascista. O el anuncio del propio gobierno que va a hacer una especie de mapeo ideológico en la Cancillería y en otros organismos del Estado; está pasando en el Conicet, donde se separa directamente a las personas que no tienen el mismo pensamiento en relación, por ejemplo, a la Agenda 2030, al problema de la crisis climática, a la cuestión del aborto; diferentes temas que son obviamente cuestiones de debate público, nacional e internacional. El gobierno quiere perseguir a quien plantea disidencias con los puntos de vista de Javier Milei o de su hermana; eso también es un planteamiento de tipo fascista.
Pero estos planteos de tipo fascista conviven en el cuadro actual con otras cuestiones, conviven con un entrelazamiento cada vez mayor del gobierno con la burocracia sindical. Y este es el aspecto hoy dominante de la situación política argentina. El gobierno está arribando a un pacto con la mayoría indudable de la CGT para hacer pasar una política de ataque de los trabajadores que no tiene antecedentes. Y en esa política, de acuerdo con la CGT, no solamente está la burocracia colaboracionista más tradicional: los Gerardo Martínez, que han pactado con todos los gobiernos; los Andrés Rodríguez de UPCN que han pactado con todos los gobiernos, sino incluso Hugo Moyano, que cuando su hijo Pablo dijo que renunciaba a la CGT, él dijo que el Sindicato de Camioneros se queda dentro de la CGT y coloca a otro de sus hijos, Huguito, que es abogado, posiblemente en el triunvirato, y lo manda a negociar con el gobierno diferentes cuestiones como son la implementación de la reforma laboral, un nuevo régimen de ART en Argentina.
Entonces, si el fascismo se caracterizó históricamente por desenvolver un cuadro de guerra civil contra la clase obrera, ilegalizar los sindicatos, encarcelar a los dirigentes obreros no solo de los partidos comunistas, sino de otras tendencias de movimiento obrero, hoy Milei no se deja llevar por esa orientación, sino que tiene una política de pacto con la burocracia sindical. Y ese pacto hoy es el principal instrumento que tiene la clase capitalista argentina para llevar adelante una ofensiva contra los trabajadores.
Y junto con eso aparecen otros pactos. Algo que se conoció estos días: una senadora muy, muy, muy cercana a Cristina Fernández de Kirchner, Corpacci, que es senadora por Catamarca, acaba de poner su firma en el pliego de Ariel Lijo para que sea uno de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia, en el caso que el Senado termine aprobando ese pliego. Como esta senadora, Lucía Corpacci, integra la comisión que tiene que generar el despacho, puso la firma y se convirtió en un hecho político indudable, porque todo el mundo sabe que Lucía Corpacci no va a colocar una firma en el pliego de Lijo sin que tenga la venia directa de Cristina Fernández de Kirchner. Es decir, que el acuerdo no es solamente con la burocracia sindical, sino que es un acuerdo con el propio kirchnerismo en relación al manejo de la justicia que tiene como contraparte ¿qué cosa?: que el gobierno dejó caer la aprobación el proyecto de ley de Ficha Limpia, impulsado especialmente por el macrismo y el radicalismo, que de aprobarse dejaría fuera a Cristina Fernández de Kirchner de las elecciones del año que viene. Ahora, Cristina depende para que sea candidata de la confirmación de la sentencia contra ella de la Corte Suprema de Justicia. El juez Maqueda, integrante de la Corte, dijo “no tenemos prioridad en tratar la causa de Cristina”. Por lo tanto, es muy probable por los tiempos de la Corte Suprema de Justicia que Cristina pueda ser candidata el año que viene; si se aprueba la ley de Ficha Limpia no. Y el gobierno, lo dijo el jefe de Gabinete, no tiene interés en aprobar esta ley. Así que parece que el manejo de la justicia, el manejo de las candidaturas del año entrante, no solo muestra un acuerdo con la burocracia, sino también con el kirchnerismo.
Entonces, hay que ver cómo se van combinando en la situación política argentina diferentes manifestaciones de tinte fascistoide que deben ser denunciadas sistemáticamente por la izquierda revolucionaria, pero a la vez no confundirse, porque eso nos llevaría a ignorar los compromisos de la burocracia, del peronismo e incluso el kirchnerismo con el gobierno, que son, insisto, los instrumentos principales para hacer pasar la ofensiva capitalista contra el pueblo.
Y ¿por qué es importante tener una caracterización correcta ? Bueno, es importante porque de ahí se derivan las tareas que pueden desarrollar un partido y una clase obrera también. Si nosotros afirmásemos hoy que ya tenemos un gobierno de características fascistas, le estaríamos dando a nuestro enemigo de clase una fuerza que hoy no tiene. Y darle a tu enemigo de clase una fuerza que hoy no tiene conduce inevitablemente el derrotismo. Obviamente, si la tiene, ignorarlo conduce a ser un aventurero en política, también es muy desaconsejable. Pero en el caso este que estoy diciendo conduce a una política derrotista y muchas veces a través de este tipo de caracterizaciones que no se corresponden exactamente con la realidad, también se termina colando una orientación de tipo frentepopulista, de colaboración de clases, de los que dicen “bueno, si acá gobierna un facho nos tenemos que juntar todos, no importa que sean peronistas, que sean esto, que sean aquello, hagamos un frente democrático de todos”. Nosotros no opinamos igual; al revés tenemos que marcar en las actuales circunstancias políticas cómo la oposición al gobierno de Javier Milei desde el punto de vista capitalista, el peronismo, el radicalismo, ni que hablar de PRO, son fundamentales para sostener a este gobierno. Entonces, a partir de esta caracterización, nosotros impulsamos una lucha contra el gobierno que tiene que tener como punto fundamental un apoyo entre los trabajadores, porque un gobierno capitalista como el actual cuenta con el acuerdo de muchísimos sectores capitalistas. Fíjense nada más en lo siguiente: a la Fundación Faro, que cobraba el cubierto 25.000 dólares -imagínense una familia popular come dos o tres años con esos montos de 25.000 dólares- fue una cantidad de empresarios muy ligados al gobierno anterior. Estuvo Manzano, del riñón íntimo de Sergio Massa; estuvo Mindlin, también de los grandes beneficiados con los subsidios energéticos bajo el kirchnerismo; estuvo Eduardo Elsztain, el dueño de Irsa, que también hizo muchísimos negocios ni que hablar de la Ciudad de Buenos Aires con el macrismo, pero también con Cristina Fernández de Kirchner. Estuvieron desde ya todos los que son estos unicornios de las nuevas empresas de tecnología. ¿Pero qué quiero mostrar con esto? Que la burguesía, la clase capitalista de carne y hueso que gobernó con el peronismo en el pasado, hoy está apoyando el gobierno de Javier Milei, e incluso bancando al gobierno con este tipo de iniciativas económicas y culturales. Y la burguesía no tiene drama en ir a un acto fascistoide, aplaudir expresiones de las más reaccionarias, cuando de fondo está la defensa de sus intereses de clase.
Y para nosotros, del Partido Obrero, se trata de impulsar la lucha para terminar con este gobierno capitalista a partir de una acción histórica de los trabajadores.
29/11/2024 a las 11:10 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El sospechoso relato de la testigo que dice ser la «novia» de Gabriel Carrizo
Irina Hauser
Página/12
28 de noviembre de 2024
Maira Marisol Mansilla Cuadros se presenta ante el Tribunal Oral Federal 6 (TOF6) como la novia de Gabriel Carrizo, acusado como partícipe secundario en el intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner. A medida que avanza su declaración ofrece distintas versiones sobre el comienzo de ese vínculo y sus características. El nombre de la joven había aparecido en la causa recién a comienzos de 2023 cuando el abogado de este imputado pidió por segunda vez que le concedieran la prisión domiciliaria y la investigación llevaba seis meses. Ella ofrecía su casa y ser garante, decía tener con él «una relación formal». Mansilla Cuadros se convirtió este miércoles en la cuarta testigo señalada por la fiscalía y la querella por falso testimonio. No le creen que haya sido, al menos en aquel momento, pareja del dueño del negocio de los copos de azúcar. Sospechan que hay un relato armado. Los jueces no resolvieron todavía.
La testigo contó que Carrizo se instaló donde ella vivía en Escobar entre el 10 y el 14 de septiembre de ese año, es decir, hasta el día que quedó detenido. El jefe de los vendedores de copos había ido a Comodoro Py con anterioridad y ofreció su testimonio. También dejó su teléfono. Ahí aparecieron los mensajes que lo comprometieron, donde él mismo les decía a sus conocidos pos atentado: «recién intentamos matar a Cristina», que Fernando Sabag Montiel –el hombre que intentó disparar– le parecía un héroe, que él le había dado un arma, que la tenía la novia Brenda Uliarte (que había huido) y que se encontrarían para ocultarla porque habían usado otra. Ante el intento fallido, aseguraba, no descartaba «terminar el trabajo». Cuando fue a buscar su celular a tribunales, Carrizo quedó detenido. Mansilla dijo que supo esta noticia por el grupo de WhatsApp «Girosos», que él había creado para organizar salidas y fiestas.
La testigo situó el inicio del noviazgo «formal» con Carrizo entre junio y agosto de 2022, aunque se conocían desde cinco años antes. Con el correr del tiempo se volvió imprecisa. Le mostraron mensajes de ese período que no parece una conversación de pareja. Ella le dice: «espero que no estés triste»; «el amor es complicado»; «yo por eso no tengo relaciones»; «las relaciones son complicadas, espero que tengas suerte en su búsqueda». El responde: «no estoy apurado…». Ella sigue: «No creo que encuentre a alguien con el perfil que busco». En otros chats, a mediados de agosto, él le habla de relaciones con otras mujeres y se tratan de amigo y amiga. Mansilla argumentó en el juicio: «no habíamos formalizado todavía». Pidió disculpas por no recordar bien las fechas. Alegó que se veían en un boliche, Arkham, y que ella era «muy popular» y él «orgulloso», «nos estábamos conociendo», «yo no me quería meter en una relación tan rápido», «teníamos una relación abierta».
Del relato enrevesado, no quedó claro ni cuántas veces se vieron ni dónde. El 3 de septiembre, dos días después del intento de asesinato de CFK, la mujer le escribió dirigiéndose a él como Nico (su primer nombre es Nicolás): «De mi parte está todo piola, por las dudas». «Está bueno saberlo», contestó él. «Le quise decir que yo sabía que él no tenía nada que ver con el atentado», le quiso explicar al tribunal.
LA AMIGA Y EL CANDIDATO LIBERTARIO
La fiscalía le exhibió, cuando ya habían pasado cuatro horas de audiencia, un papel manuscrito que se halló en la casa donde había vivido Carrizo en Morón con datos sobre la causa del atentado y contactos. Ella dijo que no sabe quién lo escribió. El contenido es elocuente. «Datos necesarios», comienza el texto y hace una lista que comienza con el usuario «@dominimpha», que figura como «amiga», y que no es otra que Mansilla Cuadros. El que sigue es el nombre Francisco Oneto a quien se menciona como «abogado». Oneto fue candidato por La Libertada Avanza a vicegobernador bonaerense, abogado de abusadores y de Javier Milei. Este miércoles fue noticia porque renunció a la defensa de la vicegobernadora de Neuquén, Gloria Ruiz, implicada en una presunta defraudación. Al parecer habrían estado sus servicios a disposición, aunque el actual defensor es Gastón Marano (que había sido asesor del PRO en la Bicameral de Inteligencia). Luego hay una lista de «celulares raptados» con los nombres del grupo de los llamados «copitos», «tentativa de homicidio agravada?» (sic), «indagado», «defensor privado», «declara mañana 9 am». Lo que le interesaba mostrar a la fiscalía era que la testigo figuraba como amiga, pero el resto del escrito era llamativo.
PLANTEO DE FALSO TESTIMONIO
Carrizo había fracasado en un primer pedido de domiciliaria y para insistir apareció Mansilla. A la querella de la entonces vicepresidenta –que integran Marcos Aldazabal y José Manuel Ubeira– le llamó la atención porque se presentaba como la novia, pero jamás había aparecido nada de ella en el expediente. En aquella declaración, a diferencia de la de este miércoles, afirmó: «No es ni fue nunca una relación pasajera». Dijo que no hablaban de política, que ella no tenía acceso a sus estados de WhatsApp (donde publicó «el próximo sos vos Alberto», que no tenía expresiones de ese tipo con ella, y que en los inicios los había unido el rock y el animé. Comentó que lo visita todas las semanas en la cárcel (primero estuvo en Ezeiza y luego en Marcos Paz). Recurrió al argumento que usan todos los conocidos de Carrizo de que tiene humor negro. «Lo visito cada semana»; «Hablamos y mucho más sabiendo que él hizo un chiste estúpido», fue lo que comentó. Sobre el atentado dijo no saber nada.
Cuando terminó la declaración la fiscala Gabriela Baigún advirtió que la mujer «solo había aparecido para ofrecer el domicilio, sus diálogos con Carrizo no son de una pareja, la relación no existió, la misma testigo dijo que trabajaba todo el día (que vendía ropa) por ende no era un domicilio seguro» para una prisión domiciliaria. «Si ahora están en una relación, bienvenido por ellos», y pidió que se «extraiga testimonio», es decir, que se haga una denuncia por falso testimonio. «No sabía ni cuántos hijos tenía Carrizo», exclamó Baigún. La querella se sumó al planteo, señaló «inconsistencias, incluso en las conversaciones posteriores al hecho». Marano intentó retrucar con el argumento de que la habían citado para que aportara lo que supiera del hecho, pero había olvidado que había sido un pedido de la querella. El TOF6 postergó una decisión, pero la jueza Sabrina Namer dijo que podían hacer una denuncia si querían.
Desde que comenzaron las audiencias hubo dos denuncias concretadas por falso testimonio: una amiga de Carrizo, Lidia Alejandra Benítez, hasta fue detenida por sus contradicciones y si situación quedó a cargo de la jueza María Servini que le otorgó la libertad pero le prohibió salir del país; un primo policía de Brenda Uliarte, Martín Uliarte, quien había escrito en un papel que apareció en la casa de la chica «la regla de Tueller», un protocolo para disparar, también fue denunciado por falso testimonio y tiene una causa abierta. De otro hombre, un conocido de Uliarte llamado David Robles que se hacía pasar por agente de la DEA, el tribunal no aceptó denunciarlo.
En esta última audiencia declaró también una expareja de Carrizo, Yaquelin Rina Murga, madre de uno de sus hijos, que dedicó buena parte de su declaración a señalar que no se había hecho cargo del niño. En instrucción había sido muy enfática en decir que en algún momento no muy lejano al atentado, él le dijo que tendría un gran negocio. El juicio, por lo que anunció Namer, durará unos cuantos meses más. Después de la feria se reanuda el 12 de febrero.
29/11/2024 a las 11:15 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Milei no gobierna solo
Eduardo Salas
Prensa Obrera
28/11/024
Javier Milei no se puede quejar: huérfano de diputados, senadores, gobernadores propios, cada vez impone con más holgura su agenda. En un parlamento dominado ampliamente por la oposición, ya ni siquiera debe apelar a los vetos -como hizo con los jubilados y la universidad- cuando no acuerda con lo que ahí se vota. En las últimas semanas se han caído sesiones especiales convocadas por la oposición porque dentro de los bloques de los mismos convocantes se produjeron deserciones a la hora de garantizar el quórum para funcionar.
¿De dónde viene la capacidad de Milei de imponerse a partidos que han sustentado el poder durante décadas? De que el conjunto de esas fuerzas políticas tradicionales comparten lo esencial de la agenda del liberfacho. Y el papel central en el sostenimiento de Milei lo juega sin ninguna duda el peronismo en todas sus variantes. En primer lugar la burocracia sindical.
LA CGT DE MILEI
Es más que evidente que hay un acuerdo entre los burócratas de la CGT y el gobierno. El martes se cayó la pretensión de Martín Tetaz de la UCR de hacer una sesión especial para que salga el despacho de reforma sindical y laboral que no logra los votos en la Comisión de Trabajo porque el bloque de La Libertad Avanza no acompaña. De esa manera quedó fuera la pretensión de impedir las reelecciones indefinidas en los sindicatos y el aporte compulsivo a los no afiliados, que afectaba a los burócratas. La burocracia les está garantizando a las patronales la reforma laboral –como lo había dicho Barrionuevo- gremio por gremio, fábrica por fábrica, sin necesidad de apelar a una ley general.
Esta contribución de la burocracia es fundamental para mejorar la productividad a costa de una mayor superexplotación del trabajador, modificando jornadas laborales, ritmos de producción, dotaciones, tareas, etc. El acuerdo de los gremios de Aerolíneas Argentinas con el gobierno es un caso testigo; su puesta en marcha no solo implica un régimen laboral que barre con conquistas de convenio sino que abre el camino para producir despidos masivos -500 pilotos por ejemplo-, y acerca más la privatización, que ya tiene despacho en Diputados. En muchos lugares de trabajo la dictadura patronal se impone con el aval de la burocracia.
Daer salió no hace mucho a asegurar que no habría ningún paro contra el gobierno y planteó la necesidad de un diálogo tripartito que incluyera a la patronales. ¿Cuál sería la agenda? El gobierno ya reclamó poner un freno a las actualizaciones salariales; las patronales quieren profundizar la reforma laboral y bajar el “costo laboral” -como salida a los reclamos de mejorar la competitividad ante la negativa del gobierno a devaluar- y una rebaja tributaria. La burocracia no solo se postula para impedir que la agenda y los reclamos de los trabajadores cobren fuerza, sino para defender un programa de los capitalistas.
MILEI, BASURA, VOS SOS LA DICTADURA…DEL CAPITAL
La colaboración del peronismo no se limita a la burocracia. Un papel clave lo juega el kirchnerismo y sobre todo Cristina Fernández de Kirchner. El “reto” de Máximo a sus seguidores por “patalear” frente a los vetos no se reduce a una táctica que privilegia concentrar fuerzas en las elecciones del año que viene en detrimento de la lucha. Es más profundo. Hay una concordancia en la esencia de la política mileísta.
Cristina fue explícita en defender la necesitad de la reforma laboral, de poner un coto a las organizaciones sociales, avanzó en la defensa del “equilibrio fiscal” –hecho a costa de un salvaje ajuste que aumentó la pobreza-, y agregó la necesidad de la “eficiencia” del Estado. Incluso en el terreno “ideológico”, el de la “batalla cultural”, Cristina se postuló como una verdadera trumpista cuestionando el trumpismo del “idiota” de Milei.
En un acto en Rosario, cuando sus seguidores cantaban “Milei, basura, vos sos la dictadura”, CFK salió a amonestarlos. Milei no es la dictadura, Milei es un presidente de la democracia, por eso tiene derecho, según Máximo, de vetar el aumento a los jubilados o a las universidades.
Los rasgos fascistas de Milei, de sus seguidores, de sus “Fuerzas del cielo”, su autoritarismo, la pretensión de barrer con derechos, de imponer un control ideológico –todo lo que implica una modificación del régimen político- se desenvuelven en el marco de la “democracia”. La reforma laboral antiobrera se hace con el concurso de los sindicatos, no con el método de la guerra civil propio de un régimen fascista. La persecución a los luchadores, la condena al derecho a organizarse, el protocolo de Bullrich hostigando la movilización popular, además de un despliegue represivo en las calles, cuenta con los fallos judiciales del actual régimen político, los mismos que hacen la vista gorda frente a los ilícitos que involucran a los capitalistas. El fallo de la cámara de apelaciones –macrista- acusando a los compañeros del Polo Obrero de extorsión y coacción por impulsar y organizar movilizaciones y la decisión del juez de cerrar la instrucción para elevar a juicio la causa a los ¡7 meses! de iniciada es la muestra más alevosa del carácter reaccionario y de clase de la justicia, plagada de macristas, peronistas, radicales, etc.
Cristina no quiere que se “ensucie” a Milei acusándolo de ser la dictadura, para defender la verdadera dictadura que se esconde detrás de las formas democráticas: la dictadura del capital.
LA FIESTA CAPITALISTA
Lo que une a Milei con Cristina, con la burocracia, con la oposición dialoguista –que se está inmolando en aras de la gobernabilidad- es seguir la voz de orden de los capitalistas, los mismos que gobernaron con el peronismo, con los radicales, que incluso impulsaron la candidatura de Massa en el balotaje, y ahora reclaman asegurarle la gobernabilidad a Milei, y aprovechar el momento para avanzar fuertemente contra los trabajadores en aspectos clave como el régimen laboral y beneficiarse con los negocios financieros. El caso emblemático es el de Mastellone, dueño de La Serenísima: mientras cae el consumo de lácteos obtuvo resultados netos –tienen en cuenta las variables financieras- positivos del 2.050%, en el mismo momento que creció la pobreza, que los jubilados de la mínima no superan la línea de indigencia, que los comedores no tienen comida, que se derrumban la salud y la educación.
Avanza el ataque a los trabajadores, funciona la timba financiera –carry trade, etc.-, el Rigi permite negocios leoninos en la explotación de minerales y combustibles: a la burguesía le alcanza para sostener al gobierno. Además, la estabilidad de la moneda y la decisión del gobierno de establecer como prioridad el pago a los acreedores acercan la posibilidad de que Argentina refinancie sus vencimientos y sus capitalistas pueden recurrir al mercado de capitales en mejores condiciones e incluso avanzar en un canje de deuda sin pasar por el Congreso.
Lógicamente esto no disimula los problemas que se avizoran, ni los reclamos particulares (como la apertura de las importaciones, el dólar barato mientras se devalúa el real -agregando más tensiones sobre la política cambiaria-, etc). Un punto que preocupa en los círculos capitalistas es la precariedad de este “veranito financiero”, la sequía de dólares en el Central, que no afloja, y el triunfo de Trump, que amenaza con invertir el flujo de capitales secando a los países emergentes; ya sucedió con los efectos “tequila”, “caipiriña”, la crisis asiática en los 90, etc., que golpearon a la estabilidad de Menem-Cavallo. Una revalorización del dólar a nivel internacional impulsaría una devaluación en regla en la Argentina, a la que agarraría con una industria con un alto índice de su capacidad productiva ociosa y en los niveles más bajos, con una caída del consumo y con un alto endeudamiento.
Preocupa también que no habría presupuesto; eso otorga al gobierno un manejo discrecional de los fondos que están por encima del presupuesto de 2022 y obliga a las provincias a que hagan uso de sus propios fondos, pero crea un cuadro de inseguridad jurídica para garantizar un flujo de inversores.
Pero, mientras tanto, la voz de orden es sostener al gobierno y eso es lo que hace la oposición, la burocracia sindical, los gobernadores.
FUERA MILEI
Todo esto revaloriza el planteo de que el gobierno de Milei es incompatible con los intereses de los trabajadores, con sus más elementales reclamos, que su permanencia solo puede agravar la difícil situación que vive la inmensa mayoría de la población. Y las razones son claras: es un gobierno de los capitalistas. Y la oposición acompaña porque son partidos de los capitalistas.
Esto no hay que perderlo de vista. Milei está colaborando para que CFK no quede fuera de las próximas elecciones –obstaculiza que se apruebe el proyecto “ficha limpia” que la dejaría sin posibilidades de presentarse- porque quiere polarizar la elección y terminar de comerse al macrismo y la UCR. CFK también busca la polarización pero para mostrarse garante de las “conquistas” capitalistas bajo Milei, no en oposición a ellas.
Nuestra política es la opuesta. Es organizar la lucha contra el gobierno, levantar fuertemente los reclamos y reivindicaciones y con ello impulsar una intervención independiente de los trabajadores que dé vuelta la situación.
Con esta perspectiva participamos de la reunión del sindicalismo combativo, el movimiento piquetero y las organizaciones de lucha, que el pasado martes se realizó en el Garrahan, para fijar una posición independiente frente a la convocatoria de la CTA a Plaza de Mayo -que tiene una orientación al servicio de la parálisis del peronismo-, el apoyo a las acciones de lucha que prepara el movimiento piquetero, y reunir todas las fuerzas independientes de los trabajadores para organizar un 20 de diciembre con marchas y actos en todo el país.