Por Carlos Tórtora.-

Sin lugar a dudas, el principal ganador de la interna del PJ es Sergio Massa. Jefe de una Fuerza Política, el Frente Renovador, que no llega en Buenos Aires al 10% de los votos, el tigre se quedó con el 25% de las candidaturas de Fuerza Patria. Su rol de aliado de Máximo Kirchner lo explotó bien, apareciendo como el que amortiguaba los choques entre aquél y Axel Kicillof. Así es que, con muy poca estructura, Massa acumulará un número importante de bancas provinciales, que lo posicionarán como un factor de poder clave en la política bonaerense.

Este éxito que sin duda muestra un despliegue importante de habilidad política, se ve compensado por un factor negativo: en las encuestas su imagen negativa sigue siendo muy superior a la positiva. Esto en parte le cierra el camino para una candidatura presidencial en el 2027.

Ahora bien, el talento de Massa para sumar bancas no se agota en las fronteras del peronismo. Hay versiones de que en las listas de Somos Buenos Aires hay unos cuantos massistas de bajo perfil político.

Una remake

Pero lo más significativo es que el tigrense está colocando fichas propias en el armado de LLA. Hace pocos días, apareció un audio de Sebastián Pareja que data del 2003 y que revela que existía un acuerdo «de arriba» para que en Tigre se respetara un acuerdo con Malena (obviamente la esposa de Massa). Dos años después, algo parecido está pasando.

Algunos candidatos libertarios surgidos en este cierre de listas resulta que pocos meses atrás eran fervientes massistas. Es el caso de Marisa Pirillo, cuarta candidata a senadora provincial por LLA en la Primera Sección Electoral y estrechamente vinculada a Malena Galmarini.

Pirillo no es el único caso y habría otros candidatos libertarios que son massistas. En el 2003, Massa habría sido el autor intelectual de la maniobra para inflar a Milei y debilitar así Juntos por el Cambio. Al principio obviamente fue esto lo que ocurrió, pero luego el Frankenstein creado escapó a todo control.

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