Por Carlos Tórtora.-

En apenas 48 horas, tres hechos de violencia enmarcaron el nuevo clima que oscurece el final de la campaña electoral en Buenos Aires pero que puede también enlutar la campaña para el 26 de octubre. La caravana que presidían Javier Milei, Karina Milei y José Luis Espert, entre otros, fue agredida a piedrazos por militantes kirchneristas en Lomas de Zamora. Y ayer, en Corrientes, otro enfrentamiento complicó la recorrida de Karina y Martín Menem en la campaña correntina. Finalmente, también ayer hubo una batalla campal en la Facultad de Derecho de la UBA, entre la agrupación libertaria Somos Libres y la Juventud Universitaria Peronista.

De los tres hechos, el que más da para lecturas entre líneas es el primero.

¿Se equivocó la seguridad presidencial al meter la caravana en un callejón sin salida repleto de militantes opositores? ¿O fue un acto de sabotaje de la Policía Federal que podría tener que ver con el resentimiento de Patricia Bullrich, cuyos dirigentes en las últimas semanas fueron excluidos de todas las listas de candidatos de LLA?

La grieta creciente en el Círculo Rojo entre seguidores y críticos de Milei, ¿empieza a proyectarse dentro del gobierno?

Llegó al parecer para instalarse la violencia en las campañas electorales pero también hay un estallido paranoico de conspirativismo, en el cual los allegados a Milei se culpan unos a otros por la divulgación de los audios de Diego Spagnuolo. Este clima es nada más que la consecuencia de casi dos años de discursos presidenciales cargados de odios y resentimientos, destinados a que afloren los peores sentimientos de la sociedad. El Frankenstein creado por Milei ahora se le vuelve en contra y ya no son los jóvenes libertarios los que copan las calles sino vecinos y militantes peronistas hartos de la perversidad y la corrupción de la Casa Rosada.

Kicillof y Francos

A partir de que eclosionó el Karinagate, dos figuras se beneficiaron en las mediciones de opinión pública. En el caso de Axel Kicillof, el hecho de ser una figura nacional que no arrastra denuncias de corrupción lo valoriza en medio de la orgia de corrupción que desnuda al gobierno. En el kirchnerismo, Kicillof es una mosca blanca, uno de los pocos de primer nivel que salieron indemnes del último gobierno de Cristina. Si el peronismo gana el 7 de septiembre, sería el gran beneficiario por haber desdoblado las elecciones. Por eso Emilio Pérsico está diciendo que Cristina Kirchner en realidad quiere que gane LLA, para que el desdoblamiento quede como un error y entonces Kicillof se derrumbe. De ser así, una vez más los intereses de Milei y Cristina estarían convergiendo.

El otro que se benefició con el Karinagate es Guillermo Francos, tal vez el único miembro del entorno de Milei todavía no salpicado por la corrupción. Una hipótesis que corre en medios empresarios señala que, si la crisis se lleva puesta a Karina y a buena parte del gabinete, Francos podría pasar a ser un super ministro, respaldado por el Círculo Rojo.

Pero nada es tan sencillo. La sinuosa Marcela Pagano, cabeza de un movimiento de disidentes libertarios, lo torpedeó en el Congreso con munición gruesa. Dijo que el eterno operador y conspirador de Enrique Nosiglia, José Luis Vila, está designado en la Jefatura de Gabinete y sería uno de los principales difusores de los audios de Spagnuolo. Pagano dista mucho de ser una solitaria y frecuenta a diplomáticos de Rusia y hasta Irán. Lo que denuncia Pagano sería el comienzo de una conspiración del Círculo Rojo para barrer el entorno de Milei y aislarlo.

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