Por Gustavo Oscar Colla.-
Tuve la suerte de haber tenido las mejores enseñanzas en todo mi camino estudiantil, tanto en la escuela primaria, la secundaria y la universitaria. En la última etapa, ya en carrera de Ciencias Económicas, conocí las teorías de Adam Smith, con su clara y concisa definición de lo que es la Ciencia Económica, junto a las literaturas de Hayek, Von Mises y otros tantos de la escuela austríaca, que enseñaron lo que es el mercado, la eterna e indestructible “ley de la oferta y la demanda”, pasando también por los textos de Keynes para saber qué es lo que no se debe hacer si se pretende tener una economía sana al servicio de la gente. Todo ello, coronado por materias de derecho, donde se aprendían las teorías Alberdianas que inspiraron la sabia Constitución de 1853/60, junto a los también sabios Códigos Civil y de Comercio de don Dalmacio Velez Sarsfield, todo ello impregnado de principios, contenidos y espíritu liberal. Dicho sea de paso, textos deformados, en parte, por personajes que con el correr de los tiempos necesitaban hacer algo para ganar centralidad.
Más acá, con la política en nuestro país, siguiendo Álvaro Alsogaray, Alberto Benegas Lynch (h.) y muchos otros.
Con esto deseo manifestarle al Sr. Presidente Javier Milei que el liberalismo tiene contenidos mucho más amplios, profundos y abarcativos que decir: “Viva la Libertad Carajo!” Tuvo la gran virtud de reinstalar y revivir el liberalismo en el país. Roguemos que no tenga la maldición de volver a sepultarlo.
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