Por Enrique Guillermo Avogadro.-
“Todo el mundo tiene derecho a sus propias opiniones, pero no a sus propios hechos”. Daniel Patrick Moynihan.
He criticado mucho la gestión del Presidente, pero hoy desenfundo mi pluma en su defensa porque, sin duda, estamos ante un golpe de Estado “blando”, es decir, sin que intervengan las Fuerzas Armadas. Éstas no intervendrán en ningún caso porque la experiencia que aún acumulan con tantos camaradas injustamente presos por defender a la Argentina de la agresión externa, mediada por las organizaciones terroristas locales de los 70s, les ha enseñado que esta sociedad es básicamente hipócrita y los ha elegido como chivos expiatorios de una presunta culpa compartida.
Los íntimamente relacionados tsunamis financiero -en los mercados locales, con una corrida bancaria, y globales- y político, fueron generados por grupos políticos, sindicales y económicos a los cuales el ajuste aplicado por esta administración afectó en sus intereses y en el gozo de las “cajas” del Estado, transformando en devaluadores compulsivos a aquéllos que sólo saben pescar en la bañadera y cazar en el zoológico, y en denunciadores seriales a quienes todo niegan, desde la masiva y ya condenada corrupción kichnerista hasta el asesinato del Fiscal Alberto Nisman, confirmado por la Justicia, cometido horas antes de ratificar ante el Congreso su denuncia contra Cristina Fernández y su banda por la firma del memorándum con Irán, una clara traición a la Patria.
Ninguna excusa cabe a quienes, desesperados tanto por el desierto que los obligó a recorrer el triunfo de Javier Milei en 2023 cuanto por el pavoroso futuro penal que enfrenta la vieja lideresa del pero-kirchnerismo, a quien pretenden amnistiar, hoy hablan a calzón quitado de interrumpir abruptamente el mandato presidencial. En pos tan bastardo objetivo, han recurrido a dinamitar los superávits que, con tanto sacrificio personal, la sociedad ha conseguido después de veinte años de despilfarro y latrocinio, aunque esto signifique condenarla a volver a convivir con nuevas olas hiperinflacionarias, con mayor pobreza, con emisión descontrolada. O a aliar a nuestro país a los peores, tal como hicieron Néstor y Cristina Kirchner con Hugo Chávez y Nicolás Maduro, y Alberto Fernández quien, pocos antes de que Rusia comenzara su criminal invasión a Ucrania, ofreció a Vladimir Putin, ese neo-zar en vuelo aspiracional hacia Pedro I el Grande con escala en Yósif Stalin, convertirnos en su puerta de entrada a América del Sur.
El Presidente tomó nota de los garrafales errores políticos cometidos hasta ahora y, dando dio un giro copernicano a la comunicación oficial, comenzó a explicar, con inusual serenidad, qué pretende para el futuro de la economía nacional. También, y no es un detalle menor, relevó al comando de campaña responsable del catastrófico resultado de las elecciones legislativas de la Provincia de Buenos Aires, que hubiera podido evitar de haber tomado nota de lo sucedido en los otros eventos similares substanciados en el país a lo largo de este tan complicado año. Dicho esto, veamos qué pasó desde entonces, en especial en el H° Aguantadero, casi todo lo cual era previsible; “casi”, porque no lo era la actitud demagógica y populista de tantos diputados del PRO y hasta varios ex de la propia LLA.
Parafraseando una frase que leí en Internet, puedo decir que “de Milei sólo me gusta el 50%, pero el kirchnerismo es 100% de lo que detesto”. Y no es para menos. Cuando escucho a tantos impresentables de esa facción, una verdadera asociación ilícita, gritar y rasgarse las vestiduras por la educación y la salud públicas, por la situación de los jubilados y por otros problemas que afectan a la ciudadanía, dolorosos y perversos dramas de los cuales son los directos responsables, una sensación de profundo asco recorre mis entrañas; para identificarlos, basta con mirar quiénes acompañaban -entre otros, nada menos que Roberto Baradel- en el palco celebratorio a Axel Kicillof la noche del domingo 7.
Sufrí una decepción al presenciar la entrevista a éste que realizó Carlos Pagni, a quien considero mi amigo, cuando se abstuvo de repreguntar cuando habló de la adulteración de las estadísticas del INDEC, de la inflación que produjo durante su gestión ministerial, o cuando dijo que no se arrepentía de la turbia estatización del 51% de YPF, acto que nos costará la friolera de US$ 16.100 millones según la sentencia de los Tribunales estadounidenses. La conversación, de todas maneras, sirvió para que, aún con los tartamudeos del torpe personaje, quedara claro qué nos espera si él o un caradura similar llegara al poder.
Pero, a pesar de las malas noticias que aporta cada día, y las peores que seguirán llegando hasta las elecciones, conservo la certeza de un triunfo del oficialismo en octubre. Reitero que cifro mis esperanzas en que muchos que no concurrieron a votar hasta ahora o lo hicieron en blanco, unidos no por amor al Presidente sino por espanto a una alternativa pero-kirchnerista, optarán una vez más -como ya lo hicieron en el ballotage entre Milei y Sergio Aceitoso Massa- por el mal menor. Por eso recomiendo aguantar, apretar los dientes y continuar en esta senda, porque es la primera vez en muchos años que tenemos por delante una luz, y no más túnel.
De todas maneras, el Presidente no tendrá entonces mayorías legislativas que le permitan conseguir las leyes esenciales que se necesitan para consolidar el cambio -impositivas, sanitarias, educativas, laborales, previsionales- aunque, quizás, pueda alcanzar el tercio que permita bloquear cualquier nueva intentona destituyente; esa situación lo obligará a aprender, de una buena vez, a negociar legítimamente con aquellos republicanos que piensan parecido, y a abstenerse de denostarlos en forma permanente con agravios e insultos, como hizo durante casi dos años.
20/09/2025 a las 1:45 AM
Una luz al final del tunel ?
Me parece q es una locomotora a 200 km por hora q viene de frente
20/09/2025 a las 2:52 AM
Dr. AVOGADRO, COMPARTIMOS SU ENVIO, PERO NO TEMA.
DESTITUIR A MILEI, SOLO SERA CON UN GOLPE MILITAR, PORQUE HAY UN SOPORTE DETRAS DE SU GESTION QUE LO SOSTIENE, Y SE LLAMA «MACRO ECONOMIA».
LO HECHO EN ESE SENTIDO POR EL GOBIERNO, CON UN CONGRESO OPOSITOR Y DESTITUYENTE ES UNA HAZAÑA.
ESO POR SI SOLO, LO SOSTIENE CONTRA CUALQUIER INTENTO.
LA MICRO COMO DICEN, NO LLEGA AUN A TODOS, PERO EL TEMA ES QUE JUSTAMENTE LA OPOSICION NO LO PERMITE CON SUS PLANTEOS.
SUS PROPUESTAS LEGISLATIVAS DESTRUYEN CUALQUIER PRESUPUESTO Y SU NEGATIVA A LA SANCION DE LEYES FUNDAMENTALES PARA EL DESPEGUE DEL PAIS, HACE LENTO EL CAMBIO.
HOY LA TURBULENCIA ES MAS POLITICA QUE ECONOMICA, POR LO TANTO CREEMOS QUE, PASADAS ESTAS ELECCIONES, CUALQUIERA SEA EL RESULTADO, PREVALECERA LA MACRO LOGRADA Y AUN CON DNU, SE LLEGARA A LA MEJORA ESPERADA QUE PERMITA LA REELECCION DE MILEI EN EL 2027.