Por Luis Alejandro Rizzi.-

BESSENT EMPEZÓ A DEVALUAR.

Muchos pensaron estos días que Bessent no podía con el mercado de divisas de la Argentina, ya que, pese a su intervención “comprando pesos”, la devaluación continuaba y la gente, los que pueden, buscaban refugio en el “dólar” que nos regalaba el tesoro de los EEUU.

Sin embargo parecería que Bessent, en línea con el FMI, empezó el proceso de devaluación, ya que el dólar oficial cerró a 1491 y el blue a 1485. El lunes 6 de octubre cotizó en el Banco Nación a 1405, para la compra.

Es obvio que el 26 de octubre a la noche se develará cuál es la ponderación del gobierno por parte de la sociedad, y ya habría consenso en el sentido de que el porcentaje necesario para aprobar y recibir “el rescate” de Donald Trump está en el 33% de los votos.

En 2023 Javier Milei, en las primarias y en la primera vuelta, logró un 30% de los votos, con un capital propio difícil de estimar, ya que presumo que los votos de LLA, en esas instancias, provenían de una suerte de coalición de hecho, que respondía al clamor del 2001 de “que se vayan todos”.

Milei montó también, de hecho, una coalición “anticasta” con votantes de diferentes orígenes, en especial de esa frustración que fue sucesivamente el PRO, Cambiemos y finalmente JxC.

Jugando con los métodos inductivos y deductivos, me animo a pensar que el voto duro y propio de Milei estaría alrededor de un 20%.

A partir de allí se sumaría parte del voto “antiK” y de algunos segmentos sociales minoritarios que pueden creer que el rescate norteamericano -Trump-, obedece más a las intenciones de Milei que a los magros resultados obtenidos a la fecha.

Pero también es cierto que la imagen de Milei viene en caída; hoy un 52% desaprueba su gestión, lo que en enero sólo era del 40%.

Es cierto también que puede jugar a favor del gobierno la inercia de quienes lo votaron en el balotaje de noviembre 23, como la “menos peor” de las opciones y así lo siguen viendo hoy, pero que también piensan que el eventual tutelaje del gobierno de Trump incidirá en una gestión no sólo mejor sino más eficaz.

Hay que tener en cuenta que el rescate de Trump puede generar reacciones negativas que, como las otras, son difíciles de medir y ponderar.

Personalmente pienso que el piso de Milei es el 33% y, si supera ese porcentaje, claramente se podría proclamar como inobjetable ganador.

¿QUÉ PASÓ CON LA CASA DEL CLERO DE LA CALLE RODRIGUEZ PEÑA?

No sé si se mantuvo oculto o no trascendió por ser una cuestión mínima, pero a fin del año pasado la curia dispuso el desalojo de una veintena de curas que vivían en ese edificio, algunos de ellos octogenarios y con lógicos problemas de salud.

La decisión no fue preavisada; fue en cierto modo intempestiva y fue comunicada por un “administrador”.

Ninguna jerarquía de la Iglesia de la CABA se hizo cargo de la medida ni tuvo el valor para comunicarla de modo personal y explicando los motivos.

Suponemos que las virtudes de la caridad y la prudencia deben ser cultivadas con máxima devoción por las autoridades eclesiásticas y deben dar fe de ello mediante la ejemplaridad de sus conductas.

Tampoco se ofreció alternativa ni soluciones de vivienda, y cada uno de esa veintena de curas, sanos y enfermos, se debieron arreglar, paradojalmente a “la buena de Dios”.

Es cierto, como decía, que es un tema minúsculo, que apenas interesa incluso a la grey católica, pero a la vez es grave, porque es una forma de actuar generalizada en la Argentina, que es la desaprensión, uno de los vicios que más se critica al gobierno, que ahora incluye al mismo cardenal de la Iglesia católica García Cuerva.

El que esté libre de pecado que tire la primera piedra, leí en los Evangelios; supongo que el cardenal se impondrá a sí mismo su debida penitencia.

Siguiendo con este tema, el Vaticano dejó de ser para los curas argentinos lo que era en la época del Papa Francisco, que solía dar cuatro días de alojamiento gratuito en Santa Marta. Me han contado que no todos los curas argentinos gozaban de “ese derecho”.

Hoy León XIV encontró por ese concepto una deuda de dos millones de euros, que se deberá saldar.

Obviamente esta “franquicia” se terminó, por eso muchos curas y algunos amigos de Francisco dicen: “El Vaticano ya no es lo que era…”

Francisco también designó bastantes Obispos; en La Plata hay cuatro, pero sólo tres seminaristas.

Esta saga de hechos pone en evidencia que, en la estructura de nuestro ADN social, algo se desconfiguró.

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