Por Gustavo Oscar Colla.-
Sr. Director:
En el medio de los terribles daños producidos por las intensas lluvias del sábado, nos hemos enterado que una planta de VTV no pudo prestar servicios por haberse inundado sus instalaciones. Vaya lección. Nunca quedó muy claro cuál es la función de esos establecimientos. Entiendo que cada quien debe ser el primer interesado en el correcto funcionamiento de su vehículo y si, por no hacerlo, causare además un daño a terceros, cargará con las responsabilidades de caso. Esto nos lleva a pensar que esa obligatoriedad responde a un «kiosko» de corrupción. Traducido al lenguaje callejero: «un curro» más de los tantos existentes.
Quedó expuesto que la planta verificadora no controla ni mantiene correctamente sus instalaciones como para soportar fuertes lluvias. Y los organismos estatales que las crean e imponen, tampoco proceden a efectuar los controles del caso ni a prestar los servicios esenciales de limpieza de calles, cañerías, desagües, cloacas, etc., etc.
Una vez más, terminemos con las corruptelas y confiemos en la responsabilidad individual a la hora de proteger lo propio y lo de terceros. Esto tiene nombre y apellido. EDUCACIÓN.
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