Por Paul Battistón.-
El joystick (quizás debería llamarse ahora warstick) se ha transformado en el mortífero dispositivo de una nueva guerra a lo “counter Strike”, donde la pantalla muestra el escenario Ucrania. Es factible disparar sin recibir las salpicaduras de la sangre ni el calor de las esquirlas y el remordimiento solo a la mitad de su potencia. ¿Quién diría que las consolas de juego deben ser vistas como el entrenador prematuro de la destreza de los nuevos combatientes cuya adrenalina es puramente generada y aprovechada para su concentración fuera del campo de batalla concreto?
Que un ex juguete de aeromodelista traidor a la tradición de la madera balsa y al uso clásico de la fuerza de sustentación y las superficies de control se haya convertido en puro terror con sonido de cortadora de pasto marca un quiebre absoluto en las condiciones de combate. Una capacidad autónoma brindada desde una IA y definitivamente entraríamos en la ciencia ficción. Pero por el momento estos aparatejos siguen bajo comando humano. Una batalla aire-tierra estanca que está generando resultados inesperados más allá de sus deflagraciones, una gran desmoralización de la tropa sometida a sus ataques.
La polución aérea de los drones ha dado lugar a la urgente generación de contramedidas que aún presentan grandes dificultades. No todo el espacio aéreo puede ser monitoreado con precisión al mismo tiempo y no todas las frecuencias pueden (y deben) ser interferidas al mismo tiempo. Así mismo la solución obvia de la interferencia electrónica de los drones ha llevado a los atacantes a una contra solución impensada de drones filo guiado por fibras ópticas del espesor de una tela de araña lo que literalmente equivaldría a ser atacado por un barrilete moderno. El campo de batalla ucraniano se ha convertido en un terreno para la experimentación y la proyección hacia el futuro de las armas probadas en un conflicto absolutamente anacrónico. Casi como toda Europa.
TikTok podrá seguir funcionando en USA, aunque cualquier intento de evitarlo hubiera sido un fracaso. La firma de Trump que permite la continuidad de esta red social debe ser vista como un triunfo que le evita el bochorno de caer en el catálogo de censuradores por lo tanto es fácil deducir que cualquier concesión que Trump haya conseguido en este conflicto por él mismo planteado es un logro ante el cual China no necesitaba ceder. Podríamos definir este conflicto (al que algunos ven como irrisorio) como una batalla por los límites del adoctrinamiento y la penetración. Este frente se desata sobre el territorio y la población misma de la occidentalidad fluyendo a bordo de la libertad de expresión, el híper control chino sobre la actividad digital de sus ciudadanos hacen imposible el corrimiento de este frente a su territorio y población.
Si las redes sociales propias de occidente fueron una puerta abierta a la efervescencia del wokismo, un tik tok de algoritmos guiados sería la gestación misma de un colectivismo hipnótico. Oracle deberá encargarse de que no sea así. La guerra de algoritmos perceptibles y ocultos está dando comienzo. La invasión de espacios virtuales donde las protestas diplomáticas serían irrisorias habrá abierto un nuevo frente de batalla ¿Cuánto del apoyo que los tiranillos de Latinoamérica hoy tienen se hubiera sostenido sin la acertada creación de nada misma de tic toc?
¿Quién es dueño de un símbolo de paz? ¿Quién asociaría a Corina Machado a ese símbolo que se asemeja a dos piernas abiertas dispuestas a la penetración? María Corina Machado porta el escudo de premio nobel de la paz el mismo que por aquí porta Pérez Esquivel pero invertido, quizás la paz ya no es la misma. Ahora es aguerrida luchando para no dejarse subvertir. ¿Podríamos hablar de una paz del post relato teniendo en cuenta que nada pacifico ha funcionado para derivar a Maduro de su usurpación pacifica (venida sólo de la alteración de las urnas)?
La paz necesitará de una revuelta para lograr su espacio, el cual luego deberá conservar soportando una gran resistencia de los caídos en desgracia tras la ausencia repentina de su paz (el confort de la ocupación lograda).
La presión de despliegue de maquinaria bélica no ha logrado el objetivo primero de la salida de Maduro. Colocar con precisión quirúrgica un convocante símbolo de paz en el escenario del conflicto puede que sea la siguiente alternativa para la desestabilización del régimen.
Al fin y al cabo no hay nada que no se logre con un poco de violencia, inclusive la paz.
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