Por Oscar Edgardo García.-
La palabra «capricho» tiene varios significados y uno de ellos es «idea o propósito que se forma arbitrariamente, fuera de las reglas ordinarias y comunes».
Aquel que se aparta de la norma o de lo que cabría esperar es una persona caprichosa.
Ser caprichoso es tener un cambio de actitud o comportamiento impredecible, repentino e inexplicable.
Para la psicología, un capricho es una idea que una persona desarrolla por afuera de la lógica y de lo razonable, con pensamientos que no se construyen de acuerdo a las reglas ordinarias y que muchas veces están vinculados a lo excéntrico, por lo que del capricho a la transgresión legal no media gran distancia.
La designación por decreto simple, en comisión, del juez federal Ariel Lijo y del catedrático Manuel García-Mansilla como nuevos jueces de la Corte Suprema de Justicia por parte del Presidente de La Nación encuadran en las definiciones precedentes.
La caprichosa posición de Javier Milei no se condice con sus prédicas y es contraria a la fundamentada opinión de numerosas organizaciones, legisladores, profesionales y ciudadanos que se han manifestado negativamente con la postulación de Ariel Lijo, motivo por el que el capricho presidencial no es un adecuado mensaje en pos de la calidad institucional y la seguridad jurídica.
27/02/2025 a las 4:49 AM
Por algo será la designación. Parece que quiere blindaje ante la estafa de Libra.