Por María Delicia Rearte de Giachino.-

Pregunta sin respuesta. Ignoro si por timidez, por inoperancia, por desinterés, por culpabilidad, por ignorancia, por cobardía, por insensibilidad, por irresponsabilidad…

Lo seguro es que el Sr. Presidente de la Nación, al asumir el lugar más honroso a que pueda aspirar un ciudadano argentino, no tomó en cuenta que asumía la responsabilidad de comandar las FFAA de la Nación (Constitución Nacional, Art. 99 inc.12), con las que no simpatizaba mucho y a las que envolvía en un término inocuo: «los militares…»

Pero el destino tiene sus sorpresas y en un día nefasto, 15/11/2017, doloroso, trágico, las FFAA lo necesitaron y es entonces cuando su INVESTIDURA tembló, porque la Patria lo requería íntegro y la Patria no se enajena en los bancos internacionales, no se mide en euros ni dólares, no se ningunea con aumentos ficticios, no se esconde en los Panamá Papers, no está presente en los foros internacionales…

La Patria, mal que les pese a quienes la bastardean con actitudes soberbias e indiferentes, entre los cuales y con el debido respeto, lo incluyo, se vive, se respira, se ama, se respeta, se defiende, es para elegidos y no para voceros del oportunismo banal de las «redes»…

Y esa Patria hoy lo reclama en el destino de 44 hombres, en las lágrimas de una madre, en la bronca de una joven esposa, en la valentía de un padre, en el clamor de todo un pueblo que no merece que se lo humille como se atrevió a hacerlo, una legisladora que entre bocado y bocado en una mesa mediática, opinó con soberbia y desparpajo sobre un tema que ni las grandes potencias logran descifrar, sin importarle la mirada desolada de una mujer que a su lado demostró, con su altivez y dignidad, la categoría de heroínas que en la gloriosa Armada Argentina engalanaron nuestra historia…

Sr. Comandante en Jefe de las FFAA de la Nación, en su casi dos años de mandato, no lo vi engalanarse ante la Patria ni siquiera en los misérrimos desfiles de las fechas patrias, donde orgullosos y con el pecho inflado de orgullo y jalonado de cruces y medallas, en reemplazo de un pedazo de su cuerpo mutilado física y espiritualmente, eran aclamados por un pueblo que los admiró, pero al que le robaron su Gesta, para trucársela por una triste democracia desde 1983…

No lo escuché pronunciar ni una sola vez la palabra MALVINAS, ni una sola vez acordarse de la disputa de Soberanía, ni una sola vez abrazar con orgullo a un Sr. VGM, no recordar que gracias a su sacrificio, ocupa usted ese lugar privilegiado de una democracia revestida de vergüenza, de corrupción, de desconocimiento político que ha llevado a la República Argentina, durante 35 años, al estado de indefensión en que se encuentra…

La grieta, Sr. Comandante en Jefe, se ha manifestado, desgraciadamente, entre usted y su investidura, cuando ante la apertura de un foro internacional G-20 ha manifestado que «este es un día histórico», mientras se anunciaba la tragedia de cientos de argentinos cuyo pecado ha sido amar a su Patria y abrazar su destino…

44 muertos Sr. Presidente, con esposas, padres, hijos, ilusiones y esperanzas, virtudes y errores, valor y cobardía, no han merecido de usted, ni de sus ministros convencionales, una palabra de apoyo, de honra, de honor, de gratitud, de nobleza, de admiración ni de cristiana misericordia…

Los que hemos dejado envuelto en una bandera celeste y blanca el cuerpo amado de nuestro «milico» en el fondo del mar, en la turba de Darwin, en los vientos y las nubes, sabemos que esa bandera no es un «trapo», que en ella siguen vivos los 649 muertos de Malvinas ahora recibiendo al canto de «ALTA EN EL CIELO…» a los 44 tripulantes del Submarino «San Juan» que nunca morirán…

Sr. Presidente Comandante en Jefe de las FFAA, como una vieja ciudadana, lo conmino a que se arrodille interiormente ante los 40 millones de argentinos que tiene el honor de representar, ante las FFAA que debió conducir, y en un «mea culpa» profundo, reflexione: «QUE DIOS Y LA PATRIA ME LO DEMANDEN…»

Ya no caben explicaciones. Es tarde Sr., ayer tuvo Ud. su «día histórico» con el G-20, según sus propias palabras y para unos pocos elegidos…

Los argentinos todos, también, con una oración y una lágrima, tuvimos nuestro «DÍA HISTÓRICO» en el dolor de la realidad despidiendo la esperanza, en la frialdad de los medios de comunicación y la ausencia de la palabra piadosa que restañe la herida, en la heroica despedida de 44 compatriotas… Los verdaderos elegidos de la Patria que tanto amaron…

A ellos HONOR Y GLORIA, a los pies de MARIA STELLA MARIS, en la Paz de la Eternidad…

¡¡¡VIVA LA PATRIA!!!

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