Por Luis Américo Illuminati.-
«Triste cosa es no tener amigos, pero más triste debe ser no tener enemigos, porque quien enemigos no tenga, señal de que no tiene: ni talento que haga sombra, ni valor que le teman, ni honra que le murmuren ni bienes que le codicien, ni cosa buena que le envidien» (Baltasar Gracián).
El asesinato de Charlie Kirk es un hecho tan repudiable que ensombrece la condición humana. Un crimen que recuerda bastante al de John Fitzgerald Kennedy y su aparente matador Lee Harvey Oswald. La misma pertinaz y oscura ideología puede estar detrás de escena (una confluencia de poderes mundiales en conflicto). En la búsqueda de la verdad el camino es tenebroso, hay muchos escollos. La intensidad es una forma de eternidad, diría Borges. El fuego todo lo transforma. Lo que fue de veras, no se pierde (la Tradición básicamente es conservar lo bueno). En su afán de disipar la oscuridad del mundo el poeta, el filósofo y el misionero (tres facultades y una sola esencia), todo lo que tocan se combustiona, se incendia o se ilumina. La claridad es su misión, el norte de su camino. En la búsqueda de la luz perdida.
Pero ese fuego no es el fuego de las bombas, como el que ardió en la Primera y Segunda Guerra Mundial y que concluyó en Hiroshima y Nagasaki, no es el que arde en Ucrania y Gaza. Es otro tipo de fuego, un fuego sagrado, purificador, transformador, un fuego que todo lo abraza, un fuego invisible que cae desde arriba como el clinamen de los átomos y penetra en el alma en los seres que van a caballo y un rayo los voltea como a Saulo de Tarso para convertirlos en antorchas o faros vivientes.
El 10 de septiembre pasado un francotirador disparó a una distancia de unos 200 metros, matando a uno de los representantes más populares e influyentes del movimiento MAGA (Hacer Grande, Nuevamente Grande a Estados Unidos), Charlie Kirk, de 32 años, bloguero e inspirador de la juventud conservadora estadounidense. No era un soldado, ni un mercenario, ni un radical ni un extremista. Al contrario, sus posturas siempre fueron sumamente equilibradas y razonadas. Participaba con gusto en debates con oponentes ideológicos, liberales, escuchaba sus argumentos e intentaba comprenderlos. En su corta vida fue un convencido tradicionalista, cristiano, conservador y ferviente patriota. Y los enemigos de la Tradición, no pueden perdonarle eso. Sobre todo, si un líder joven, activo y carismático se vuelve verdaderamente influyente y popular.
Kirk contribuyó enormemente al movimiento patriótico estadounidense. Organizó la plataforma TPUSA (Turning Point USA), que se convirtió en el mayor foro para los partidarios de MAGA. Esta plataforma se extendió a numerosas universidades y campus de Estados Unidos, donde jóvenes de mentalidad conservadora comenzaron a romper la dictadura rabiosa de las élites universitarias pseudo liberales, que imponían ferozmente a los estudiantes -lo mismo que sucede en las universidades argentinas- filosofía de género, la teoría crítica de la raza (en esencia, un racismo antiblanco), las normas LGBTQ+, el feminismo radical, el apoyo a la inmigración ilegal, el posthumanismo y otros errores y aberraciones que llevan a la autodisolución de la sociedad.
En un ambiente tan tóxico, mucho antes de Trump, Charlie Kirk abrió el frente de la resistencia conservadora. Sus iniciativas contaron con el apoyo de una gran parte de la juventud estadounidense. El nacimiento de MAGA tuvo lugar precisamente en la plataforma TPUSA. Las fuerzas más diversas se encontraron y transformaron eficazmente los sentimientos de la sociedad estadounidense. Así nació MAGA. Y así se abrió paso en medio del confusionismo reinante. Su verdadero objetivo, más allá de las aspiraciones y metas de Donald Trump, consistieron en lograr un punto de inflexión para Estados Unidos. Su última aparición en la Universidad del Valle de Utah en Orem, Utah, formó parte de la gira “Punto de Inflexión”. Charlie Kirk hablaba pacíficamente ante una multitud de simpatizantes (y quizás oponentes, pues el acceso era libre) en una carpa al aire libre. En ese momento, un francotirador -un sicario- disparó, hiriéndolo mortalmente. Charlie Kirk fue asesinado por sus ideas. No sé si el ideario de Charlie Kirk se lo puede comparar al de Javier Milei, ambos aliados de Donald Trump. Son dos estilos dispares. Fundamentalmente, el diálogo -opuesto al árido monólogo- es un instrumento de paz y no un despliegue de retórica vacía, un oficio de sofistas o un juego de naipes donde gana el más astuto. El diálogo es lo que verdaderamente da buenos frutos.
Se dice intencionadamente que ser justo es aquel que no tiene enemigos. Lo cual constituye un sofisma. Pues quien combate el error y la mentira forzoso es que se gane enemigos. Si Cristo no hubiera predicado su mensaje de paz y amor universal no habría sido condenado a morir crucificado. Charlie Kirk tenía enemigos, pero ¿qué clase de enemigos son capaces de organizar un asesinato de modo tan profesional? La mayor parte de la ciudadanía de los EEUU estuvo de acuerdo en que el asesinato de Charlie Kirk fue un crimen político, una larga cadena que continúa la serie de asesinatos de líderes políticos, desde Kennedy, pasando por Ronald Reagan hasta los atentados contra Trump. Inmediatamente después del informado el atentado todo EEUU se conmovió e indignó con el bárbaro atentado que atiza el fuego de la discordia.
Todos los participantes de MAGA, tanto los decepcionados con Trump como los que aún no lo estaban, lo percibieron como un golpe directo a la democracia. Muchos no pudieron contener las lágrimas. Todos los cristianos y no cristianos partidarios de la no violencia lo lloraron. Algunos acusaron al Partido Demócrata de emprender el camino del terrorismo político. Dolor, lágrimas, rabia contenida, una sensación de injusticia e impotencia, compasión y admiración por el heroísmo de este joven patriota, a quien algunos consideraban un probable futuro presidente de EEUU.
Una cosa es la tolerancia para poder vivir en democracia y otra cosa es la permisividad o la debilidad. El pensamiento débil que tergiversa los valores. La izquierda siempre acusa a la derecha de violencia. Pero la violencia siempre la comienza la izquierda y después sus militantes se hacen las víctimas. El malo es el otro. Un eterno cainismo político que no cesará hasta la consumación de los siglos sino se produce algún día una reconciliación en rescate de la paz que una constante procrastinación lo impide resistiendo sistemáticamente a hacer de una vez por todas una metanoia general (perdón recíproco).
Ante el crimen de Kirk los congresistas del Partido Demócrata reaccionaron sin ningún pudor. Cuando los republicanos en el Congreso propusieron honrar la memoria de Kirk con un minuto de silencio y una oración común, los demócratas gritaron “¡No!” En esencia, este rugido equivale a una declaración de guerra.
¿Qué es esto? Algunos partidarios de MAGA llaman a las cosas por su nombre. ¿Este es el comienzo de una nueva guerra civil? Así es como suelen empezar: con el asesinato de un Archiduque (el crimen de Sarajevo). Aparentemente un incidente local aislado, pero pueblos y continentes enteros se ponen en movimiento. Un movimiento en cadena. La revista «Time» publicó una foto de la Universidad del Valle de Utah con la tienda de campaña de Kirk en tonos rojo sangre y la inscripción “Basta”. Lo cual se puede interpretar como un claro mensaje. Basta. Detengámonos. No derramemos más sangre inocente.
15/09/2025 a las 2:07 AM
Te olvidaste de decir q el peronismo arrazo en la provincia de Buenos Aires !!!!
Otra cosa ese «Basta no derramemos mas sangre inocente «podria hacerse extensivo al pueblo palestino
15/09/2025 a las 2:28 AM
PERFECTO LEONARDO O ADOLF H, NAZI DE MIERDA.
ES ASI NOMAS, HABRIA QUE DECIRLE AL PUEBLO PALESTINO QUE ADORO A HAMAS, QUE DEVUELVAN
A LOS REHENES RETENIDOS Y PIDAN PERDON POR EL ASESINATO DE 1200 INOCENTES, ENTRE ELLOS BEBES QUE FUERON INTRODUCIDOS EN
«HORNOS MICRO ONDAS», VIVOS, ENTENDISTE HIJO
DE PUTA !!