Por Carlos Tórtora.-

El ausentismo fue el gran protagonista de la mayor parte de las elecciones que se realizaron en lo que va del año. Y el próximo 7 de septiembre, el ausentismo volvería a ser mayoría o una cómoda primera minoría. Una de las primeras consultoras que verificó este dato es Analía del Franco, con un trabajo realizado entre el 29 de julio y el 1 de agosto.

El mismo arroja que sólo el 50,29% de los entrevistados asegura que irá a votar el 7 de septiembre. Es prácticamente la misma cifra que en la elección porteña.

El tema es muy complejo y tiene distintas aristas. Es evidente que ninguno de las candidatos actuales en Buenos Aires despierta entusiasmo en el electorado.

A favor de Javier Milei, se puede decir que, al menos hasta ahora, no parece reflejarse fuerte en las encuestas una tendencia al voto castigo.

Lo más significativo de los últimos días es que se detecta que un 10% de los jóvenes de entre 16 y 29 años -un público altamente favorable a Milei- estarían diciendo que no votarán en septiembre.

Una incógnita sin resolver

La realidad es que ningún encuestador se atreve a decir categóricamente si el pronunciado ausentismo favorece a los libertarios, a los kirchneristas o bien perjudica a ambos por igual. Por ejemplo, en la Capital se registraron en mayo fuertes bajas de votantes tanto en la zona sur, bastión del peronismo, como en la zona norte, un baluarte antiperonista.

De cualquier modo, lo que sí es obvio es que los discursos de ninguno de los dos bandos son suficientes como para sacar de la indiferencia al 50% de los votantes.

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