Por Carlos Tórtora.-
El apoyo de Donald Trump a Javier Milei y el futuro salvataje financiero de los EEUU a la Argentina no parecen haber modificado, al menos por ahora, el cerco que la oposición le construye al gobierno desde el Congreso. La Comisión Investigadora del caso $LIBRA está a punto de requerirle a un juez que disponga el traslado de Karina Milei por la fuerza pública para que declare ante el organismo.
A todo esto, en Diputados el plenario de comisiones de Asuntos Constitucionales Poderes y Reglamento dispuso para el 30 la firma del proyecto -ya con media sanción del Senado- que establece que los DNU sean derogados si son rechazados por una sola cámara, lo que dejaría al gobierno sin su principal instrumento para gobernar.
También en Diputados, la oposición sigue apurando para tal vez aprobar la semana que viene la moción de censura prevista en el artículo 101 de la Constitución Nacional, que podría derivar en la destitución de Guillermo Francos como Jefe de Gabinete. El tema tiene una importancia simbólica, porque es la primera vez que se aplicaría el artículo 101 de la Constitución Nacional, como sería la primera vez -si ocurre- que el Congreso podría iniciarle juicio político al presidente.
En suma, los elogios de Trump a Milei no mitigaron la embestida opositora y habría para esto dos causas principales. La primera son las encuestas, que parecen ignorar lo ocurrido en Nueva York y marcan una caída de la imagen positiva del gobierno ya bastante por debajo del 40%.
Y a esto se suma la inminente sanción por el Senado de las leyes de Financiamiento Universitario y ATN.
La segunda son los gobernadores. El Ministro del Interior Lisandro Catalán no estaría consiguiendo magistrados provinciales dispuestos a abrazarse a Milei durante la campaña electoral, con la consabida excepción de dos aliados de LLA, Rogelio Frigerio y Alfredo Cornejo.
La gran mayoría de los gobernadores saben que su foto con Milei les costaría muchos miles de votos a sus listas de candidatos a senadores y diputados nacionales.
Todo esto hace que el gesto de Trump, insólitamente, no modifique seriamente nada de la política interna.
Más de lo mismo
Obviamente, esta situación también tiene que ver con que la Casa Rosada, como era previsible, sólo ha usado lo de Trump para volver a las andadas. Así, la campaña electoral girará en torno a la figura de Milei y su discurso será tal vez más apocalíptico que el de costumbre: los que no voten a LLA -dirá- están trabajando para Cristina y Kicillof. Entonces una vez más 0 espacio para el diálogo y el consenso. El gobierno no sólo no quiere cambiar sino que es incapaz de hacerlo.
Toda la expectativa oficial está entonces puesta en el apoyo de los mercados, cuando éstos, a medida que se aproxime la derrota del gobierno, también se darían vuelta como lo han hecho siempre.
27/09/2025 a las 1:26 AM
Ningún votante ignora que el yanqui sionismo es renovada demostración de como «Juega el gato maula con el mísero ratón». ¡Trump es el estandarte!