Por Oscar Edgardo García.-

Es indubitable que no hay una sola palabra que provenga de Cristina Fernández de Kirchner que no persiga un objetivo político.

En un posteo reciente que la condenada difundió refiriéndose a la gestión de “Che Milei” expresaba que “los dólares se van y las inversiones no llegan”, cuando sus antecedentes no la acreditan para opinar fundadamente sobre el particular.

A las pocas horas de ello uno de los periódicos más importantes del país publicó un artículo escrito por uno de sus jefes editores entre los que estaba incluido el siguiente párrafo, evidenciando su ignorancia sobre el pasado y el presente de la dama presa: “¿La actividad sube “como pedo de buzo” (Javier Milei dixit) o el modelo muestra señales de fatiga que anticipan que “se cae” (Cristina Kirchner dixit)? ¿Asistimos al inicio de un proceso de crecimiento económico, no solo un rebote, o estamos en crisis como machacan el kirchnerismo y los sindicalistas?”

Pilar Rahola, hace unos días, se expresaba enfáticamente en un programa de televisión y refiriéndose a Cristina Fernández de Kirchner les preguntaba a los panelistas: “¿Por qué los medios de comunicación le hacen todos los días la campaña?”, agregando seguidamente, ante la mirada absorta de los allí presentes: “Yo pongo la televisión argentina y sólo veo a Cristina Kirchner, perdonen, además llevamos muchos días en que la foto de ella en el balcón es permanente, eso es una campaña, por tanto ustedes se están haciendo, vaya un poco, una bomba de tiempo, porque me resulta incomprensible, en el mundo están pasando muchas cosas, y en la Argentina pasan muchas y muy interesantes y todo el día tiene protagonismo en los principales medios de comunicación una señora porque ha sido sentenciada por corrupción!”

Finalmente ante la mudez y la estupefacción de sus interlocutores corona su alocución preguntándoles: “¿Qué les pasa?, ¡llevan semanas con el tema!”

El razonamiento de la prestigiosa periodista española es impecable y no merece cuestionamiento alguno.

Penosos interrogantes, todos ellos, por cierto. La expresidente mantendrá su vigencia en los primeros planos de la escena mediática mientras en los medios de comunicación subsista un periodismo mediocre con la participación de «idiotas útiles» que favorezcan su campaña política.

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