Por Guillermo Cherashny.-

El triunfo de Jair Bolsonaro en la primera vuelta en Brasil es indescifrable para todos los políticos argentinos desde Macri hasta Cristina, pasando por Massa. En efecto, el ex capitán del ejército reivindica a las fuerzas armadas y a la policía y quiere echar de Brasil a la delegación de la OLP en ese país, que tiene fuertes lazos con la comunidad musulmana que vive en Brasil. Bolsonaro le importa poco, ya que se enemistó con la comunidad gay y con el feminismo y con los brasileños de color a los que acusa de vagos, aunque muchos de ellos lo votaron. Pero su principal blanco fue la delincuencia, que en Brasil hace estragos pese a que allí no existe el garantismo zaffaroniano. Sin embargo, en grandes ciudades como San Pablo nadie respeta los semáforos de noche. También el narcotráfico, que domina las favelas, está en su lista enemigos a vencer y toda la izquierda y los «progres» de Brasil. No nos olvidemos que ahí se fundó el «Foro de San Pablo».

Es muy probable que gane en la segunda vuelta con el apoyo de las bases del PSDB, el partido de Henrique Cardoso que, sin embargo, calificó duramente a Bolsonaro. Pero el 5% que obtuvo Alckmin, su candidato, irá casi todo a Bolsonaro, que necesita el 4% para pasar el 50%.

Macri no sabe qué hacer frente a Bolsonaro, especialmente con la expulsión de la OLP, que tiene delegación en la Argentina. Y cabe recordar que en la UNESCO, la Argentina de Macri condenó a Israel y la mano ultradura de Bolsonaro asusta a Cambiemos y al PRO que, según Durán Barba, es de centroizquierda. Y lo mismo opina Marcos Peña.

Pero en este gobierno no faltan oportunistas como Patricia Bullrich, que aprovechó el éxito de Bolsonaro para atacar a Carolina Stanley por los fondos que entrega a los movimientos sociales. Pero la ministra de seguridad no se quedó ahí y acusó a esos movimientos de estar financiados por el narcotráfico y recibió inmediata respuesta de los curas villeros que responden al papa Francisco, que dicen lo contrario, es decir, que sacan a los pobres de las garras del narco. La saltimbanqui de Patricia Bullrich quiere ser candidata a vicepresidente de Macri y quiere sacar de la cancha a Carolina Stanley sumándose al bolsonarismo criollo, pero según nuestras fuentes no tiene ninguna posibilidad de acompañar al presidente en su reelección.

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