Por Guillermo Cherashny.-

Causó sorpresa que en la homilía de ayer el papa. en el balcón, lamentara la situación del pueblo venezolano y le pidiera a Maduro que fomente el diálogo entre los dos sectores y decimos sorpresa porque nunca antes había mencionado que el pueblo venezolano estaba enfrentado con el chavismo.

En efecto, su Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, fue nuncio apostólico en Caracas y, al igual que Francisco, mantuvo su apoyo al régimen populista y autoritario de Chávez-Maduro.

El papa, aún hoy defiende al populismo argentino en la persona de Milagro Sala y también con la última nota en «La Nación» de Monseñor Víctor Fernández, rector de la UCA, donde criticó al gobierno por fomentar la grieta, cuando en realidad la grieta la inventaron los cristinistas y desde que asumió Macri la ex presidente no hace otra cosa que fomentar el obstruccionismo contra las políticas gubernamentales.

Una nueva teoría sostiene que el malestar de Francisco ante la visita del presidente Macri a Roma hace un mes, cuando mostró su cara seria ante los fotógrafos, tenía su origen en que monseñor Víctor Fernández le sugirió al gobierno argentino que recibiera a 700 refugiados sirios y que al principio el presidente consideró ese pedido -como lo escribió Carlos Pagni en «La Nación»- pero, consultados los gobernadores peronistas en cuyas provincias vive una gran comunidad sirio libanesa, se opusieron terminantemente y también la comunidad judía local, por lo cual, antes de viajar a Roma, la presidencia le contestó a monseñor Fernández que ese pedido era imposible de satisfacer por parte de los gobernadores y de la comunidad judía. Monseñor Víctor Fernández se molestó y de ahí sus dos artículos en el matutino críticos del gobierno. Aunque después de los atentados en Bélgica quedó claro que el presidente tuvo razón en negarse.

Y monseñor Fernández, que la semana pasada criticó que el gobierno fomentara la grieta, quedó mal parado nuevamente ayer cuando la Conferencia Episcopal, con monseñor Arancedo, fomentó «la grieta» al decir que hay terminar con la impunidad, en clara referencia a la corrupción K.

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