Por Oscar Edgardo García.-

«Rara avis» es una expresión latina que significa literalmente «ave rara» o «ave extraña» y se usa para referirse comúnmente a una persona o cosa que representa una excepción singular a una regla.

La frase proviene del escritor satírico romano Juvenal, quien en su obra Sátira VI dice «Rara avis in terris nigroque simillima cycno», que se traduce como «Un ave rara en esta tierra muy parecida a un cisne negro».

Con el mayor de los respetos, cualquier similitud con Javier Milei podría ser mera coincidencia.

Cual «llanero solitario» de la política, desde los inicios de su gestión presidencial ha enfrentado contínuos desafíos de los que resultó exitoso en varios de ellos importantes, pero también debió superar escollos, escándalos y derrotas de distinta naturaleza, aunque sin darse por vencido en tales circunstancias y, a pesar de su endeblez en el terreno político, tratando de encontrar los mecanismos para defender su gestión y su futura gobernabilidad.

La trascendencia internacional obtenida merced a su personaildad, su nula pertenencia a la clase política y a los logros alcanzados en su breve gestión, no registra antecedentes en la historia del país y el recibimiento que tuvo en Nueva York en la gala del Atlantic Council, un centro de estudios con sede en Washington dedicado a política internacional, en la que se le otorgó el Global Citizen Award 2025 es la más reciente demostración de ello.

El primer mandatario acaba de superar criteriosa y valientemente la etapa más crítica y difícil de su gestión, generando por el momento una base de confianza y sustentabilidad como para corregir los errores cometidos en el pasado y continuar con sus proyectos para solucionar los problemas de inflación, pobreza y desarrollo que heredó de sus predecesores, así como también impedir que los políticos opositores a su gobierno logren su desestabilización y la finalización anticipada del mandato que la mayoría de los ciudadanos le confirió.

Es evidente que el espíritu y la convicción de Javier Milei están imbuidos por un precepto citado por el escritor estadounidense Og Mandino en su célebre libro El vendedor más grande del mundo: «El fracaso no me sobrecogerá nunca si mi determinación para alcanzar el éxito es lo suficientemente poderosa».

Confiemos en que así sea y apoyemos la gestión de esta «rara avis» para ello.

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