Por Carlos Tórtora.-

Siguiendo con su tarea destructiva en lo económico, político e institucional, Javier Milei puede llevarnos ahora también al deterioro del sistema electoral. Antes de que José Luis Espert renunciara anoche a su candidatura a primer diputado nacional, el gobierno consultó al juez electoral platense Alejo Ramos Padilla sobre la posibilidad de que se impriman nuevas boletas únicas sin la foto y los datos del economista. La respuesta habría sido categórica: la Boleta Única de Papel no sólo fue oficializada en tiempo y forma sino que está impresa. Ninguna autoridad judicial está entonces facultada para modificarla, o sea reimprimirla, lo que implicaría además un gasto de 14.000 millones de pesos que no está previsto en ninguna partida.

Suponiendo que pese a esto Ramos Padilla cediera y permitiera que el gobierno dilapidara fondos públicos para reimprimir la boleta, los problemas formales son muy importantes. Para empezar, el juez debe primero decidir si como primer candidato quedará Karen Reichart o bien se aplicará la confusa Ley de Paridad de Género y será entonces Diego Santilli. Pero además, modificar la boleta equivale a aprobar una nueva y debería entonces convocarse a una audiencia de partidos previamente a su oficialización. En este complejo itinerario se irían no menos de 10 días, con lo cual la nueva boleta se imprimirla una semana antes de las elecciones, creándose un problema logístico muy difícil de solucionar.

Rumbo al desbarajuste

Todo lo señalado, sin contar que el juzgado debería entretanto resolver las presentaciones que ya empezaron. Con toda lógica y además con la intención de llevar a LLA a un callejón sin salida, los apoderados de Fuerza Patria le reclaman al juez que rechace la reimpresión de la boleta única. Si el juez, la Cámara Nacional Electoral o en última instancia la Corte Suprema deciden que ya no se puede cambiar la boleta, la situación de LLA pasaría a ser insostenible. Lo que queda de la campaña libertaria se haría con Santilli como primer candidato, pero luego en el cuarto oscuro los votantes se encontrarían con la foto y el nombre de Espert. Un verdadero caos.

Pero encima LLA bien podría ser denunciada por violar el artículo 140 del Código Electoral Nacional.

El mismo dice: «Se impondrá prisión de dos meses a dos años al que con engaños indujere a otro a sufragar de determinada forma o a abstenerse de hacerlo». Parece evidente que hacer campaña con un candidato y que la gente deba marcar su voto en la boleta con otro candidato es una práctica engañosa y que tiende a confundir al electorado.

Share