Por Carlos Tórtora.-

Convertido en el nuevo protagonista de la política argentina, el Secretario del Tesoro Scott Bessent fue el encargado ayer de relativizar la trascendencia inmediata del salvataje financiero de los EEUU a la Argentina. Dijo «inmediatamente después de las elecciones, comenzaremos a trabajar con el gobierno argentino en el pago de sus principales deudas».

La duda se abre inmediatamente. Si el gobierno de Javier Milei es derrotado categóricamente el 26-O, ¿seguiría apostando Donald Trump a sostener un esquema de poder agotado en las urnas? En los términos de crudo oportunismo que se da en la política internacional, es difícil pensar que la Casa Blanca insista en fortalecer a un presidente que acaba de recibir dos castigos electorales en sesenta días. De ser así, el mensaje de Bessent habría que entenderlo del siguiente modo: «instrumentamos el salvataje financiero de la Argentina si Milei gana las elecciones».

Pero ¿qué pasará si pierde? ¿Trump le soltaría la mano a uno de sus pocos aliados en América Latina?  Hay quienes dicen que, en ese caso, la Casa Blanca exigiría para asistir al país la existencia de un consenso político amplio, que incluya también al peronismo, si es que gana la elección.

Lo cierto es que las palabras de Bessent también modifican el plan de batalla opositor. No podrá el Congreso oponerse al SWAP o al préstamo del Tesoro, sencillamente porque todavía no habría nada y sólo estaremos, durante la campaña electoral, dedicados a comentar versiones.

Cortinas de humo

En síntesis, Milei se trae de Nueva York elogios de Trump y promesas de salvataje, pero no el salvataje en sí. De más está decir que sólo con que LLA ganara en Buenos Aires, el descrédito internacional y la fama de régimen corrupto que ahora mancha a los hermanos Milei pasarían a segundo plano. El consenso popular sanea casi todo.

Ahora más que nunca y con buenas razones, el presidente está condenado a hacer campaña ejerciendo una brutal extorsión sobre el electorado antiperonista. Si no le devuelven su voto, podría no haber salvataje de Trump y entonces lo más probable es que haya elecciones presidenciales anticipadas el año que viene y que Axel Kicillof o Juan Schiaretti se calcen la banda.

Con bastante sutileza, Trump estaría poniendo las cosas en su lugar. Dio su apoyo político sí, pero los dólares tendrá que ganárselos Milei si junta los votos necesarios. No parece comprar la Casa Blanca la idea de un gobierno argentino en terapia intensiva, respirando sólo por un tubo de oxígeno puesto por Washington.

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