Por Carlos Tórtora.-

La alianza en Buenos Aires entre LLA y el PRO deja un saldo desfavorable para este último. Dejándose absorber por los libertarios, el macrismo  evitó un papel desdoroso en la elección bonaerense, para la cual algunas encuestas le daban apenas el 6 o el 7 por ciento de los votos. Pero pagó por ello un alto precio. La participación de los amarillos en las listas de candidatos fue incluso inferior al 25% anunciado. Además, no sólo emigraron hacia otros sellos 4 intendentes de PRO, opuestos a la alianza, sino que muchos dirigentes hicieron lo mismo, abriendo una herida que puede profundizarse.

Ahora llega una instancia aún mucho más complicada para el macrismo. El 7 de agosto cierra el plazo para la presentación de alianzas para las elecciones de legisladores nacionales del 26 de octubre. Los primos Macri tienen sólo dos opciones: sumarse a LLA con un acuerdo similar al de Buenos Aires y encolumnarse detrás de la candidatura a senadora nacional de Patricia Bullrich o enfrentarse a Javier Milei a través de una alianza que sería una especie de reedición de Juntos por el Cambio.

Tal cual están las cosas hoy y tratándose de una elección nacional, Jorge Macri tendría menos capacidad de decisión que Mauricio, quien daría la última palabra.

De cualquier modo, es obvio que el Jefe de Gobierno se inclina más por confrontar con LLA, mientras que Mauricio apuesta al acuerdo.

La última bala

El expresidente suele comentarles a sus íntimos que él no está dispuesto a bancarse en Capital otra derrota como la del pasada del 18 de mayo. Es un argumento fuerte para acordar. Pero la realidad es Karina Milei, fiel a su estilo, no da señales de querer compartir las listas de candidatos a senadores y diputados. Si el candidato a segundo senador que secundaría a Bullrich no es del PRO, el acuerdo se volvería indigerible para Macri. Acá es donde se presentan más preguntas. ¿Cuál es el mayor costo político para el macrismo? ¿Diluirse en una alianza monopolizada por los libertarios cuando el PRO es el que gobierna la Ciudad o perder la elección levantando sus propias banderas? Para la subsistencia política de los amarillos, perder conservando su identidad sería más conveniente.

Pero ponerse en la vereda de enfrente de Milei puede tener un alto costo para Macri.

Se trata entonces tal vez de la decisión más trascendente que en materia electoral haya tenido que tomar aquél. Está en juego la subsistencia de su partido, porque si es absorbido ahora por LLA poco le costaría a Milei, si llega entero, quedarse con la Capital en el 2027.

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