Por Luis Alejandro Rizzi.-

Ayer en la capital de la provincia de Buenos aires, la ciudad de La Plata, inició Javier Milei su campaña electoral para las elecciones del próximo 7 de septiembre y de paso para las del 26 de octubre.

Su discurso se limitó al agravio, lindante con la injuria y la calumnia, cuando con referencia al gobernador Kicillof, según la crónica del diario “La Nación”, lo señaló como “degenerado”, “enano comunista” y “responsable de un baño de sangre”. También acusó al kirchnerismo de ser “peores que los narcotraficantes”.

En otro tramo y siempre con referencia al peronismo kirchnerista, dijo: “Se disponen a jugar sucio. Están asustados. Es momento de meterse y sacarlos a patadas de una vez”, bramó el presidente. E instó a votar como un acto “de defensa personal, porque si no, van a votar los que se benefician de este sistema putrefacto”.

El presidente Milei ayer no se comportó como tal y, como lo intentó en el caso “$LIBRA”, se escindió mágicamente de su función pública y se convirtió en ciudadano “común” o más bien como “barra brava” de LLA.

Ninguna propuesta sobre las reformas que promete para “después”.

Al inicio de su bramido, más que discurso, dijo: “¡Qué lindo ver a tantos leones libres para devorar al kirchnerismo en las urnas!”, desconociendo que este felino, en general, no es cazador de seres humanos.

Milei demostró una vez más su bajo nivel de cultura o alto de incultura y respeto al usar la palabra “enano” como insulto, cuando no deja de ser una condición médica, además el “enanismo” no afecta la función cognitiva.

Leí en algún medio, pido disculpas no recuerdo cuál, que Milei no tiene con quién perder, pero yo diría que pierde contra él mismo, porque se muestra en su real dimensión de persona con serios problemas de conducta.

Ayer, en su inútil conversación con el presidente de Ucrania -Volodimir Zelensky-, se ofreció a colaborar con una paz justa, cuando es incapaz de pacificar el país, y se monta en una ola del “Nunca Mas” contra un 40% de la población a la que busca “devorar”. Reiteró el papelón de Alberto Fernández con Putin en otra muestra de inaceptable obsecuencia al presidente Trump.

El “cristinismo” no es sólo Cristina condenada, lo conforma su núcleo duro.

Por último, se metió en la causa penal del “fentanilo”, vulnerando la Constitución nacional.

No cabe duda, la Constitución real de Milei son sus objetivos personales. Milei mismo es “factor de presión”.

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