Por Carlos Tórtora.-

Un viernes intenso en Olivos permitió despejar algunas dudas sobre la recomposición del poder, aunque quedan otras. El cambio de Guillermo Francos por Manuel Adorni es un mensaje contundente de Javier Milei. El triunfo electoral, para el presidente, sería suficiente como para borrar el registro del Criptogate, las coimas de Karina y la narcoconexión de José Luis Espert. La funcionaria más cuestionada, Karina Milei, se llevó el premio de colocar al nuevo Jefe de gabinete.

Coincidentemente, la sensación que quedó flotando después de la foto de Milei con 20 gobernadores es que en materia de diálogo político tampoco ha cambiado nada. El gobierno no está dispuesto a negociar con los gobernadores ni una línea de sus reformas laboral, tributaria y previsional. Solamente aceptaría que los gobernadores adhieran a estos proyectos pero sin tener ellos ninguna capacidad de negociación.

En realidad, el único cambio que sí se registra en la última semana es de estilo: Milei desde antes de las elecciones dejó de insultar y amenazar sistemáticamente a todo el mundo. Un cambio que, si continúa, sería positivo.

Bajo fuego

Por ahora no se sabe si el presidente y Mauricio Macri llegaron ayer a algún acuerdo. Pero lo cierto es que el jefe del PRO llegó a Olivos bajo fuego amigo. Horas antes de la reunión, Patricia Bullrich movió sus piezas y dispuso que los seis diputados del PRO que le responden, encabezados por Damián Arabia, se incorporen al bloque de LLA. El apuro fue para debilitar a Cristian Ritondo, que intenta reemplazar a Martín Menem en la presidencia de la Cámara. O sea, otra operación para reforzar el poder de Karina.

También estaría en marcha un plan de Bullrich para, una vez que jure como senadora, fracturar el bloque del PRO en la Cámara Alta haciendo que varios de sus integrantes se pasen a La Libertad Avanza.

Pero el castigo al expresidente fue todavía más allá. Diego Santilli festejó su triunfo del 26-O en Buenos Aires anunciando su intención de buscar la gobernación en el 2027. Obviamente Santilli sería candidato de LLA y también obviamente está burlándose de los que lo votaron para un mandato de cuatro años como diputado nacional.

Con este contexto, no es entonces extraño que Macri tratara de sacar pecho anunciando que el partido amarillo tendrá en el 2027 un candidato a presidente propio.

En las próximas horas se irá dilucidando si Macri participará realmente del nuevo esquema de poder de Milei colocando algún ministro o secretario. Pero lo que parece obvio es que el presidente no estaría cediendo en su postura tradicional de crear condiciones para la extinción del PRO.

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