Por Jorge Enrique Yunes.-

Y sí, fue un tremendo cachetazo como no lo esperaba nadie. Un tsunami político. Una enorme advertencia. Una gran esperanza. El resultado de las recientes PASO, es la consecuencia directa de años de desgobierno acumulado. El Kirchnerismo y sus acólitos se encargaron de ello. Instalaron la corrupción en todos los estamentos del Estado. Se jactan desvergonzadamente de manipular todas las instituciones, incluso la Justicia adicta. No escatiman en vomitar soberbia por los cuatro costados. Levantan la bandera de la arrogancia, la discordia y el desencuentro entre los connacionales. Pisotean el diálogo con los distintos referentes de la oposición. Se codean con el crimen organizado posibilitando así la instalación del narcotráfico en la Argentina. Sobornan las necesidades de un Pueblo denigrado y sojuzgado. Bastardean la obra pública. Minan la sociedad con planes sociales innecesarios, con la única finalidad del voto comprado. Se cansan de repartir pescado en vez de entregar cañas de pescar. Les falta el respeto a los ciudadanos. Degradan las instituciones de la República. Se mofan de la Democracia. Entristecen con su inconducta política a la Patria toda.

Pero esto no es gratis. Con el chori y con la coca no alcanza para embarullar y embaucar a un Pueblo. Un Pueblo que pacientemente le está diciendo ¡NO! al dislate “K”. Le está diciendo ¡BASTA! a la corrupción institucionalizada, al clientelismo, a la justicia garantista, a la inseguridad, a la narco política, a la inflación, al soborno electoral de los planes sociales. Más aún, se olvidan de algo. Se olvidan que somos una Nación. Que somos Familia. Que somos Ciudadanos de una República que finalmente se pondrá de pie y que con una colosal voluntad, comenzará a gestar un nuevo destino. Un futuro de reconciliación y grandeza. Un ciclo de paz y prosperidad. Que así sea.

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