Por José M. García Rozado.-

Cristina Fernández tronó en Olivos luego de las PASO nacionales, sus gritos los escuchó todo el mundo “C”… supusieron que era el desencanto y la bronca contra alguien de relevancia ocasional; pero pasaron al espasmo cuando descubrieron respecto de quien “ella, La Jefa” adjetivaba: era nada más, ni nada menos que de Daniel Scioli. A ella le está costando mucho más de lo que se suponía “aceptar su salida del poder” y encima está totalmente disconforme con “su” candidato, ese que aceptó de muy mala gana, al que pretende terminar de condicionar totalmente.

Cristina atraviesa días muy difíciles, y no es para menos: son aquellos que marcan de modo inexorable “su salida del poder”, además de notar su paulatino pero irreversible extravío o pérdida de protagonismo, algo que había casi olvidado desde la muerte de su ex esposo y presidente en 2010. Con las pasadas PASO arrancó, para su bronca y desazón, el tramo decisivo y final del proceso que se clausurará irremediablemente entre octubre y noviembre; todo dependiendo del balotaje. El nuevo recorrido será propiedad (salvo que cometa nuevos y catastróficos errores) de Daniel Scioli, de Sergio Massa y de Mauricio Macri, pasando ella a ocupar un papel político y de preponderancia de un “segundo orden”, algo total y absolutamente “inaceptable para alguien que como ella se ha habituado a ocupar omnímodamente el centro total del espacio político” desde más opacadamente desde 2007 y en todo su esplendor desde aquel noviembre de 2010.

El berrinche y la bronca de la Presidente resulta totalmente engorrosa de explicarse y de ser explicada, y muy especialmente, porque ella lo eligió y ungió a Daniel para evitar una interna que se mostraba virulenta y muy sangrienta dentro de ese “invento K” que es el FpV, aunque siempre y muy desaprensivamente se ocupó de mostrar a quien quisiera verlo, que “su elegido” no era “¡su heredero!”, ni mucho menos… apenas un “simple y oscuro “comisionado” transitorio”, para lo cual buscó imponerle un ladero o comisario político cuyo deber era controlarlo y condicionarlo: Carlos “el Chino” Zannini; pero como esto no le garantizaba aquello que ella había pergeñado habilitó a Aníbal Fernández para “derrotar al candidato de Scioli”, o sea, sacar del juego a Julián Domínguez el verdadero candidato a gobernador de “su elegido” por descarte e imposibilidad de haberse autopostulado, tal como era su deseo desde aquella noche victoriosa de octubre de 2011.

El gran problema se le planteó cuando en 2013 Sergio Massa, ese ignoto y “descarado intendentillo” se le plantó y animó, y le terminó de arruinar aquellos sueños irredentos del “vamos por todo” y de la consiguiente modificación constitucional -tal como habían hecho en su Santa Cruz- de la reelección indefinida, al habérseles abortado el plan original de la “alternancia matrimonial” elucubrada allá por el año 1991 al acceder a la gobernación patagónica. Historia vieja pero actual, con un “comisario político todoterreno” como “el Chino” Zannini, quien consiguió la reelección indefinida en la provincia e ideo la alternancia en la nación frustrada por la muerte de su consorte. “¡Como fue capaz de morirse tan a destiempo!” fue su pensamiento íntimo aquella tarde-noche de 2010 en El Calafate, cuando huérfana de su mentor e ideólogo político, Cristina Fernández (la hija del colectivero platense), debió asumir que ese 2011 era su segundo mandato constitucional y que de no mediar una reforma constitucional debería buscar o bien “un heredero” a su total gusto y confianza o, en su defecto “un elegido cual muñeco de titiritero” a quien “prestarle el poder durante 4 años para que luego se lo devolviera”, y ¿ahora… qué está pasando?

Que se impuso Scioli, y logró embretarlo con Aníbal esterilizando hasta cierto punto el “sistema de los barones del conurbano” que apostaron y jugaron parte de su suerte a manos de Julián, empinó para la nueva Cámara de diputados a Máximo y a su delfín estrella Axel, también y como refuerzo a “Wado”… pero no está verdaderamente conforme, ¿y por qué? Porque quizás Aníbal no termine ganando Buenos Aires, y si lo hace será pírricamente, y la “nueva primer minoría” muy posiblemente no le responda, porque como bien señala “la historia” y Joel Horowitz “si sigue la línea tradicional de los presidentes -peronistas o seudo peronianos-, en algún momento buscará romper con Cristina”, y entonces esa primer minoría se alineará con “el elegido” y abandonará a “la electora”, a quien sólo le quedarán los más puros y más abyectos que de ninguna manera terminarán por superar la ignominiosa cifra de 20 diputados y con mucha suerte 2 o 3 senadores nacionales… “lanzándola definitivamente al abismo del ostracismo”, ese lugar al que ella hoy ni siquiera acepte escuchar: por eso aquel improperio sobre “su elegido” al enterarse del horror del viaje a Italia en medio de las inundaciones provinciales.

Quizás hoy se arrepienta de no haber mantenido la candidatura de Florencio Randazzo, a quien “no logró convencerlo ni rendirlo” para que terminara de aceptar su designio de “bajar a la provincia” en lugar del “caníbal Aníbal” -otro de esos peronistas en quien no confía, y que si tuvo que reciclarlo como Secretario General primero y Jefe de Gabinete luego fue contra su “verdadera voluntad”… ¡pero no le quedaba otra que oxigenar un gobierno desacreditado y sin apoyo popular alguno, tras la muerte del fiscal Alberto Nisman! Aquel error con “el colorado” le hubiere evitado, tal vez, muchos de los dolores de cabeza que hoy le rondan. Recién ahora entiende la profundidad de la ofensa infligida innecesariamente al ministro de Interior y Transporte, quien verdaderamente estaba entusiasmado con la carrera contra Daniel “el inservible”. Pasó de la indignación y la frustración, especialmente del modo en que fue “borrado”, a en su fuero más íntimo a querer cobrarse “la traición” de quien fuere aquella misma que lo impulsare a competir contra el ex motonauta, ex menemista como ella, ex duhaldista también como ella y como Néstor; pergaminos que además ostenta también “el colorado” Florencio.

Pero todo no fue error de “la Jefa”, Julián reparó mucho en la semana posterior a las PASO en las denuncias de Felipe Solá respecto del “robo de votos”, pues a él también le extrañó algunos aspectos oscuros de aquel escrutinio, que como el de Tucumán éste pasado domingo 23 de agosto, dictaminaron su derrota, por un muy estrecho margen. Menos groseros que en la provincia del caudillo, ex radical devenido en peronista o cristikirchnerista, Alperovich también hubo “cosas extrañas” en el Conurbano bonaerense. Ecuaciones extrañas como Mar del Plata, Quilmes o la misma La Matanza implicarían inaceptables “cortes de boletas” masivos… fenómenos que, en esas proporciones, son imposibles de verificar en otras partes del territorio bonaerense. Julián, más que Felipe Solá, deberá convivir con ese entripado porque, por ahora (según aseveran sus laderos y los barones bonaerenses del conurbano) no está dispuesto a “enrarecer aún más el clima intoxicado” imperante dentro del oficialismo cristinista/peronista, pero principalmente Julián no desea ahora sumarle otro problema a Scioli, sobre los que ya tiene con las broncas y los berrinches de Cristina Fernández. “¡El gobernador bonaerense bastante tiene con el malestar profundo de la Presidente!” y el verdadero trabajo que le aguarda para no tener que exponerse a los claros peligros de un balotaje.

Daniel, en el mientras tanto, espera que ese malestar, berrinche o pataleo infantil de Cristina Fernández no pase de allí, o sea que sea sólo eso y no una profunda inquina que vuelva a empujar aquella idea del “cristinismo puro” de encumbrar -sin que se note demasiado- a Mauricio Macri quien según su entender y el de su “círculo rojo·” la repondría en el poder indefectiblemente en 2019. Ese malhumor de “la Jefa” es totalmente inconveniente para Daniel por dos razones: lo perturbaría desde un ángulo emocional pues sigue creyendo que en el fondo “es la única alternativa de Cristina”; y lo expondría a la muy hipotética pérdida de seudo e incomprobables votos ultra K, votos que en la realidad no superarían en un total muy afortunado un 7%, pero que de suceder podría conseguir aquello que hasta el mismo Horowitz duda al expresar sobre la ruptura posterior de Scioli con CFK “no sé si lo va a hacer”, porque al igual que Randazzo la bronca y la frustración puede llegar a ser más fuerte que el miedo o la obsecuencia.

Es más Daniel Scioli necesita que la Presidente deje de decir e insistir con que “no tiene candidato” cuando habla en la intimidad de “su Palacio” en Olivos o La Rosada, acepta el error del viaje, pero no mucho más y apuesta -¿infantilmente quizás?- a que Cristina “recapacite sobre que “nadie excepto él” puede ofrecerle más garantías para que la justicia no altere su tranquilidad fuera del poder”; algo que en verdad Cristina no cree, como tampoco lo creé su círculo áulico, o sea el cristinismo puro y duro. ¡Y quizás Cristina no se equivoque! Holowitz apuntala la idea del rompimiento de Scioli una vez asumido como presidente en que “una manera de hacerlo (el rompimiento) justamente es estar más cerca de los sindicatos. Históricamente, no sólo en la Argentina sino en toda América Latina, los presidentes quieren construir su propio poder y tratan de quebrar con el pasado. Por otra parte -apunta Joel Horowitz-, desde el gobierno de Irigoyen hasta el presente, muchos jefes sindicales quisieron estar cerca del poder, pero necesitan recibir algo. Y si no lo reciben, buscarán autonomía para conseguir mejores salarios y otras reivindicaciones. Eso también le puede pasar a Scioli” termina apuntando y agrega: “Los sindicatos tienen menos poder que entre 1945 y 1976, pero más que en la época de Menem…”

El enojo de Cristina le habría hecho perder algunos casilleros en su plan de competencia como FpV, pero su actual acercamiento a los gobernadores y caciques peronistas lo están refortaleciendo mucho más de lo que está perdiendo. Los votos peronistas que pueda perder el FpV no van al PRO sino que recalan indefectiblemente en el Frente Renovador y fortalecen a Solá aún más que al propio Massa, porque es en territorio bonaerense donde el candidato del FpV cosecha mucha inquina de los sectores peronistas ligados a los barones del conurbano, no sólo por él sino mucho más aún por su vice Sabatella. Scioli, engreídamente creía que “atado” el cristinismo por falta de candidato, él podía “peronizar su campaña” y en eso andaba de la mano de Juan Manuel Urtubey y de Luis Gioja, pero con el berrinche y el desplante de CFK en el acto del Museo de Bellas Artes del pasado sábado 22 que por poco se entera por los diarios, a Daniel se le hace un intríngulis el “cristinizarse o peronizarse”. Cree nuevamente en que debe arrimarse a la Presidente para no sentir la indiferencia que aquella suele dispensarle con demasiada asiduidad. ¿Estará acertado o se equivoca totalmente? Hay quienes creen que debe peronizarse y alejarse de aquella, sin romper con el FpV pero buscando desmitetizarse del cristinismo, para construir de a poco un nuevo perfil político con mayor autonomía de cara a Octubre y principalmente de cara a noviembre y el balotaje.

Cristina, por primera vez habló de las inundaciones y de sus consecuencias, pero no gastó un solo minuto en defender a “su candidato”, aunque si no dejó de mencionar el “presunto oportunismo político” de los opositores; además, la mandataria que posee una enorme convicción (que heredó de su extinto marido), conscientemente piensa que Daniel es “siempre un candidato cotizado pero un flojito administrador”, algo que en ella tampoco brilla justamente, Scioli se siente desde siempre, pero especialmente ahora “atenazado entre la ira presidencial y las demandas de los gobernadores peronistas”. Estos hombres y mujeres quieren “garantías de futuro”, pero se le presente un dilema ¿cómo satisfacerlos con la “tirria” que Zannini le dispensa al movimiento de Perón? ¿Cómo, además satisfacerlos con un aspirante a la gobernación bonaerense aferrado por Cristina Fernández, encima acompañado por Sabatella, y absolutamente “refractario” para el votante independiente (es más hasta para enormes porciones del peronismo oficialista)? ¡Estos interrogantes no tienen aún respuesta posible alguna! Menos aún luego del relevamiento del sciolismo ordenado en territorio bonaerense para detectar la manera de “superar el techo de las PASO”.

Ante los empresarios que escuchaban su discurso en la cumbre del Council of the Americas este miércoles en el porteño Hotel Alvear, Daniel Scioli se presentó como el candidato del PJ. “Soy el candidato a Presidente de un proyecto político, respaldado por el Partido Justicialista, con sus gobernadores, con sus intendentes, con sus organizaciones gremiales, con sus legisladores”, dijo el candidato del FpV, apoyándose en la estructura partidaria, que no siempre es sinónimo de cristikirchnerismo. Inmediatamente, el gobernador de la provincia de Buenos Aires linkeó esa pertenencia con la estabilidad política en su eventual gobierno. “Una de las bases fundamentales que yo les garantizo es la gobernabilidad y la institucionalidad”, dijo. Scioli habría dado un paso hacia un despegue el cristinismo, estrategia que se le volvería imprescindible en tren de conquistar el voto de los sectores independientes, ya que los votos propios de los simpatizantes del “modelo” resultan insuficientes a la hora de consagrar a su candidato en 1ra vuelta. Scioli obtuvo el 38% de los votos en las PASO, donde apenas votaron un 56% de los electores a nivel nacional. Necesita alcanzar el 45% para evitar un balotaje. O bien obtener al menos 40% y 10 de diferencia con su adversario inmediato, que hoy a todas luces parece ser Mauricio Macri. El de una segunda vuelta es un escenario temido en el FpV. Creen que en el dilema continuidad o cambio no está garantizado que la propuesta que el cristinismo representa tenga el eco necesario para permanecer en el poder. Será una pronunciada cuesta hacia arriba para Scioli la de conquistar a los sectores indecisos e independientes, básicamente clases medias, ante los últimos episodios que no dejaron bien parados al gobernador. Por si hace falta recordar: su viaje a Italia en el fragor de las inundaciones en la provincia que él gobierna; su defensa de gobiernos feudales como el de Formosa, y los episodios de violencia derivados de las sospechas de fraude en las elecciones que ganó su candidato en Tucumán.

Scioli prometió que, de resultar vencedor en octubre, trabajará en una “Normalización” para expandir la economía pero “no de la mano de recortes y políticas restrictivas”, con lo que pareció pronunciarse respecto al cepo cambiario y otras políticas intervencionistas que preocupan a los ejecutivos con intereses en la Argentina. “Tenemos que ir gradualmente a la normalización definitiva de los temas que yo sé que les preocupan”, afirmó dirigiéndose directamente hacia el sector privado. El mandatario destacó que “cada ciclo democrático demanda un perfil de Presidente”, y apeló a sus eslóganes favoritos de campaña, de que la próxima etapa será de “seguir construyendo sobre lo construido” y “cambiar lo que haya que cambiar”. “No voy a estar diciendo lo que cada sector quiere escuchar. Sí me comprometo a poner el esfuerzo para ver cómo producimos cada vez más, de la mano del desarrollo de nuestras potencialidades”, dijo. Y especificó que para ello se buscarán “políticas activas” como instrumentar incentivos fiscales o “reintegros a las exportaciones”, un reclamo planteado por entidades agropecuarias y los alicaídos sectores de las economías regionales. Sin embargo, el “candidato oficialista” alertó que el camino que planteará si llega a la Casa Rosada no será con la concepción del “Estado ausente que deja todo en manos del mercado”, por lo que deslizó que habrá algún tipo de continuidad en las políticas económicas llevadas a cabo en la década kirchnerista. “Vayamos avanzando pero no de la mano de recortes y políticas restrictivas, si no de la expansión económica y la oferta, para atender una mayor demanda e inversión e ir gradualmente solucionando los temas pendientes. Esa es la experiencia que tuve en estos años”, concluyó.

“El fenómeno nos está avisando con bastante tiempo, es difícil saber cómo va a terminar”, afirmó el científico peruano Ken Takahashi, coordinador técnico del Comité Multisectorial del Estudio Nacional del Fenómeno de El Niño (ENFEN), el órgano estatal especializado en el fenómeno, que según el diario español “El País”, evaluará el próximo viernes la probabilidad de que el evento climático pase de “fuerte” a “extraordinario”, lo que tendría consecuencias devastadoras a partir de diciembre -el verano austral-, como ya ocurrió en 1983 y 1997. Según el coordinador técnico del ENFEN, El Niño actual no es como ninguno de los fenómenos anteriores considerados fuertes (1983 y 1997). “Este año sí hay condiciones para un Niño extraordinario”, afirmó sobre este fenómeno que trae como consecuencia lluvias extremas, inundaciones, deslizamientos, erosión y desalinización. ¿Qué es el Niño? “El Niño es el calentamiento anormal y sostenido de la superficie del Océano Pacífico. Provoca intensas lluvias y, aunque es un fenómeno recurrente, no es periódico a escala interanual”, afirmó Takahashi. Según explica “GRID-Arendal” del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, es un fenómeno natural que ha tenido lugar durante siglos. Las condiciones del océano y atmosféricas en el Pacífico tienen tendencia a fluctuar entre El Niño (calentamiento) y una disminución de la temperatura en el Pacífico tropical, conocido como La Niña. Las fluctuaciones son bastante irregulares, pero tienen la tendencia de aparecer entre cada tres a seis años. En el ámbito regional, las repercusiones pueden ser importantes. En América Central, El Niño trae lluvias excesivas a lo largo de las costas del Caribe, mientras que las costas del Pacífico se mantendrán secas. Las lluvias aumentan en las costas del Ecuador, al norte del Perú y las zonas del sur de Chile. En Ecuador, Perú y Bolivia, habrá sequías en las zonas montañosas y de los Andes, lo que significa un retiro de los glaciares, con los cambios ulteriores en la disponibilidad de agua y en la biodiversidad local. En Colombia, Venezuela y Guayana, las precipitaciones tendrán tendencia a disminuir, provocando sequías en el noreste brasilero. En la zona sur de Brasil, subirán las temperaturas y en Argentina, Paraguay y Uruguay, las lluvias aumentarán…

En Posadas, Misiones, la oficina de Prevención ante Desastres Naturales alertó hace 10 días por el informe elaborado por el Centro de Predicciones Ambientales de USA -NCEP- con fecha 13 de agosto de 2015, que mantiene la advertencia de un evento NIÑO FUERTE a partir de la Primavera del hemisferio sur y que perdurará hasta el otoño de 2016. En la Argentina, este “Niño fuerte” o “extraordinario”, choca de frente con las elecciones nacionales, y afecta también la provincia más populosa del país: La provincia de Buenos Aires, la que comanda el actual candidato oficialista a presidente, Daniel Scioli. Aquí, las inundaciones complicaron las elecciones primarias del 9 de agosto, y ahora el agua promete aún mayores problemas para las de octubre. Y todavía se siente el impacto anterior ya que si bien las inundaciones comienzan a dar un poco de tregua a los partidos más afectados del noreste de aquella provincia, el agua sigue bajando y a medida que avanza complica la situación de otros distritos que están situados en la región de la cuenca del Río Salado. Los datos siguen siendo alarmantes: “hay 800.000 hectáreas bajo el agua, al menos cuatro rutas cortadas, los pueblos de Villanueva (General Paz) y Carlos Beguerie (Roque Pérez) siguen aislados. Y ahora le toca el turno a los distritos de Pila y Lezama” que en las próximas horas aguardan el pico máximo de la crecida del Río Salado. En el Lezama, el agua complicó la situación de unas 200 personas que se encuentran aisladas o evacuadas. El intendente, Marcelo Racciatti, aseguró que el casco urbano no tiene problemas: “Tenemos 30 familias evacuadas y autoevacuadas en el paraje El Destino y otras 30 familias aisladas en la zona rural a la que llevamos en lancha víveres y otras provisiones”. El jefe comunal aseguró que la obra realizada en el Salado a la altura del río, que implicó su dragado, “evitó que hoy tuviéramos complicaciones tremendas, y las compuertas protegieron el casco urbano de Chascomús”.

En esa zona, la ruta 57 que comunica Lezama con Pila se encuentra cortada. Además, dos caminos rurales que sirven como vías de accesos a distintos puntos del distrito también están interrumpidos por el agua. El intendente de Pila, Gustavo Walker, comentó que el desborde del río Salado mantiene inundado a cerca del 70 por ciento de su distrito. “La situación es similar a la de ayer (por anteayer) porque es tanta la masa de agua que hay, que el caudal sube y baja lentamente, pero considero que estaremos en una estabilización y posteriormente en un descenso”, dijo el jefe comunal al diario porteño “La Nación”. En General Paz el pueblo de Villanueva continúa aislado y las autoridades estimaron que tardará dos semanas en bajar el agua. Allí, la situación es crítica para los 500 vecinos que residen en el lugar ya que sólo se pueden movilizar en canoas o en vehículos anfibios del Ejército.

El intendente de General Paz, Juan Carlos Veramendi, dijo que la situación del pueblo tiende a “estabilizarse”, pero aseguró que si no hay “lluvias extraordinarias, el agua va a escurrir rápidamente en 15 o 20 días”. Por su parte, el gobierno bonaerense dijo que era “estable” la situación en las zonas inundadas por el desborde del río Salado, donde persiste la labor de asistencia a los damnificados. “Se encuentran en pleno funcionamiento las bombas que extraen 12 millones de litros por hora y también continúan los trabajos de refuerzo” en terraplenes, dijo ministro de Infraestructura bonaerense, Alejandro Arlía. Sin embargo, hasta anoche continuaban cortadas las rutas 41, 46 y 50 y las carreteras 29 y 65 se encontraban afectadas por la presencia de agua sobre la calzada, informó la Dirección de Vialidad (DV) provincial. Arlía explicó que en General Belgrano, “a la altura de Gorchs, estamos registrando ya un descenso de 18 centímetros” en la inundación y remarcó que “si no hubiera estado la defensa hoy tendríamos más del 50 por ciento de la ciudad bajo agua”. Aunque el agua comenzó a bajar siguen inundados los distritos de Bragado, General Viamonte, Roque Pérez, Dolores, Casteli. La empresa Ferrobaires mantenía la suspensión del servicio a Mar del Plata a modo de prevención por la gran cantidad de agua que cruza las vías y a través de portales de noticias se informó que quienes tengan pasajes adquiridos podrán canjearlos por tickets en colectivo. “¡Lo peor para Scioli, caerá más agua!”

En octubre las elecciones generales, en Argentina, traen un problema para el país que se origina en una provincia, la de Buenos Aires. Si Aníbal Fernández obtiene un voto más que Felipe Solá será gobernador. Minga de ballotage y arrepentimiento. Argentina se reconfigurará y, de hecho, quien sea Presidente tendrá inseguras sus espaldas. No es un político más, no será un gobernador más. Irá por todo. Aníbal quiere y puede y no puede, un peronista, negarle el voto. Es cierto que hace mucho tiempo que tiene jefes. Aníbal Fernández ha sido un eficaz soldado de varios generales, está en “la causa” desde 1983. Si es gobernador de Buenos Aires será general del más temible Ejército Popular, el más corrupto e impresionante: “La Bonaerense”, la maldita policía. Habrá 100.000 hombres bajo su mando, legal y constitucionalmente. Esta íntima convicción sobre la corrupción de “la Bonaerense” se agrava por las relaciones que tendrá quien gobierne la provincia, con un nuevo foco de corrupción, las policías municipales, sumada a la estrecha relación con la Federal, Prefectura, Gendarmería, Ejército Argentino, Policía Aeroportuaria y los espías del Estado nacional, como quiera que se llamen. Habitante del entramado íntimo de la administración cuando empezó el tema efedrina y cuando se disparó el tema cocaína, Aníbal Fernández es un partícipe necesario de nuestra realidad. Sabe todo. Al menos eso. El 11 de diciembre de 2015 arrancamos otra vida. Será jefe del 40 por ciento indiviso del país. Cuidado. Tanto poder es un peligro. Dan ganas de rezar, pero “Pancho” también es peronista. Legalmente poco se puede hacer.

El pensamiento peronista más sublime es transparente. Kirchner tuvo a raya a la provincia porque sus gobernadores eran más débiles que el Gobierno nacional, así construyó poder nacional ¿Scioli es más fuerte que Aníbal? ¿Más sólido? Antes de conciliar el sueño cada noche piense en eso. Desde 1994 se preparó el país para lo que sucede: Argentina es bonaerense dependiente. Entre Zannini, que no lo es, y Scioli que lo intenta, Aníbal trae su carné de afiliado desde la división cadetes. Es el único que tiene el ADN total del peronismo. Aníbal es la sumatoria de Vittorio Calabró, Alberto Balestrini, Manuel Quindimil, Herminio, Barrionuevo, Carlos Menem, Eduardo Duhalde, Antonio Cafiero, Carlos Ruckauf, ¿Néstor Kirchner? Elixir, “jugo condensado de peronismo”. Para muchos el mejor compañero de truco en las partidas de carpa veraniega. ¿A quién le advertirá que “no tiene los patitos en fila” y de que cosa dirá que es solo sensación? Gobernar no es retrucar para la prensa como el mejor vocero de la monarquía atenuada a la que hoy responde. Personajes como Beatriz Sarlo, tal vez la última casita de cristal de aquella revista antiperonista Unidos, se olvida de Aníbal mientras sostiene anhelos contrafácticos (la Sarlo pide que renuncien Sergio Massa y la niña que propuso Macri en provincia de Buenos Aires y sobrevivan Felipe Solá y Mauricio… ¡mientras anuncia que votará a Margarita!).

Un funcionario como Ricardo Forster, a la vejez un intelectual orgánico de la señora, también se olvida de Aníbal. Difícil creer que tanto cartesianismo soslaye a un Gargantúa como el hombre de Quilmes. Es olvido o resignación. Miedo no, nunca. Ejem. Vamos, no viven en Argentina. Dice Wikipedia: “De familia peronista, Aníbal Fernández se inició en la militancia política a los 14 años. Estudió en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, donde se recibió de contador público el 6 de marzo de 1982. Su inicio formal en la política argentina fue en 1983, con el regreso de la democracia. Se recibió de abogado el 19 de diciembre de 2001 en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora”. (N. del A.: En ese momento el decano de la Facultad de Derecho en la UNLZ era el afiliado a la UCR Alejandro Tulio, a quien Aníbal ratificó, ya como ministro del Interior, al frente de la Dirección Nacional Electoral, ¿se entiende?) Su página agrega: “Aníbal Domingo Fernández (Quilmes, 9 de enero de 1957) es un político, contador público y abogado argentino afiliado y militante del Partido Justicialista”. La distancia entre su título de CPN y el de abogado no es llamativa, sucede con muchos políticos, no es el único. Aníbal al menos dice dónde, cuándo y lo muestra. “Cuando Aníbal Fernández, claro, ¿qué otro? me dijo que había hecho uso de la invitación que Arturo Jauretche formulaba casi como un desafío en su antológica obra, al dejar hojas en blanco para que quien quisiera escribir sobre otras zonceras que, seguro, iban a aparecer por aquello de que «cuando muere el zonzo viejo, queda la zonza preñada» y me pidió que prologara su libro, no solo no dudé, sino que además me encantó”… El encomillado es del prólogo de CFK a uno de sus libros.

¿No puede un peronista negarle el voto a Aníbal Fernández?, ése es un tema que los analistas, que no se bañaron en el 17 de octubre, no entienden. Variante: si, entienden, pero trabajan para que no suceda. Y la vieja mecánica de tesis, antítesis y síntesis lleva hasta la ciudad fundada por Dardo Rocha y José Hernández al compañero Aníbal Domingo Fernández. Como consecuencia inevitable de la realidad: “peronistas somos todos. La verdad, la verdad…ése es el problema.” Las conclusiones de las mediciones sciolistas sobre Aníbal no fueron auspiciosas, porque por un lado, los votos de Massa y Solá están consolidados y pueden incrementarse con los obtenidos por Julián -no porque Julián lo pida- porque son “votos peronistas” y jamás irían a Vidal, así la mayor provincia le daría un “impulso poco considerado por los analistas y encuestadores” a la pareja tanto en territorio bonaerense como en el nacional. Es más según Van der Koy de “Clarín” un 54% de los votos de Julián no estaría dispuesto a acompañar a Aníbal en su aventura por la gobernación… el potencial “serio trastorno” para Daniel “el inservible”. En el afán de captar a quienes no los han votado Scioli, Massa y Macri están impedidos -por lo menos por ahora- de divisar acabadamente los rasgos profundos del país del cual posiblemente uno de ellos deba gobernar: “la muy vacilante economía no sería la única gran dificultad… aunque las propias confesiones cristinistas derramen miedo”.

Los muy graves sucesos de Tucumán hablan de una posible balcanización del proceso si no se toman recaudos, que por lo que se pudo ver sólo lo han tomado hoy los opositores, Daniel está como Cristina en otro mundo, ambos “no reconocerían nada de todo esto” Es más describen una Argentina como un vergel en un mundo árido; apenas manchado por opositores que apelarían a la demagogia y a la mentira… “la tragedia de los sucesos tucumanos del domingo a hoy (quema de urnas, llenado irregular de las mismas antes del acto electoral, el conteo paralizado con el 81% de las mesas, el intento de hoy de incorporar ilegalmente boletas en el conteo definitivo… etc.) son una acabada muestra de que aquella victoria que visualizaran el oficialismo y muchos consultores están cada día un poco más lejanas” y mal que le pese a Cristina no porque su candidato sea un inservible, sino porque como bien dice Emilio González Garbino “El actual sistema es anacrónico e inmoral… los K prostituyeron el sistema electoral” y falta Chaco, Formosa, Misiones Jujuy y Santas Cruz.

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