Por Silvio Pedro Pizarro.-

He leído un artículo de Lázaro Llorens que así comienza:

“Para revertir el mal humor social que generaron algunas de sus medidas, el miércoles pasado, el presidente Mauricio Macri presentó ante el congreso, su proyecto de ley ómnibus de “Reparación Histórica para Jubilados”. El mismo reconoce el derecho a jubilados que se encuentran en proceso judicial, y establece parámetros similares para quienes aún no lo han hecho, abarcando un total de 2,5 millones de abuelos.

Para financiarlo, el gobierno propone un controvertido blanqueo de capitales, que generó mucho ruido político, incluso dentro de las filas de Cambiemos. También el uso de utilidades del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) del ANSES. Entre estas, las acciones (4,3 millones) que el ANSES tiene en 46 empresas privadas, como Siderar, Macro, Banco Galicia, Techint, Mirgor (Caputo), Clarín, entre otras, cuya posible venta también dispararon la polémica.

“En la ley damos a la posibilidad de vender las acciones de la ANSES, pero no creemos que haya necesidad de venderlas por los próximos años. Queremos tener la flexibilidad de operar en el mercado como lo hace cualquier inversor” argumentó Emilio Basavilbaso, actual director ejecutivo del ANSES, para justificar la iniciativa de Cambiemos.”

No entraré a analizar el propósito del mismo, que se trata de una fuerte crítica al nuevo gobierno del Pro, sólo me limitaré a tomar de su redacción el minucioso estudio que realiza sobre el FGS, toda vez que su información es precisa en lo referente a la participación de más de 10 grandes empresas en el FGS, porcentajes de las mismas y dividendos a pagar a la ANSES.

Dice que conforme a las actuales cotizaciones el fondo sería de más de 126.000 millones de pesos. Esto es lo que surgiría detrás de la venta de las acciones de Anses. Su compulsa directa en los balances fue la única manera de obtenerlos, dado que desde el 2012 a la fecha, la ANSES no informa nada respecto las utilidades que generan sus acciones en las empresas privadas, ni de cuanto fue su “tasa de reparto” a favor del FGS.»

El autor del artículo parece ser un real conocedor del tema, con datos que no he visto publicados, pero lo que resulta evidente es que sus conclusiones, con diversos matices, llegan a demostrar que la caja más poderosa del Estado ha sido, es, y será ANSES la predilecta de los gobiernos. Ello da respuesta a la pregunta que no me canso de formular ¿Y ANSES? Todos los organismos del Estado están en investigación y con auditorías trabajando al máximo. Los descubrimientos que salen a la luz son monstruosos en cuanto a los millonarios desfalcos, gastos y subsidios incontrolados y descontrolados, y todo tipo de trampas y simulaciones que nos hacen ver con macabra sorpresa hasta el uso y abuso de casi un millón de muertos, cuya resurrección los habilita para ser “testaferros tumberos” de funcionarios kirchneristas.

Es ANSES el organismo estatal más misterioso de la administración nacional, pues a pesar de los centenares de miles de millones manejados con pericia por el autor de artículo, permanece en santidad virginal y nada sabemos de los siniestros personajes que movilizaron tamaña cantidad de dinero y acciones, que figuran en el gran terceto de la muerte, léase Massa, Boudou y Bossio. Por mera casualidad los tres gozan de una protegida y sospechosa impunidad.

El ex vicepresidente Amado Boudou caminando alegremente por Buenos Aires, México y otros desconocidos destinos cuando tiene sobre su testa una prodigiosa cantidad de imputaciones judiciales, la menor de las cuales es comprarse una imprenta propia para fabricarse billetes a destajo. El gatopardo por excelencia Sergio Massa, pasando por tres partidos políticos, probados como calzado, verdugo en Anses, extorsionador en la Cámara de Diputados, ex jefe de gabinete kirchnerista cuando fue la cara visible de la Ley de Medios con el principal discurso en favor de la ley, alegado peronista y acusado de narco. El diputado Diego Bossio, el gran paragolpes de Anses contra los juicios de los jubilados, enjuiciado por la Corte Suprema; que detuvo, apeló, no pagó pese a las sentencias, y que dejó más de 300.000 a la intemperie.

Burlesca ironía del destino, aparecen ahora juntos y sonrientes en la legislatura con la ponencia de mejorar el proyecto de ley de pago a jubilados, ellos, ellos mismos que lo negaron no obstante las órdenes emanadas del máximo tribunal del país, como ya lo dijimos.

Ya son demasiados los artículos y los argumentos que fundamente nuestra exigencia para que el Gobierno disponga la inmediata investigación y auditorías del citado organismo, a fin de disipar las sospechas de un convenio espurio. Es de conocimiento público que ANSES ha sido un perfecto engranaje para construir una política populista de gigantesca corrupción y que se ha manejado a discreción la operatoria de inversiones de los fondos jubilatorios en donde La Cámpora tiene representación. La ciudadanía se pregunta: ¿se estará utilizando el mismo engranaje?

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