Por Hernán Andrés Kruse.-

En su edición del 26 de junio, Página/12 publicó un artículo de Martín Granovsky titulado “Las elecciones en cinco claves”, en el que expone el análisis de cinco importantes encuestadores (Federico Aurelio, Roberto Bacman, Eduardo Fidanza, Hugo Haime y Enrique Zuleta Puceiro) sobre la ex presidente, el actual presidente, Sergio Massa, Randazzo, el impacto electoral de la economía y el perfil que tendrá esta campaña. Respecto al impacto que tendrá la presencia de Cristina en la campaña así opinaron los encuestadores. Hugo Haime: “Hay que mirar si priman los liderazgos y los temas o las marcas. Cristina va sin marca. Unidad Ciudadana es algo nuevo. La marca es ella misma. Massa lo mismo. Es Massa. O Massa más Stolbizer, porque 1País no existía antes. El Gobierno, a pesar de lo que dice Durán Barba, sí tiene una marca, que es Cambiemos”. Roberto Bacman: “Teniendo a Cristina en la cabeza de la boleta el resto acompaña. En una campaña intensiva, faltan dos meses y medio a las PASO y desde ese momento dos meses y medio a las generales. Hay mucho para recorrer. Se busca que pueda acompañar. Las aparentes sorpresas de la lista de Cristina eran lógicas. Ella venía insistiendo en la necesidad de que su grupo político mostrara mayor diversidad y más mujeres”. Enrique Zuleta: “Cristina demostró en su aparición que podía mover las fichas y el tablero y obligó al Gobierno a posponer cualquier otra estrategia y a sentarse a discutir con ella. Es un cambio muy importante en la campaña. La gente de Cambiemos elegida para las principales candidaturas es más para campaña que para propuestas. Eso le podría generar al Gobierno un retroceso”. Eduardo Fidanza: “Llegó un momento en que Cristina no pudo evitar presentar su candidatura, más allá de si lo deseaba o no, cosa que por otra parte no sé. Sí puedo decir que antes del escándalo de Daniel Scioli él era el que tenía más capacidad de retener el voto hipotético a Cristina. Vi sondeos donde Scioli sacaba dos puntos menos que Cristina. Con Scioli descartado ella se vio expuesta a no poder retener su base, y por tanto su espacio. Tiene que haber visto que su candidatura era muy competitiva. A medida que se desciende en la escala socioeconómica el voto es mayor para Cristina. Y agreguemos la preocupación económica del votante, no solo su ubicación. En Arsenal ella dijo que el Gobierno había desorganizado la vida de muchos y explicó que era una cuestión de Matemática. Números. La plata que no alcanza”. Federico Aurelio: “Una figura central de la política argentina pone en juicio y se somete a la voluntad un año y medio después de dejar su gestión y luego de 12 de kirchnerismo. Quiere que se discuta el modelo de país que gestionaron ella y Néstor Kirchner contrapuesto al que gestiona Mauricio Macri. Y se presenta justo en el distrito donde vive casi el 40 por ciento de los electores argentinos y cuyo resultado será el elemento central en las legislativas. Para Cristina el resultado será trascendental. O le da nuevo impulso a su carrera política o le da un golpe duro”. ¿Cómo será la campaña electoral? Hugo Haime: “No habrá mucha sorpresa en las campañas porque cada uno tiene sus núcleos duros. El gobierno hablará del pasado contra el futuro. Cristina reivindicará el pasado de esta manera: “digan lo que quieran pero hasta que vino Macri la gente tenía la vida organizada y Macri la desarregló”. Massa dirá: “si no te gusta Cristina y la pasás mal con el gobierno votame a mí, porque no soy ninguno de los dos y me importan la seguridad y las pymes”. El que está más complicado para hablar de las cosas es el gobierno. De economía solo le puede echar la culpa a Cristina. Massa puede esgrimir que la seguridad siempre le importó, y hablará de Alerta Buenos Aires que consiste en meter a la gente en el sistema de seguridad. Cristina irá todo el tiempo por el lado de la economía”. Roberto Bacman: “Será una campaña muy fuerte. Para bien o para mal cada acto de Cristina llevará a la rastra la cobertura de los medios. Su discurso en Arsenal muestra claridad en los problemas que hay que plantear, y lo primero es ponerse al frente de la recuperación de la vida que la mayoría vivía antes de Macri. El gobierno moverá el eje de la pesada herencia desde la economía al ámbito de la política y la moral. Dirá que la corrupción destruyó al país y que Macri va por el buen camino pero necesita más tiempo”. Enrique Zuleta: “Obviamente con las listas cerradas hay que barajar y dar de nuevo en términos de análisis más refinado. Ocurrieron cosas que muchos descontaban pero lo cierto es que ocurrieron. La campaña comenzará basada en planteos de fuerte polarización. También el gobierno busca polarizar. Lo decidió al darle a Elisa Carrió los diputados que pedía en las listas, y también cuando decidió conformar en la provincia de Buenos Aires una lista de confrontación neta que hará hincapié en el tema de la corrupción. La presencia de Cristina le da al gobierno la oportunidad para trasladar el eje y discutir otra vez los años del kirchnerismo. Nueve de cada diez argentinos querían borrón y cuenta nueva. Eso fue bajando y hoy son siete de cada diez. Macri se ve justificado para volver a ese tema. El plantear la campaña en torno de la corrupción como eje es un retroceso. Lleva a tiempos, procesos, procedimientos y personajes que no tienen que ver con el debate de cómo llevar el país hacia adelante”. Eduardo Fidanza: “creo que la suerte de Cambiemos depende de imponer la agenda económica y la política. El gobierno no se puede posicionar. Si está creciendo, no llegó a la calle. Es, además, el tema de Cristina. Al gobierno le queda, en política, el refuerzo de las expectativas. La gente en las encuestas dice que el país no está bien pero cuando se le pregunta qué pasará en un año dice que mejorará. Esa respuesta bajó del 65 al 50 por ciento pero existe. La síntesis sería: “Creemos en el futuro, sufrimos en el presente pero rechazamos el pasado”. Y ahí aparece la corrupción. La síntesis de Cristina es otra: “sufrimos en el presente, tuvimos mejor pasado y el gobierno nos priva del futuro”. El voto económico compara la situación material. Cristina les dice a José, Pedro y María que ya estuvieron mejor antes”. Federico Aurelio: “los temas serán variados para cada fuerza. Cambiemos y Unidad Ciudadana conjugarán las mismas categorías, pasado y presente, pero lo harán de distinta manera y con una idea opuesta sobre qué arroja el futuro. Cambiemos insiste en que los problemas del presente son producto del pasado y por eso sería necesario realizar cambios, que generarían un futuro mejor. Unidad Ciudadana considera que los problemas actuales indican que hoy se vive peor como producto de la gestión actual. Hará eje en el malhumor económico que existe en la mayoría de la ciudad tanto a nivel nacional como en la provincia de Buenos Aires y sobre todo en el Gran Buenos Aires. Cambiemos seguramente hará hincapié en que votar por ellos es votar contra la figura de Cristina Kirchner y el cansancio por anticipado que generaría una vuelta al pasado o una vuelta de Cristina liderando el proceso político”.

Respecto a Florencio Randazzo así opinaron los encuestadores. Federico Aurelio: “la intención de voto que tenemos para Randazzo es de siete u ocho puntos. Tenía esa intención de voto cuando era un precandidato a la Presidencia. Los mantiene. Es difícil pronosticar su evolución. No hay un atractivo desde la óptica de la competitividad electoral. Está cuarto en intención de voto y muy lejos de los tres primeros. El desafío que tiene es mantener la intención tanto en las PASO como obviamente en la general de octubre, donde es probable que haya algún nivel de polarización entre las dos primeras fuerza políticas”. Hugo Haime: “el mejor negocio político de Randazzo es que pierdan Cristina y Massa para decir que sigue existiendo. Su problema es que para un discurso crítico hacia Macri y Cristina ya está Massa. Y a quien le guste Cristina la votará a ella. Veo que en la política hay muchos dirigentes peronistas encantados con Randazzo, pero eso no lo registro en la gente. El riesgo de Randazzo es que saque cinco puntos en las PASO y quede con solo tres en la general”. Eduardo Fidanza: “Randazzo quiere ser el primer desafiante de Cristina igual que otros políticos que empezaron perdiendo. Raúl Alfonsín hizo lo mismo con Ricardo Balbín. Lo desafió. Randazzo logró que Cristina lo convocara y le ofreciera estar en la fórmula. Si saca 8 o 9 puntos puede seguir su carrera. Alguno podría decir que el peronismo cobra cara la traición. Y otro podría responderle que la cobra cara pero no tanto si la figura que traiciona después resulta popular. Roberto Bacman: “Randazzo hizo cálculos sobre la base de que CFK no se iba a presentar. Massa cortó la relación con Cristina hace mucho más tiempo que él. En cambio Randazzo en 2015, hace solo dos años, quería ser el pollo electoral de Cristina y ni siquiera aceptó ir en otra lista contra Scioli”. Enrique Zuleta: “el randazzismo no es viable pero se sentía mal en una fuerza que había expulsado de hecho a muchos de los que se nuclearon en torno de Randazzo”. Respecto a la existencia de una cantera de votos en disputa, así se expresaron los encuestadores. Roberto Bacman: “el macrismo parte de la base de que en cada provincia tiene alrededor de un 30 por ciento sólido. En algunos distritos, como la ciudad de Buenos Aires, ese núcleo puede ser mayor y llegar al 40 por ciento. En La Matanza o Lomas de Zamora puede ser del 20 por ciento. Esa franja es antiperonista y en algunos casos hasta gorila, y está integrada por muchos que históricamente votaron al radicalismo. Todos los opositores disputarán, por eso, el voto de los que llamo independientes pragmáticos. No son peronistas rabiosos ni antiperonistas rabiosos. No son macristas rabiosos ni antimacristas rabiosos. Muchos están desilusionados por la situación actual. Son de clase medida media. Los monotributistas, digamos. O los que tienen un pequeño comercio y hacen malabares para subsistir. Gente muy trabajadora que quizás ya tenía ladrillos para agrandar su casa. Massa supo entenderlos y se llevó a casi todos en el 2015. Ahora veremos cómo les habla y los convence a cada uno. Por ahí pasa la elección”. Enrique Zuleta: “hay una vía del medio. Un enorme segmento no está dispuesto a polarizar pero no está siempre disponible para cualquiera. En Massa también hay mucho de oportunismo y acrílico. Es interesante. Tiene espacio y timing, pero de ahí a convertirse en una opción para romper la polarización hay un paso enorme. El país no tiene miedo y es difícil extorsionarlo”. Eduardo Fidanza: “los desilusionados con Macri que en 2015 votaron por Massa en primera vuelta ahora podrían volver a Massa. Entonces no habrá polarización. Las figuras que tienen cargos públicos tienen límites para hacer campaña. La gente los mira mal y además el cargo los limita. Margarita sí puede hacer una denuncia, sobre todo si mientras tanto se acentúa la actividad de Tribunales. Cristina tiene una base fiel del 25 por ciento de votantes, su imagen es mayor y supongo que su objetivo es perforar el techo del 30 por ciento. Eso explica la aparición de la Cristina herbívora de Arsenal. Cambia su retórica, deja de polarizar entre buenos y malos. Vuelve a un clásico del peronismo que es el policlasismo. En las historias de vida del acto hay pequeños y medianos empresarios. Parece el recitado de lo que escribió Saint Simón en su Catecismo Político de los Industriales publicado en 1824. Desde un zapatero a un empresario, todos debían combatir juntos contra el clero, la nobleza y los terratenientes”. Federico Aurelio: “si bien hoy el 40 por ciento de los bonaerenses dicen que no tienen del todo decidido el voto, cuando a los entrevistados se les plantea las distintas opciones el porcentaje de indecisos es menor que el 10 por ciento. Por lo tanto de acá a la primaria podemos visualizar movimientos menores en términos porcentuales. Hay alrededor de un 30 por ciento para Unidad Ciudadana, un 30 por ciento de Cambiemos, 23 por ciento para Massa y Stolbizer, siete por ciento para Randazzo, con lo cual ya vamos por el 90 por ciento. Agreguemos cinco que puede tener el Frente de Izquierda y llegamos al 95. Eso da poco margen de variaciones. Por eso los pequeños movimientos pueden dirimir el primer lugar y el segundo. Es probable que la campaña de Massa siga la misma línea del 2015. No se sustentó tanto en la discusión del pasado sino en propuestas para evitar la polarización y esquivar el fracaso de Massa. Hoy desarrolla propuestas sobre problemas de los argentinos, como precios o seguridad. Es el camino que más le gusta explorar a Massa: no meterse públicamente en las discusiones políticas aunque lo haga en privado. Mostrará que los errores son fruto del pasado de Cristina y del presente de Macri”.

En la misma edición Página/12 publicó el artículo de Eduardo Aliverti “Ella y los demás”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “(…) Después del acto de Arsenal, si restaban dudas, ningún nombre podía modificar sustancialmente nada porque el gran nombre es ella” (…) “La incorporación en rol destacado de Jorge Taiana, figura intachable que supo ser destratada por el kirchnerismo, es un gran gesto de anchura táctica hacia adentro y afuera. Y el acuerdo alcanzado en la lista porteña es otro síntoma de haber hecho todos los esfuerzos para ofrecer la mejor vocación de unidad de que dispone el progresismo, en uno de los distritos más complicados del país. Cambiemos tuvo que refugiarse en que los nombres son lo de menos y deberá jugarla con Macri y Vidal poniéndoles el cuerpo a caras poco conocidas, sin que nadie diga que no puede salirle bien. Massa y Randazzo competirán por ser el mejor macrista y el mejor peronista, respectivamente, y el resto acompañará la escenografía de su habitual ocupación testimonial. Además de confirmar que probablemente sea hoy la única figura política en el mundo capaz de llenar un estadio, CFK ratificó que la centralidad de la política argentina pasa por ella y avanzó con un discurso que elige la confrontación desde otro lugar” (…) “La épica meramente guerrera de sus discursos tiene que ver con la imagen dejada por la “última Cristina”, en el tramo final de su segunda presidencia, que se vio a la defensiva por el descomunal embate mediático. Como fuere, en la actualidad se le exigía que abriera la mano, que saliera del ombligo de su núcleo duro, que le hablara a un arco más extendido. Eso es lo que hizo y probablemente parte de su militancia no se entusiasmó demasiado con el acto en sí, pero una líder hace lo que tiene que hacer y no lo que siempre sugieran las necesidades anímicas de sus seguidores más fieles” (…) “Pero la noticia más amplificada de la semana pasada-al punto de haber dispuesto a los medios tradicionales en una de sus tantas cadenas de oración-no fue ni el acto en Arsenal, ni los avatares del plazo para presentar candidatos, ni el salto del dólar y ni siquiera que, por primera vez en su historia, Argentina emitió un bono en dólares cuyo vencimiento es dentro de cien años, con una tasa de interés costosísima. Tampoco permaneció en el primer lugar que Wall Street, a través del banco de inversiones Morgan Stanley, haya aplazado hasta el año que viene, por lo menos, la calificación de Argentina como mercado emergente” (…) “Mientras tanto, en la consideración mediática, ganó por varios cuerpos “El Rey de la Salada”. Adherentes a las teorías conspirativas sostienen que el apresamiento de Jorge Castillo intentó ser una cortina de humo, con unas cuantas intenciones a la vez: angostar el impacto por el acto del martes, reducir el de las malas noticias económicas, trazar imaginario de que el antro delincuencial de La Salada sólo pudo tener crecimiento imparable bajo la corrupción kirchnerista y hacerlo con una espectacularidad disfrazada cual arribo de Los Intocables. En todo caso, el exceso fantasioso también les correspondería a los operadores y publicistas del Gobierno porque, a no mucho andar de la obra, se conoció que las vastas relaciones de Castillo y de su ex socio, Enrique Antequera, comprometen más a los propios que a los ajenos. El monarca de la feria está ligado a los radicales y el mes pasado anunció que competiría por Cambiemos en Lomas de Zamora” (…) “Y pocas horas más tarde se difundía la ligazón societaria panameña entre Castillo y la familia Macri. El viernes, tras haber sido prácticamente el monotema mediático entre miércoles y jueves, los efluvios del asunto comenzaron a extinguirse porque el Gobierno y sus pajes descubrieron que podían estar disparándose a los pies” (…) “Lo que parece por el momento es que, en la disputa por construcción de subjetividad, la derecha da una lucha pareja y quizás gananciosa. No retroceder hasta el pasado favorable sonaría más fuerte que la realidad de un presente peor. Pero eso requiere-frente al dichoso electorado fluctuante que decide las elecciones y que va de un lado a otro sin ningún problema ideológico-algún favor de la economía y que los personeros actuales no sean vistos tan corruptos como los pretéritos. Para lo primero, el Gobierno se esperanza en que bastarán la caída de la inflación, las inyecciones de obra pública, el dólar domado, cierto efecto de las paritarias en el consumo, las ventas mediáticas de que el futuro está por llegar porque se crece poco pero se crece al fin y, sobre todo, un rechazo a Cristina-en elección nacionalizada a favor o en contra de ella-sustantivamente más poderoso que la malaria de consumo, de pymes e industrias que cierran casi todos los días, de índices de desempleo y subocupación alarmantes. Para lo segundo, para que Macri y su patrulla no aparezcan iguales a los K, para que ¿increíblemente? continúe confiándose en que los ricos no necesitan robar en la función pública, se apuesta a que será suficiente la malla de protección mediática. Esto último podría servirle al Gobierno mientras se cuelgue del travesaño en amparo de su falsa decencia. Cuando pasa a la ofensiva, como con Odebrecht y La Salada, salta de inmediato que carece de delanteros honestos a los que recurrir en el banco o en las inferiores”.

En su edición del 27 de junio Página/12 publicó una entrevista hecha por Fernando Cibeira a Jorge Taiana, compañero de Cristina Kirchner en la fórmula de Unidad Ciudadana para el Senado. Expresó el ex canciller del kirchnerismo: “(…) Para el 17 de octubre pasado hicimos en la IMET un acto y ella participó en videoconferencia y estuvimos charlando. Es un antecedente de nuestra buena vinculación, también las declaraciones coincidentes que hemos hecho sobre varios temas. Esta vez, ella me llamó y me hizo el ofrecimiento concreto. Hablamos un poco de política antes. Nosotros en general siempre hemos tenido buen diálogo. Tenemos facilidad para ese diálogo y cierta confianza política” (…) “Claro, nos entendemos con bastante facilidad. Por ejemplo, en la lectura de este proceso económico que encabeza Mauricio Macri, en el tema de cómo hay que poner el acento en la pérdida de derechos. El acto de Arsenal me hizo acordar mucho al cierre de campaña de Cristina en 2011. Aquel acto en el Coliseo donde ella, sin dirigentes porque estábamos todos sentados, presentó en el escenario a los que habían ganado derechos durante el kirchnerismo. A la científica retornada, la de la AUH, al matrimonio igualitario, todo una serie de sectores. Ahora es lo mismo pero al revés. Estuvieron en el acto los distintos sectores pero que en vez de ganar derechos los perdieron. Y en cierto sentido me hace acordar a la campaña de 2005 también, en la que tuve un rol cercano porque era el tercer candidato a diputado en la provincia de Buenos Aires y ella candidata a senadora y fuimos para derrotar a Duhalde y consolidar el proceso de transformación” (…) “Coincidimos en esto de tratar de interpretar, es algo en lo que insiste mucho Cristina, expresar las preocupaciones y las necesidades de la gente y de los distintos sectores que están siendo afectados. Perdón: de los que son afectados y de los que van a ser afectados” (…) “Es un desacuerdo que yo he tenido, obviamente (la decisión del Movimiento Evita de apoyar la candidatura de Randazzo).Yo lo expresé con anterioridad, no apoyé esa decisión. Ahora lo que voy a hacer es pedir licencia, no voy a seguir participando de las reuniones de la conducción. Yo aposté mucho al concepto de unidad, es algo muy importante. En general se tiende a pensar que las elecciones de medio término son para abrir, para mostrar todos los matices, los diferentes proyectos, para ampliar espacios, porque no se define el Ejecutivo. Por distintas razones que tienen que ver con la situación que atraviesa Argentina, estas elecciones de octubre son distintas. Hay una definición política detrás fuerte. Está claro que el Gobierno busca validar el triunfo de 2015 para seguir con la profundización de un modelo neoliberal. Si el Gobierno sigue avanzando, arrasando con conquistas y con un modelo de país con una integración productiva y un desarrollo sustentable, para imponer el modelo de una Argentina agroexportadora, extractiva de hidrocarburos y minerales y un poquito de turismo y servicios. Esa batalla requiere de un esfuerzo de unidad grande” (…) “Hay que hacer un esfuerzo para lograr una respuesta política que permita defender mejor los derechos de las mayorías, la posibilidad de un país más inclusivo y con mayor justicia” (…) “La realidad ha demostrado que cómo se procesan las derrotas son temas a veces complejos. Se puede volver al modelo de la renovación luego de la derrota de 1983 que encabezó Antonio Cafiero, pero lo cierto es que hoy el peronismo no está en la misma situación que estaba en 1983. La elección de 2015 es una derrota electoral pero encuentra a una ex presidenta que tiene dos mandatos cumplidos y el apoyo significativo de un sector social. Otros caminos de la renovación, ya sea en el peronismo bonaerense o en otros lugares, no han logrado destacarse. Me parece claro que hoy el rol central en el peronismo como punto de acumulación de la oposición es Cristina. Esa es la realidad, por eso hay que sumarse a eso” (…) “Sin dudas tendrá (la campaña) un eje centrado en buscar interpretar lo que le está pasando a las personas. Hablar de quiénes pierden derechos, hablar de cómo se los defiende y hablar de cómo se los puede recuperar. Nuestro esfuerzo en la campaña irá en esa dirección. Lo que expresó Cristina en su acto y lo que expresa mucho de la lista de candidatos es eso. Hay allí desde un ex presidente del Conicet a gente vinculada con los sectores productivos y de otros sectores con los que realmente se busca hacer una renovación. Eso sí que es una renovación política” (…) “Creo que hay cambios en la política, cambios en el sistema de partidos, y de alguna manera Unidad Ciudadana intenta expresarlos más adecuadamente” (…) “Yo soy muy peronista. Así que creo que las banderas de justicia social, de independencia económica y soberanía política son banderas, no sólo históricas, sino muy presentes y muy decisivas para el peronismo. Lo que hay que hacer es interpretarlas. El peronismo siempre ha tenido una vocación por un lado frentista y por el otro transformadora. De lo que se trata el peronismo es de transformar, de hacer por los que menos tienen, de reconstruir el tejido productivo. Los que defienden las banderas del peronismo están en las listas que encabeza Cristina”.

En su edición del 25 de junio La Nación publicó un artículo de Pablo Sirvén titulado “Cristina se apalanca en “idiotas útiles”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “La fascinación de los medios de comunicación con Cristina Kirchner es inversamente proporcional a la simpatía que le tienen” (…) “Es bien paradójico lo que sucede: la viuda de Kirchner, que jugó casi hasta el final con el misterio de si se presentaba o no, demoniza permanentemente a los medios de comunicación y al periodismo, pero éstos le devuelven la gentileza agigantando su influencia, al ser portadores potentes de su “renovado” mensaje. Ella siempre sabe cómo hacerse notar. La renovación vino por el lado de mostrarse menos belicosa-tal como lo hizo sólo durante un breve lapso, cuando era presidenta, inmediatamente tras la muerte de su marido-y con un discurso de cercanía, menos ideológico. Apeló a una puesta en escena decididamente “macritizada”: escenario central, vestimenta más informal que de costumbre, alocución más corta y menos estridente, apoyada en la interacción con personas de carne y hueso” (…) “Los canales de noticias entraron en una virtual y voluntaria cadena que cosechó en la suma más de diez puntos de rating, un espaldarazo proselitista sin igual a las pretensiones cristinistas de seguir tallando en la política argentina. Los principales titulares periodísticos se rinden por estas horas a sus pies y su nombre es el más invocado en estas instancias cruciales del proceso electoral. Los medios que fueron denostados y objeto de persecuciones judiciales, económicas y políticas durante sus dos mandatos, sin embargo, tampoco dudaron en darle mayor relevancia al acto de Arsenal que al que, en paralelo, se llevaba a cabo frente a los tribunales de Comodoro Py en reclamo de una más eficaz y rápida justicia para castigar la corrupción de varios funcionarios del gobierno anterior, empezando por la mismísima ex presidenta” (…) “El dilema-para decirlo con las explícitas palabras del general Perón-es comprender cuándo se pasa del deber de informar sobre los movimientos de la ex presidenta a convertirse en un “idiota útil”, funcional a su propaganda por exceso de cobertura. La revista Noticias tituló su tapa “Cristinosis” por la modas de todos de no parar de hablar sobre ella. Sorprendió que en “A dos voces”, por TN, hasta el principal consultor del Gobierno, Jaime Durán Barba, la ponderase tanto. “Cristina-dijo-se reinventa permanentemente y eso es muy meritorio”. Agregó que el acto del que fue única oradora fue “muy novedoso y creativo”, aunque aclaró que “no corresponde al fondo” de lo que el kirchnerismo representa” (…) “El verdadero Durán Barba refirió a este columnista un dato sorprendente: en los permanentes sondeos y encuestas que realiza su equipo, hace un tiempo hicieron un focus group en La Matanza. Mayoritariamente los convocados simpatizaban con Cristina Kirchner. Al momento de preguntarles cómo explicaban la corrupción que la rodea, lejos de negar esa circunstancia, la justificaban, alegando que era la única manera en que la hija de un colectivero podía llegar a juntar dinero para hacer política, una audaz teoría que en su momento desarrolló el periodista Hernán Brienza en Tiempo Argentino, el diario híper-K. En contraste, señalaban con cierto resentimiento al actual presidente Mauricio Macri como “hijo de rico”. No es casual que el kirchnerismo haya machacado tanto en este año y medio de gestión a Cambiemos con el latiguillo de “gobierno de ricos”, mote que el oficialismo sorprendentemente ha dejado correr con cierta displicencia. El peronismo y el periodismo (sólo dos letras de diferencia) protagonizan la historia de una pareja muy mal avenida, pero que no puede ni quiere separarse porque sus miembros se atraen atroz y ferozmente”.

En su edición del 27 de junio La Nación publicó un artículo de Pablo Mendelevich titulado “Ya son seis las maneras kirchneristas de explicar la corrupción”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “Hasta hace unas horas, cuando les tocaba referirse a la corrupción de la “década ganada”, los kirchneristas alternaban cuatro argumentos distintos. Ahora el repertorio se amplió a seis gracias a los aportes altisonantes del diputado José Ottavis y de la flamante candidata cristinista Fernanda Vallejos” (…) “Las argumentaciones K podrían ser clasificadas así: 1) Corruptos somos todos. Es el modelo argumental más frecuentado. Se basa en la falacia de que la corrupción es algo ínsito a la acción de gobernar y que la hay en todas partes cualquiera sea el gobernante” (…) “Tras la revelación de los Panamá Papers el kirchnerismo buscó instaurar una paridad entre corrupción cristinista y corrupción macrista. La idea subliminal es que si hay empate los pecados se neutralizan” (…) “Pero del empate, curiosamente, se pasó a la extinción plena de la corrupción cristinista, con el consecuente protagonismo estelar, solitario, luminoso, de una magnificada corrupción macrista” (…) “2) Los corruptos son los empresarios. Doctrina de vanguardia, sigue la línea de lo que dijo el gobierno kirchneristas cuando saltó el caso Skanska: es un asunto entre privados. Créase o no, Cristina Kirchner renovó la idea delante del caso López. Primero ella dijo que no encontraba las palabras adecuadas para calificar lo de López (por eso no lo pudo calificar), y después explicó que “nadie puede vivir del Estado y agarrarse nueve millones de dólares”, por lo que pidió que se investigue a los empresarios” (…) “Es verdad que los empresarios que dan coimas nunca son perseguidos con eficacia por la Justicia, pero equiparar la responsabilidad de un funcionario público con la de un particular quizás sea tan inapropiado como pretender que el terrorismo de Estado y el terrorismo a secas son equivalentes”. 3) Las denuncias de corrupción son una revancha porque afectamos grandes intereses. Argumento también utilizado por la ex presidenta, da por cierto que el kirchnerismo hizo una revolución a favor de los oprimidos y en contra de los llamados grupos hegemónicos, algo que muchos especialistas no consiguieron verificar. El problema principal de este argumento es que elude explicar cómo fue que para apoyar su venganza los revanchistas hallaron tantos funcionarios kirchneristas enriquecidos de manera ostensible, tantas irregularidades administrativas y tantos jueces, fiscales y camaristas dispuestos a llevar adelante voluminosas causas judiciales” (…) “4) Los jueces inventan las causas mandados por la Casa Rosada. Debe admitirse que en atención a la relación de las últimas décadas de la justicia federal con el poder político de turno este es uno de los argumentos menos estrafalarios” (…) “La denuncia de que todos los jueces y fiscales que la persiguen están sometidos a la voluntad de un estratega oficial, en realidad más una insinuación que una denuncia, no ha conseguido ofrecerse con un aspecto consistente, más allá de que sea un secreto a gritos que la Justicia argentina antes de meterse con funcionarios se asegura de que lleven el prefijo ex adelante. 5) La teoría Ottavis: fuimos corruptos porque somos humanos. Convertido desde su ingreso a la farándula en un diestro abastecedor del apetito mediático, Ottavis acaba de satisfacer a la pléyade de cronistas republicanos que exigen a sus interlocutores una autocrítica, especialmente cuando se trata de la corrupción” (…) “Según Ottavis, los “espacios” son corruptos porque las personas lo son. De la institucionalidad y del papel de las instituciones fuertes para mitigar y controlar las debilidades humanas no habló. Del papel del kirchnerismo en la degradación de las instituciones tampoco. Ninguna reflexión sobre las condiciones favorables para que la corrupción haga metástasis acompañó la “autocrítica”. 6) Vallejos cruda: la corrupción kirchnerista, abducida. El debut de la primera candidata a diputada no podía ser más auspicioso para sus competidores. El primer día de campaña (de facto, porque legalmente la campaña no empezó) Fernanda Vallejos no sólo dijo que la corrupción kirchnerista no existió, ya que no se pudo probar nada, sino que defendió a Amado Boudou, una de las figuras del kirchnerismo que está más cerca de la cárcel (…)” En cuanto a la abducción de la corrupción kirchnerista, es cierto que la política inexperta siguió la línea del documento de su líder, que mágicamente hizo desaparecer la corrupción propia. Vallejos fue más allá, la negó en forma taxativa, olvidando, tal vez, que por lo menos al bolsero José López Cristina no lo llegó a reconocer como un perseguido político”.

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